¿Alfabetización matemática?

 en S. Lizette Ramos de Robles

S. Lizette Ramos de Robles*

A lo largo de la historia el conocimiento matemático ha logrado posicionarse como uno de los campos escenciales dentro de la preparación para la vida. Su valor radica en las posibilidades que ofrece para la comprensión, la interpretación y la explicación del mundo natural, mental y social. Las matemáticas han sido consideradas como un lenguaje el cual tiene sus propios significados, símbolos, cosas simbolizadas y sintaxis. Por lo tanto demanda de una competencia lingüística la cual implica el saber utilizar y comprender los estilos del leguaje adecuados a determinadas circunstancias sociales. Es decir, ser capaz de asignar sentidos a partir del acceso y el dominio de las formas, los significados y las funciones de la lengua (en este caso de la lengua matemática).
Una vez planteada la metáfora que las matemáticas son un lenguaje, es relativamente fácil comprender por qué a nivel internacional se habla de alfabetización matemática (Mathematical Literacy), entendida y definida por la OCDE dentro del marco de los exámenes PISA, como la capacidad para analizar, razonar, modelar, argumentar y comunicar eficazmente cuando se enuncian, formulan y resuelven problemas matemáticos en diferentes contextos y situaciones.
Aquí surge una pregunta: ¿con qué tipo de situaciones de la vida cotidiana están relacionadas esas competencias o ese grado de alfabetización? Las aplicaciones de las matemáticas en la vida cotidiana giran en torno a ideas relacionadas con: cantidad, espacio y forma, cambio y relaciones e incertidumbre.
Cuantificar ha sido de gran utilidad para organizar y comprender el mundo, a través de los números así como de los atributos cuantificables de los objetos. Esto ha facilitado las relaciones con nuestro entorno físico y social. Asimismo, reconocer en nuestro mundo el espacio, sus formas y sus regularidades ha permitido al hombre crear desde obras de arte hasta grandes edificios. Identificar las formas en diferentes representaciones (dos o tres dimensiones) ha constituido la base para diseñar modelos. Por otra parte las matemáticas nos permiten pensar sobre y en términos de relaciones y cambios lo cual puede adoptar la forma de ecuaciones o desigualdades, o bien darse relaciones de una naturaleza más general (por ejemplo, equivalencia, divisibilidad o inclusión). Por último el tratamiento del dato y del azar a través de la estadística y la probabilidad nos capacita para enfrentar un mundo donde la incertidumbre es cada vez mayor. Prácticamente en todas nuestras actividades las matemáticas están presentes. Sólo es necesario analizarlas e interpretarlas desde las lógicas del pensamiento matemático el cual es una de las mejores opciones para aprender a razonar, a plantearse preguntas, argumentar, comunicar, modelar, plantear y resolver problemas y para representar, codificar y decodificar información.
En la medida que nos familiaricemos con el lenguaje matemático dejaremos de preguntarnos el para qué sirve, en la medida que desarrollemos la competencia comunicativa en esta disciplina estaremos significando o re-significando nuestra realidad. La invitación de hoy es para aprender la lengua matemática, no necesariamente para hablar como nativos o matemáticos pero sí como individuos alfabetizados que se comunican de manera funcional.

*Profesora-investigadora del CUCBA de la UdeG. liz0920@gmail.com

Comentarios
  • Celia Luévanos

    Muy interesante este artículo. Felicidades a la autora y a la revista.

  • LUIS ERNESTO MORALES CRISTIANO

    interesante, me llama mucho la atención el tema de desarrollo del pensamiento matemático a traves del lenguaje.

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