Intercambios académicos
Carlos Arturo Espadas Interián*
Las colaboraciones entre actores de una escuela, genera una de las posibilidades formativas más enriquecedoras, no sólo para los estudiantes, sino también para los profesores y todos los actores de un centro escolar. Si recordamos, desde la propuesta pedagógica de Celestín Freinet, donde un grupo de estudiantes buscaba elementos representativos de su región para formar un paquete con miras a ser enviado a una escuela que estuviera en un lugar en donde la vida fuera diferente, recibía a cambio un paquete con cosas de ese otro lugar y con ello se daban a conocer las formas de vida, se compartían experiencia vía escritos y en general se establecía una relación entre pares que enriquecía creativa y vivencialmente la formación.
Los intercambios son colaboraciones que permiten enriquecer a las instituciones educativas, todo depende de la manera en la que se realicen estos intercambios. Se pueden hacer desde la lógica de un grupo, una carrera o una institución. La idea de estos intercambios descansa en el interés de conocer, colaborar y compartir. Se puede considerar entonces que acciones aparentemente pequeñas, resultan en grandes experiencias.
Saber hasta dónde impacta en la vida de un estudiante el intercambio con un par que se encuentra en otra ciudad, país o continente, es un poco complejo, sin embargo lo hace. Podríamos pensar que en una época en donde se puede establecer comunicación con personas en cualquier parte del mundo vía distintos desarrollos hospedados en la internet, una propuesta de este tipo tiene poco valor, sin embargo no sé en cuantas ocasiones y en qué porcentaje nuestros estudiantes intercambian contenidos académicos y de análisis del entorno –desde una perspectiva crítica y analítica–; es aquí en donde esta propuesta tiene lugar.
Accionar las colaboraciones institucionales, en el nivel que sea, siempre redundará en experiencias formativas que de ser trabajadas para dimensionarlas en la medida “correcta”, darán buenos frutos. Hablar de medida correcta, no es más que la proporción, intensidad y características que cada líder de estos intercambios construya de forma colectiva con los participantes, de no hacer esta construcción colectiva, la experiencia pudiera resultar una acción que se podría percibir como impuesta.
Los intercambios entonces deben tener como característica central: la colectividad y el consenso. Este tipo de acciones deben construirse en entornos colectivos y por lo tanto democráticos, con miras a dar respuesta a las aspiraciones, sueños e ilusiones de cada uno de nuestros estudiantes. El resultado de estos intercambios debe ser la construcción de redes, sean informales o formales, para ir generando estructuras colaborativas que permitan dar paso a proyectos y acciones de tamaños cada vez más crecientes.
*Profesor–investigador de la Universidad Pedagógica Nacional Unidad 113 de León, Gto. [email protected]