Apoyo familiar a los hijos en la escuela
Isaac Reyes Mendoza*
Cada generación de niños y padres de familia de las escuelas de la ciudad, están más preparados de acuerdo a la formación académica que logran y tratan de educar mejor a sus hijos, los apoyan en las responsabilidades y tareas de la escuela, por lo que ofrecen mejores condiciones para educarlos.
Sin embargo, las actuales circunstancias que vivimos como sociedad, en donde los problemas tienden a agudizarse por las preocupaciones a las que se ve sometida la vida familiar, ya que son pocos los momentos de convivencia de los padres con los hijos y de poca calidad formativa.
En muchos hogares los problemas de ven agudizados por la desintegración familiar, el divorcio y el abandono; otros donde la madre desempeña el rol de jefa de familia, y por lo tanto no existe un manejo de roles bien definidos, etcétera. Estas condiciones propician múltiples problemas que son expresados con la poca motivación para asistir o participar en la escuela, el bajo rendimiento en las actividades de aprendizaje escolar, la reprobación, el ausentismo y los problemas de interacción social que en muchos de los casos derivan a problemas mayores.
Se requiere que la escuela revalore su responsabilidad en medio de su ámbito social–escolar–familiar, en todo su entorno como forma de cooperar con los padres en la búsqueda de mejorar el rendimiento del logro de aprendizaje de los hijos en miras de su formación.
Es frecuente que los chicos presenten problemas en la escuela, los docentes llaman al papá para informarle sobre cuál es su comportamiento, el incumplimiento de tareas, hacerle una recomendación o petición que puede atenderse en tiempo breve. Sin embargo ¿qué sucede cuando las madres o padres de familia le plantean al maestro o al director que le ayude en su problema para guiar a su hijo, disciplinarlo, corregir su falta de responsabilidad o comportamiento?
Se requiere que las maestras y maestros estén capacitados en la educación socio-familiar, competentes en acompañar a los padres de los alumnos que lo requieren, de tal manera que su acompañamiento se convierta en poderosa herramienta de apoyo a los chicos. Para lograr que los alumnos adquieran confianza y seguridad en sí mismos y puedan afrontar los problemas complejos que les presenta la vida.
Unamos lazos de solidaridad de maestros y padres de familia, con tiempo, disposición y recordemos nuestro pasado y quienes fueron nuestros mejores docentes de la escuela y de la vida, para colaborar juntos con estrategias de profesionalismo desde la escuela, para ayudar en la educación de los chicos cuyos tiempos son tan inciertos, que requiere de apoyo y orientación a los padres de familia a través de establecer un diálogo adecuado que permita la libre expresión de sus preocupaciones y necesidades.
*Profesor de educación básica. [email protected]