Clima escolar
Carlos Arturo Espadas Interián*
Las relaciones humanas tejen redes que se concretan en el mundo de lo cotidiano a partir de las interacciones en marcos institucionales, las escuelas responden a éste que podría ser considerado un principio. El complejo institucional no responde a la formación de cada individuo, sino a una síntesis de estructura producto de una réplica en el ámbito micro del macro social y de la caracterización de cada individuo que a su vez es el resultado de una serie histórica que se desarrolló dentro de una estructura socio-histórica específica.
El clima institucional, lejos de ser una isla que se construye a partir de la nada, responde a trazos comunes producto de entornos socio-históricos, económicos-políticos, culturales-ideológicos. Estos trazos se derivan del actuar individual de las personas que viven, actúan, planean y concretan dentro de las instituciones, más la estructura propia que determina el diseño de la escuela misma.
Así, las escuelas responden a esta forma de constitución que permite imbricar el todo de un país en un entorno micro y al hacerlo, transmite sus aciertos y desaciertos, complejidades y simplezas, conflictos y armonizaciones. Es decir, comprender los fenómenos dentro del marco de las relaciones humanas que tienen lugar en las escuelas, no es posible sin entender previamente a la sociedad en su conjunto, los valores y aspiraciones de un pueblo-cultura, así como sus deficiencias y conflictos.
Trabajar en la mejora del clima institucional en una escuela no es un ejercicio aislado, significa la oportunidad de visualizar en lo concreto, en lo evidente, los juegos estructurales que se dinamizan desde entornos ajenos a la zona perimetral de la escuela. Es decir, la necesidad de mejorar la vida al interior de las escuelas representa la oportunidad para realizar un análisis estructural desde el reconocimiento de los roles que cada actor representa dentro de la estructura de dominación o liberación, es decir, representa la posibilidad de tomar consciencia de las intencionalidades, acciones y demás no sólo desde lo individual, sino desde lo colectivo-individual que conforma a cada individuo.
La mejora del clima institucional escolar evidencia los problemas estructurales sociales y deben ser considerados un gran campo de acción para iniciar el proceso de reconstrucción social-humana a partir de una institución básica. El proceso de mejora es una intervención desde la perspectiva del empoderamiento de cada una de las personas que integran la comunidad escolar. Significa establecer un diálogo franco, cordial y abierto desde donde cada uno de los integrantes se reconozca en el otro y a partir de ese reconocimiento sea posible el entendimiento.
Entendimiento que propiciará las modificaciones necesarias para reconstruir el entorno que todos los actores, en su conjunto, determinen son necesarios de ser reconstruidos. Este proceso no sólo arroja los qué, los cómo, sino también y fundamentalmente los para qué. Si como profesores no luchamos por mejorar el clima escolar, entonces, estaremos siendo cómplices directos del deterioro social en general.
*Profesor–investigador de la Universidad Pedagógica Nacional Unidad 113 de León, Gto. [email protected]