Educación, enseñanza y aprendizaje: tres conceptos que se entrecruzan

Alma Dzib Goodin*

En sus dos artículos anteriores Jaime Navarro ha explorado un punto clave en la investigación educativa y ha dejado las preguntas primigenias de lo que debería ser el mayor debate del siglo ¿qué enseñar y para quién?
Siempre intento alejarme del tema de la educación, pues en mi humilde postura, me he dedicado a comprender el aprendizaje como proceso neuro-cognitivo y creo que eso está muy alejado de la Educación, la cual la veo como un conjunto de políticas (muchas veces sin sentido) que los países adoptan con el fin de promover un cambio en su sociedad. En teoría no se ha alejado de la idea griega o romana de educar para crear personas capaces de dar respuesta a las necesidades de sus países. Se requieren médicos, pero al mismo tiempo se requiere por ejemplo, de creación de infraestructura que desarrolle medicamentos, sin embargo ahí es donde es obvio que las políticas educativas no contemplan el panorama completo, pues no son capaces de hacer que los inversionistas crean en los productos de la educación, por lo que es mejor pagar ciencia y tecnología del extranjero, antes de crear nichos profesionales para los educandos.
¿Cuándo se perdió el camino?, cuando se dejó de producir en base a las necesidades de la sociedad. La historia marca un punto específico, y fue cuando la iglesia católica y la protestante se separan. Los católicos deciden que el tema central debe ser la enseñanza, es decir el currículo que se convierte en el qué y deja de ser el medio.
En todo esto el aprendizaje ha sido siempre un tema que intenta estar presente, pero que siempre ha estado alejado del radar de la discusión entre el qué y el cómo enseñar. El proceso de aprendizaje se da exclusivamente en los cerebros de los educandos, moldeando respuestas a partir de las experiencias personales, como necesidad de interactuar con el medio ambiente. Es un proceso puesto evolutivamente al servicio de las especies, por lo que podemos enseñar física cuántica a cualquiera, siempre y cuando el cómo se atenga a las reglas del aprendizaje.
Las políticas educativas son hechas por el poder, un grupo de personas decide que es lo que un pueblo debe saber, y junto con los diseñadores curriculares, crea un currículo. Los maestros toman ese currículo y lo aplican a lo que la sociedad les da como insumo, por lo que los maestros están entre lo que les dicen que han de enseñar y lo que la sociedad espera, pero un primer problema es que la sociedad no sabe que necesita.
Al final de la larga lista de debates, están los alumnos, que van a la escuela porque deben y tienen el sueño de que un día eso va a servir para tener un buen empleo y alimentar a sus familias, e integrarse a una sociedad que clama por una mejor educación, sin que se involucre en el proceso.

*Directora del Learning & Neuro-Development Research Center, USA. [email protected]