Otra vez la demarcación
Luis Rodolfo Morán Quiroz*
Karl Popper es un filósofo de la ciencia ampliamente conocido por su insistencia en la necesidad de la demarcación entre lo que es ciencia y todo lo que no lo es. En algunos momentos esa lógica la hemos aplicado para saber todo lo que abarca determinado concepto y lo que no.
Algunas escuelas de psicología insisten en la necesidad de demarcar entre lo que es el bebé y su madre. La madre no es parte del bebé y éste debe aprender a distinguir sus deseos de lo que ella puede hacer. Y señalan que, para que el niño tenga un desarrollo psicológico y social sano es importante que se dé cuenta de lo que puede y lo que no puede hacer, lo que está permitido hacer y lo que no. Esa actitud de “pintar la raya” es importante para los padres en la infancia y en la adolescencia, para que los niños y luego adolescentes sepan hasta dónde pueden llegar y a la vez conozcan la solidez y permanencia de los límites que se les trazan en casa.
En la escuela y en las experiencias de aprendizaje en general nos encontramos con la necesidad de plantearnos los límites y demarcar lo que es válido en ese curso, semestre, actividad o ejercicio frente a lo que no cuenta como parte del curso o de la calificación con la que se evalúa el rendimiento en determinada actividad.
Si se señala determinada fecha para la entrega de la tarea o de determinado producto o actividad, es importante tener en cuenta que es un límite que los estudiantes esperan que se respete por parte de los docentes. Observan si se cumplirá o no con juzgar el trabajo o producto de acuerdo con los requisitos y con los términos temporales establecidos. Si los docentes olvidan los requisitos, o las fechas, o las actividades programadas, no se habrá demarcado con la claridad suficiente lo que es posible, deseable, indispensable para determinadas actividades del curso o para el curso mismo.
Fijar fechas y criterios representa un compromiso de demarcación importante, tanto para el estudiante como para el docente. Pues si se prorroga la entrega, o la realización de determinada actividad, los estudiantes quedarán desorientados respecto a esa ocasión y podrán generalizar para otras más. Si en determinado momento el docente no demarcó adecuadamente los criterios y las fechas o duración para la realización de determinados productos o actividades, es probable que los estudiantes se sientan desorientados respecto a las demás ocasiones: ¿se cumplirá esta vez con juzgar de acuerdo a los requisitos? ¿Se podrá entregar después? ¿Se podrá entregar o desempeñar con calidades menores de las especificadas?
En la medida en que los docentes nos comprometemos con señalar los requisitos y calidad esperada de determinadas formas de desempeño en actividades y productos, podremos esperar que los estudiantes también lo hagan. Establecer con claridad cuáles serán los productos para evaluar el curso y los niveles de ejecución esperados para determinadas acciones nos ayudará también a establecer cuáles son los cursos y docentes con los que vale la pena emprender el aprendizaje y con cuáles no.
*Doctor en Ciencias Sociales. Profesor del Departamento de Sociología del CUCSH de la UdeG. [email protected]