Yerros
Jorge Valencia*
Equivocarse es de humanos, dicen. Los animales también lo hacen. Las moscas pueden golpearse cientos de veces contra la ventana en su intento fallido por escapar del cautiverio. Los perros ladran al espejo, crédulos de que se trata de un enemigo… No sólo de humanos, equivocarse es condición de los seres vivos.
Planear los errores implica una actitud sensata. Saber que en las próximas cien acciones uno cometerá cien errores, significa que se ha alcanzado el grado suficiente de humildad para reconocerse humano. Sólo eso.
La soberbia es una tentación peligrosa. Aspirar a la perfección supone un grado de arrogancia digna de un “western”. En un mundo imperfecto, asumir la mácula es una actitud realista. Los locos y los envidiosos también caben. Es parte de nuestra condición.
Si Colón no se hubiera equivocado, hoy tal vez tendríamos apenas la mitad del mundo. La tierra descubierta nada tuvo que ver con sus intenciones comerciales. Cometió un error: halló un continente.
Accidentalmente, los científicos descubrieron el plástico, la vulcanización del caucho, los rayos X, la penicilina, el teflón, la cocacola y hasta la dinamita… Alfred Nobel dinamitó a cinco pueblerinos, entre ellos a su propio hermano, antes de poder controlar el explosivo. Hasta el viagra se descubrió en el intento por encontrar una cura para la angina de pecho.
Borges escribió que el ejercicio de la literatura puede enseñarnos no a merecer hallazgos sino a eludir equivocaciones.
Existen tantas razones para el fracaso que el éxito resulta una “rara avis” en el transcurso de los actos cometidos durante la vida. El único merecimiento es la compasión, porque no estamos hechos para ofrecerla. No es inherente a nuestra naturaleza. Implica una renuncia en favor de alguien más. La gratuidad por antonomasia. Va más allá del perdón; supone la empatía absoluta y la cesión de algo: alimento, casa, una posesión… Algo muy preciado.
Solicitar el indulto, por el contrario, es reducir la libertad: reconocer que la esencia de sí depende de otro. En nuestro país está derogada la pena capital porque nadie se atreve a recibir una solicitud semejante, como ocurre en otros países. Carlota le rogó a Juárez que no matara a Maximiliano. Ese ruego la llevó a la locura. Juárez ejecutó al falso emperador en el Cerro de las Campanas. Ni el Papa logró persuadirlo. Sólo era un hombre. Uno con rencor. Por su parte, el príncipe de Habsburgo nunca reconoció su error. Hasta se abrió la camisa para que los soldados le acertaran al corazón. En la monarquía no cabe el arrepentimiento.
Pero los reyes obedecen a otros códigos. La plebe no pretende el canon. Basta con cometer menos yerros. Al menos, no siempre los mismos. La obsesión por evitarlos nos ha llevado a sistematizar la Historia. El recuerdo de las cosas nos permite avanzar con menos obstáculos. México es el único país que recurre al pasado para perpetuar sus equivocaciones. En la constancia de lo ocurrido justificamos nuestro poquísimo progreso. La inequidad y la corrupción para nosotros es el recurso de lo clásico: el punto de partida de lo que somos. Nuestro paradigma. Antonio López de Santa Anna es nuestro prócer más representativo. A él le debemos un Himno, el gravamen por cada ventana y la costumbre de no tener convicciones. Y no reconocer los errores.
*Director académico del Colegio SuBiré. [email protected]
HICE UNA LÁMINA HISTÓRICA Y LA TITULÉ “EL FALSO IMPERIO DE MAXIMILIANO”. pOR FIN ENCONTRÉ OTRO LOCO O AVENTADO QUE LE LLAMA “FALSO EMPERADOR”. BENITO JUÁREZ ERA NUESTRO PRESIDENTE LEGÍTIMO AMPAERADO POR LAS LEYES DE ESE MOMENTO. EL IMPERIALISMO FRANCÉS (QUE YA ESTABA EN VIETNAM Y TODO EL SURESTE ASIÁTICO) PENSÓ EN TENER ACÁ OTRA DE SUS COLONIAS. LAS ARMAS MEXICANAS NUNCA SE DIERON POR VENCIDAS. JUÁREZ NUNCA DEFECCIONÓ SU CALIDAD DE PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA MEXICANA. PREGUNTO: ¿qUIÉN JUSTIFICA LLAMAR AL “GOBIERNO” DE MAXIMILIANO “SEGUNDO IMPERIO”? POR FAVOR SI TÚ TIENES UN ARGUMENTO PARA RECONOCER EL “IMPERIO” DE MAXIMILIANO RESPÓNDEME ESTE CORREO AL “[email protected]” ESPERO MUCHOS RAZONAMIENTOS DE QUIEN LEA. . ¿ DE DÓNDE VIENE LA LEGITIMIDAD DEL SEGUNDO IMPERIO MEXICANO QUE HASTA LOS PROGRAMAS OFICIALES ASÍ LO RECONOCEN? ATTE. JUAN PECADOR..