Aprendizaje personalizado

Alma Dzib Goodín*

En el ámbito de la oncología y de las enfermedades genéticas, existe una aproximación llamada medicina personalizada, la cual busca comprender al paciente desde un punto de viste molecular, con el fin de brindar las alternativas más óptimas con el fin de ahorrar costos y dar un respuesta pronta al paciente.
Llegar a este nivel, por supuesto ha implicado una gran dedicación e investigación, y los avances en los últimos 10 años son realmente impactantes.
La idea de traer este tema a discusión, es que a diferencia, aún no existe un aprendizaje personalizado desde el punto de vista educativo. Hay quienes han sugerido el término “educación personalizada” pero eso sería una contradicción, pues la educación implica políticas de atención en masa, que no pueden reflejar la necesidad de solo una persona.
Desde el punto de vista evolutivo, por otra parte, el aprendizaje es absolutamente personalizado, responde a las necesidades del ambiente a partir de dispositivos genéticos, cerebrales, ambientales y de adaptación, con el fin de moldear respuestas a partir de la retroalimentación que brinde el ambiente.
Aunque debe admitir que la idea no es ajena a la educación, de hecho, así inicia la aventura educativa, pues cuenta la leyenda que los griegos y los romanos elegían a los estudiantes en base a sus habilidades para cumplir con cierta tarea, y los moldeaban para posteriormente enfrentarlos a la realidad. El mayor examen era sobrevivir a las tareas impuestas por la guerra o la política, tal como pasa en la realidad con el resto de las especies sobre la faz de la tierra.
Los chinos, los estadounidenses y los rusos, han continuado con ese modelo respecto a la búsqueda de talento artístico o deportivo y los llevan a su máxima expresión, aun cuando la inversión de tiempo es mucha hasta hacer madurar las habilidades personales y enfocarlas en un fin claro. Tienen estándares tan altos, que muchos aun cuando tienen un gran talento, no pueden concentrarse en las metas esperadas.
De ahí que cuando explico la visión del aprendizaje desde el punto de vista evolutivo, las manos se levantan con ansiedad y dicen: por eso existe el aprendizaje centrado en el alumno, el cual se consideran 5 factores como los cognitivos y metacognitivos, afectivos, del desarrollo, personales y sociales y las diferencias individuales.
En la realidad esto puede ser ponderado cuando se trabaja con 4 o 5 alumnos a lo más, para los cuales, la única meta en común serán años y años de aprendizaje, pero emplear este proceso con 40 alumnos para los cuales solo existe un programa confeccionado para que todos lo cumplan en un tiempo específico y bajo condiciones única es francamente paradójico. ¿Cómo me voy a centrar en el alumno, cuando el que dicta el proceso es el programa?
El programa debe ser cumplido en tiempo y forma, no hay tiempo para los ajustes de personalidad, habilidades, preferencias personales o formas de pensar. Además que el maestro en realidad no tiene espacio para maniobrar en las acciones del aula, pues siempre debe estar al tanto de los tiempos marcados claramente por las autoridades. No es ni puede ser un ente pensante, sino un ejecutor de las funciones educativas.
Bajo este panorama tan desolador para quienes votan por el aprendizaje personalizado solo existe una salida: las tutorías individualizadas que buscan ayudar a los alumnos en las áreas que el programa los confunde, reconociendo sus fortalezas para resolver sus debilidades. Así que no todo está perdido para los soñadores.

*Directora del Learning & Neuro-Development Research Center, USA. [email protected]