No te deslices hacia el dulce anochecer
Carlos M. García González*
No te deslices suavemente hacia esta noche tranquila
La época antigua debería incinerarse antes del alba
Rabia, rabia contra su luz mortecina
Aunque los sabios sepan de la bondad nocturna
Ya que sus palabras no forjaron lucidez alguna, ellos
No se deslizarán hacia la bondad nocturna
Bondadosos, la última ola de ellos, llora
Por la fragilidad de sus tribulaciones. Debían bailar en una verde bahía
Rabia, rabia contra la luz mortecina
Libertos que atraparon la tonada del sol desvanecido,
Y aprendieron, demasiado tarde, la penitencia de su sendero
No se deslicen hacia la bondad nocturna
Sepultureros, parientes de la muerte, que atestiguan con cegadora lucidez
Su mirada oculta nos ciega cual meteoro, sean felices
Rabia, rabia contra la luz mortecina
Y tu, padre mío, estás ahí con tu triste estatura,
Cúrame, bendíceme ahora, con tu llanto herido, rezaré
No te deslices suavemente hacia la bondad nocturna
Rabia, rabia contra la luz mortecina
Dylan Thomas, 1947
Inicio con una traducción muy libre de este clásico del poeta Galés Dylan Thomas. Su poema evocado en ceremonias fúnebres “Do not go gentle into that good night”, lo uso para enderezar el curso y navegar entre las dislocaciones de los tiempos que corren. Aceptar esta dislocación en donde lo real, lo imaginario y lo simbólico juegan a las sillas locas (ese juego en el que un payaso desaparece una silla mientras los nenes dan vueltas y corren a sentarse cuando la música para), me ayudan a no correr envuelto en la bandera nacional y tirarme al precipicio de la convocatoria de Televisa y el PRI a la unidad nacional. El tiempo de la neo lengua del 1984 de Orwell ha llegado, y esa dislocación está perfectamente encarnada en un ente llamado Kellyanne Elizabeth Conway. Cuando la entrevistaron a propósito de la baja asistencia a la toma de protesta del predador en jefe, como llamó a Trump la actriz y militante Jane Fonda, la Conway, como decimos en México “se la sacó” afirmado que la multitud imaginaria que ella certificaba en contra de lo publicado por fotografías y reportajes eran “hechos alternativos”… en otras palabras, es la neo lengua de Orwell. Para apuntalar el dato cito una nota que afirma que el diccionario Oxford postulo la expresión “post-truth” como la palabra del año (época de la post verdad). “Definida como aquella circunstancia en los que los hechos objetivos son menos influyentes en formar la opinión pública que las emociones y las creencias personales”.
El que un joven en Monterrey haya pasado de un desafío imaginario en la red a un asesinato nada simbólico en el mundo real, es otra muestra de la presente dislocación. El que un grupúsculo de privilegiados del sistema se reúnan simbólicamente por la noche en el canal de las estrellas y convoque al respetable para sumarse en torno al imaginario Ejecutivo con un histérico lamento que simbólicamente hace equivalente al estado mexicano con un falo flácido, realmente inexistente: “México vienen momentos complicados que exigen temple, unidad, madurez y reflexión… debemos mantener una postura firme en defensa de la soberanía nacional”; todo lo cual muestra el desvarío de un sector de clase consentido por la casta gobernante para voltear al pueblo, para convocarlo, olvidando que llevan más de treinta años dándole la espalda.
Ante la situación contemporánea tampoco los historiadores de negro o críticos astillados arrojan alguna claridad, salvo el azoro del cual yo solo alcanzo a refugiarme en una poesía para capotear simbólicamente el vendaval real de los tiempos ya no tan imaginarios que corren.
Cito aquí otra nota de los periódicos que en nuestro país solo leen uno de cada quince mexicanos (otro triunfo de las reformas educativas)… sí, uno de cada quince: “La moraleja de esta fábula para el México neoliberal de los últimos 30 años es brutal y denigrante. En ese periodo hemos vivido los atracos más escandalosos de la historia mexicana, los engaños más perversos y las mayores desilusiones generacionales con el fracaso de la mal llamada transición democrática. También hemos visto el surgimiento de un violento régimen de privilegios basado en corrupción y pactos de impunidad que han borrado la distinción entre la delincuencia organizada del sector privado y la del sector público, disminuyendo las capacidades de reacción de una sociedad acostumbrada a la humillación”.
Deberíamos recordar cómo articula su pensamiento uno de los ídolos que apoyaron en su campaña: “No olvides nunca olvidar a los hombres y las mujeres que olvidamos; de esta forma nunca olvidaré lo que ya olvidé”. La burbuja en la imaginariamente habita el #real Trump! es la simbólica Casa Blanca que ahora a secuestrado a la mitad del mundo… Y nosotros estamos incluidos en esa mitad!
Para unos: “La esperanza es un don que no debes vender, es un poder del que no debes deshacerte. Aunque la esperanza puede ser un acto desafiante, el desafío no es una razón suficiente para tener esperanza, pero existen buenas razones”. Para otros: ¡Rabia, rabia contra la luz mortecina!
*Profesor-investigador del Centro Universitario de Los Lagos de la UdeG. [email protected]