Analogías
Mario Ramos Carmona*
El arte nos presenta muestras excelentes de explicación de la realidad social y política, nos representa en visiones, metáforas y analogías lo que pudo haber sucedido en ciertos momentos de la historia de los pueblos y comunidades; a través de la pintura y el teatro, conocemos explicaciones, representaciones y argumentos que nos ayudan a entender la realidad social de diferentes épocas y de diversas sociedades.
Eso pasa con el cine, donde grandes realizadores ha desmontado la realidad, para hacerla más inteligible y clara. En la cinematografía Italiana, pero también de otras latitudes, encontramos ejemplos soberbios, que incluso han llegado a padecer la prohibición de su proyección por representar un “peligro” a la visión oficial.
Sergio Leone, director italiano de Western en los 60, nos presenta una soberbia historia en “Érase una vez el Oeste”; en ésta Morton es un rico empresario ferroviario, en el decimonónico oeste americano, según un guión de Bernardo Bertolucci y Darío Argento. Morton un empresario de ferrocarriles tiene a su mando a Frank, interpretado por Henry Fonda, que le hace el trabajo sucio, para irle “limpiando” los territorios de propietarios que amenacen su trayecto de vías ferroviarias y de fundación de estaciones y pueblos adjuntos; Frank aspira a independizarse y dejar de ser el delincuente, que le abre paso a las vías ferroviarias y hacerse socio del magnate ferrocarrilero.
Brett Mcbain y su familia están en el camino de las vías ferroviarias y entonces Norman le pide a Frank que resuelva este obstáculo y éste decide hacerlo de la manera más atroz, asesinando a toda la familia de Mcbain, es decir a éste y a sus tres hijos, dos adolescentes y un niño de 10 años que fue testigo de la masacre y que es ultimado a sangre fría; Frank y sus pistoleros van disfrazados como la banda de Cheyenne, otro bandolero, a quien acusa el alguacil del pueblo cercano a los terrenos de Mcbain.
La cinta manejada con una gran maestría, resalta los gestos y las atmosferas del desértico oeste americano, con el énfasis de la música de fondo de Ennio Morricone, los primeros planos y las actitudes y actuaciones de los actores hacen de esta historia, una experiencia impactante. Mucho del film esta dicho sin palabras y hay secuencias que parecen rituales, como los duelos de pistoleros.
Después de la masacre en el rancho de Mcbain, Morton le recrimina a Frank por la matanza y porque ya está ahí la viuda de Brett Mcbain, con quien contrajo matrimonio unos meses antes y apenas se iban a reunir Frank y ella. Ante esta situación se piensa en un nuevo plan para deshacerse de la viuda y quedarse con esos terrenos que le dejarían el paso libre a las vías ferroviarias del magnate ferrocarrilero Morton.
Ante ello no tendrán ningún escrúpulo y con la amenaza de los pistoleros y la fuerza bruta, orillaran a la viuda Mcbain a rematar las propiedades por donde pasara el tren y se hará una estación.
La analogía con la cuestión de las empresas mineras y proyectos extractivos, megaobras, y oleoductos que atraviesan el territorio nacional es impresionante. Solo que aunado a los Frank y su pandilla de pistoleros, hay una Reforma Energética del gobierno de los mexicanos que facilita a los Morton actuales que invierten en México aunado al despojo de propiedades.
Analogías? ¡Cualquier parecido con la realidad minera en México, es mera coincidencia!
*Profesor-investigador de la Escuela Normal para Educadoras de Guadalajara (ENEG). marioramos_maestro@hotmail.com