Entre forma y contenido
Carlos Arturo Espadas Interián*
Se ha vuelto común en educación escuchar discursos alusivos a las metodologías dinámicas, que desde el sentido común se materializan en actividades que divierten y entretienen. Este discurso ha invadido incluso los juicios, reflexiones y propuestas de los estudiantes, maestros y directivos; de forma que si realizamos una encuesta, la mayoría hará mención que quieren clases: dinámicas, entretenidas y sobre todo que diviertan.
Lo cierto es, en una época en donde la percepción ha sido educada por los medios masivos de comunicación, los aparatos que se usan y en general por la dinámica que les es propia, se genera la ilusión de vivir en un mundo que se mueve a velocidades muy distintas a las que podemos encontrar en el mundo concreto. Nos presenta entornos contrastantes entre los que realmente y en sentido amplio podemos considerar mundos virtuales y, el mundo concreto-real.
Los tiempos tienen que ver con los ritmos y los ritmos con las formas en las que se realizan procesos y funciones. Cada proceso tiene un tiempo en la naturaleza, en el mundo concreto, en nuestro propio organismo. Analizar, reflexionar, escudriñar, son procesos que a la vez que tienen sus insumos, tienen sus tiempos. Nuestro organismo tiene sus tiempos, alterar estos tiempos genera situaciones de desfase.
El intelecto, por característica tiene elementos orgánicos como base de sostenimiento para poder realizarse, a la par de elementos inmateriales que trabajan con ideas y aspectos abstractos. Cada abstracción es una construcción y como construcción tiene elementos, componentes, estructuras. Moverse en el análisis de las abstracciones, de los discursos, de las realidades para proceder a reflexiones, análisis, juicios y demás, implica tiempos, condiciones.
El acceso a información inmediata, por el uso de móviles o cualquier otro aparato, permite generar la ilusión de dominio del conocimiento, cuando este realmente se encuentra sólo en la superficialidad del dato. La información reproducida, enunciada, sólo es eso, un dato traducido de un medio electrónico a uno orgánico. La humanización del dato, de la información es algo completamente diferente.
La humanización de la información implica su apropiación a partir de distintos procesos de abstracción. Es decir, podemos enunciar información sin comprenderla. Esto representa un serio problema en el sentido de la dilucidación entre lo superfluo y lo profundo. Hemos llegado al momento de sacrificar contenido por apariencia.
Una clase dinámica puede ser incluso un salón en silencio, porque los movimientos pueden realizarse nutridamente al interior de cada uno de los estudiantes. Sin embargo, la tendencia actual es mostrar procesos y para ello se busca precisamente el movimiento de la materia. Resulta ser algo curioso el hecho siguiente: en una época en donde se prefieren desplazar datos que materia, al interior de los salones se prefiera desplazar materia y no contenidos.
Sin lugar a dudas las implicaciones de esta lógica se encuentran en terrenos políticos, sociales y culturales. Creo que es necesario como formadores, repensar y analizar en qué proyecto de educación nos encontramos insertos y qué tipo de mundo es el que estamos construyendo. Creo también que ésta es una tarea ineludible que como profesores no podemos ignorar.
*Profesor–investigador de la Universidad Pedagógica Nacional Unidad 113 de León, Gto. [email protected]
Simulación de profesores, de sociedad – estudiantes(alumnos), de gobierno, de secciones sindicales del SNTE, de empresarios, de religiones, simulación…
Agradezco su comentario y por ampliar la reflexión a otras áreas institucionales, pues como Usted bien lo dice entre líneas, resulta ser un problema cultural.