Niños que programan para el futuro
Alma Dzib-Goodin*
Me pidieron que diera una conferencia dirigida para maestros sobre las nuevas tecnologías en el contexto de la Reforma educativa en México, y aún no puedo pensar sobre que hablarles. Básicamente me parece ridículo hablar sobre un tema que se vive todos los días, hablar de las nuevas tecnologías es como hablar sobre cómo respirar, pues tenemos que usarlas en los contextos citadinos en el día a día, porque en las comunidades rurales, si es un tema que se puede explotar, pero, si no hay conexión a internet ¿qué sentido tiene?
Hace tiempo, mis colegas y yo publicamos un artículo sobre cómo los usuarios de nuestro Centro de Asesorías usan las nuevas tecnologías; ellos provienen de distintos contextos geográficos y por ende, tienen distintas habilidades que han desarrollado en sus países de origen, pues sin duda, la cultura aporta mucho al cómo y qué se aprende. Los latinoamericanos tiene habilidades básicas sobre algunas aplicaciones, pero no tienen muchas bases de programación, o de idiomas, así que deben aprender a marchas forzadas cuando llegan a Los Estados Unidos, aunque tienen muy buenas habilidades sociales que les ayuda a aprender y a compartir experiencias. Los afroamericanos se sienten intimidados por los blancos y dudan de sus habilidades. Los europeos se sienten seguros con los programas más avanzados, pero sufren cuando se trata de habilidades sociales, lo cual les impide, por ejemplo, preguntar o plantear trabajos en grupo. El grupo que más destaca son los indoeuropeos, quienes tienen excelentes habilidades en programación y aplicaciones básicas, y en habilidades sociales, lo cual los hace altamente exitosos en las áreas de ciencia y tecnología.
¿Cuál es el secreto de los indoeuropeos?, es simple: desde niños comienzan a programar, casi por sí mismos. No estamos hablando de aplicaciones, estamos hablando de lenguaje de programación. Las escuelas permiten que los niños empleen libremente las computadoras, para lo que ellos deseen, desde dibujar, jugar o programar.
Existen diversas opciones que invitan a los niños a comenzar a diseñar sus propios juegos, empleando lenguajes simples, con lo cual se pueden ir adentrando en la programación. Cada niño va tomando distintos retos, hasta que eventualmente, aprenden los lenguajes y comienzan a escribir sus propios códigos, bajo la observación de los maestros que realizan concursos para impulsar a los niños a desarrollar más y mejores habilidades.
Tres cosas se requieren para programar: en primera entender que significa aprender un segundo idioma, pues se tienen reglas específicas que cada programa debe seguir para que pueda ser codificado, además se requiere saber por lo menos inglés, lo cual, las escuelas latinoamericanas no han impulsado, y el tercer aspecto, es saber leer y escribir. Esto da un avance a los países de 10 a 15 años, lo cual ha beneficiado mucho a los estudiantes, que se ven protegidos con buenos empleos en las grandes empresas tecnológicas alrededor del mundo.
Así que si la Reforma educativa impulsada por la OCDE realmente quiere hacer algo por los países en donde mete la nariz, debería promover por lo menos dos idiomas en las escuelas: inglés, no sólo para aprender “pollito chicken” que es el nivel que promueven, con maestros de inglés y no gente nativa o con amplia experiencia cultural en países anglosajones, y enseñar a programar a los niños, que pueden comenzar desde que son capaces de leer, y ojalá no sólo capaciten a los maestros, sino que cuenten con programadores de verdad para que los niños puedan disfrutar realmente del reto de hacer que las cosas pasen.
Para los niños Scratch ha sido una de las mejores opciones y algunos maestros lo han adoptado. Es un programa gratuito que permite crear historias, juegos y animaciones y compartirlas con otros usuarios alrededor del mundo.
Personalmente mi programa favorito es Python, que me sirve desde para hacer mi lista del súper, hasta estadística avanzada, pero existen más de 200 programas que se pueden emplear para realizar diferentes cosas, desde crear mundos virtuales para los videojuegos, hasta contar células o hacer estudios genéticos.
Si les preguntan a los expertos, se hizo una lista de los mejores programas para aprender en 2018 y los programas más votados fueron: Python, Java, C++, Ruby, Rust, Elixir, pero si quieren que los niños aprendan, las mejores herramientas son: Python, Ruby, Scratch and Blockly que es una versión más refinada de Scratch de Google que emplea la misma idea de bloques de construcción interconectados, pero puede generar códigos en varios lenguajes de programación distintos, como pueden ser JavaScript, Python, PHP, Lua y Dart, lo que lo hace a Blockly un editor visual que es muy amigable para los niños.
Dicho esto, el siguiente gran reto de la Reforma educativa, será sin duda aprender otros lenguajes, sin embargo, incomprensiblemente sigue teniendo problemas con la lectura y la escritura de la lengua materna, lo que le impide avanzar con otros idiomas y contenidos, pues aún no logra convencer a la sociedad que vale la pena apostar por sus programas, y por supuesto está el problema del desprestigio del magisterio ampliamente difundido por los medios, las redes sociales y los padres de familia, lo que no ayuda a su causa que estuvo perdida desde el momento en que se impuso sin consenso social o de la planta docente, en tal sentido, al menos México tiene entre 10 y 15 años de retraso en comparación con los países indoeuropeos, cuyos niños están programando su futuro y una vida mejor.
*Directora del Learning & Neuro-Development Research Center, USA. [email protected]