Paranoia en educación y los negocios de la reforma educativa

Jaime Navarro Saras*

Si algo ha caracterizado a esta reforma educativa, es en la generación y creación de una realidad catastrofista de la educación en México a través de la visión de los medios de comunicación, no niego que existan serias dificultades en la escuela pública, no tanto por los resultados de las evaluaciones internacionales, sino en la propia infraestructura, los recursos materiales y humanos desatendidos por el estado.
La educación pública es un reflejo de lo que sucede en casi todas las dependencias públicas, principalmente en lo que se refiere a la administración de los recursos, donde (por lo regular) hay descuidos de las cosas y poco se hace para darles el mantenimiento debido por la falta de un presupuesto destinado a ello (basta comprobar una escuela recién inaugurada y ver sus condiciones un año después).
Hay una dinámica similar en todas las administraciones públicas, ya bien sean federales, estatales o municipales, aquí en Jalisco (por ejemplo) lo podemos ver con el tema de las cámaras y radares de velocidad, primero se hizo una campaña masiva en los medios para señalar la cantidad de accidentes automovilísticos, el número de muertos y heridos, magnificando la preocupación del gobierno estatal para disminuir las estadísticas y, caso seguido a la paranoia, deciden instalar equipos de radar y cámaras que miden la velocidad y generar fotoinfracciones a los conductores que rebasen el límite permitido. En los últimos tres años se recaudaron multas por mil 205.7 millones de pesos, de los cuales entregaron 404.2 millones para una empresa particular y, por supuesto, ningún peso para el tema, ni para los heridos y fallecidos o por lo menos para señalizaciones, todo el asunto se remitió a una simple recaudación y, sin medir las reacciones populares, entregan a un particular más dinero que al presupuesto de todos los programas sociales del estado de Jalisco juntos.
En educación sucede algo muy similar, el programa de Escuelas al Cien no es otra cosa que la generación de recursos para hacer el gran negocio, por nada es de extrañarnos que la agrupación Mexicanos Primero (con una práctica aparentemente académica) fue el brazo de los empresarios, primero para construir una realidad catastrofista de la educación, después denostar al magisterio y, posteriormente, presentar la peor de las caras de la escuela pública, para finalmente provocar la paranoia en la población de que era necesario (por el bien del país) reformar la educación pública, aunque en el fondo no era otra cosa que repartir un pastel con múltiples beneficios, tentadores recursos, grandes ganancias y, lo mejor, con el menor riesgo. Amén del sobreprecio de las obras y las personas que están atrás del dinero que se destina para la construcción, reparación y equipamiento de escuelas.
No es sano que se construyan escenarios de paranoia aprovechándose de las debilidades de la población, menos aún cuando los escenarios no permiten que se generen condiciones para debatir y proponer la mejora de una realidad educativa y social como la que se vive en el país.
Estamos justo en los minutos finales de la reforma educativa, el ciclo escolar 2017-2018 no será otra cosa que el principal motivo y excusa para dividir el voto, por un lado los que están a favor de la reforma (los buenos desde la visión de los medios) PRI, PAN, PANAL, Verde Ecologista y PRD versus los que están en contra (los malos) MORENA, PT y los que se anexen.
Mientras llegan esos escenarios y las realidades paranoides nos continúan llenando las planas y pantallas de los medios, intentemos mirar más críticamente cada situación que los políticos nos intentan vender y no caigamos en el juego de que todo lo que hacen es por nuestro bien y de manera desinteresada.

*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]