La reforma en clave latinoamericana
Andrea Ramírez Barajas*
Los países latinoamericanos somos pueblos hermanos por muchos motivos, es una larga tradición que hemos aprendido a compartir: la cultura, las tradiciones, el folklor e incluso hasta lo que nos hace diferentes o las nuevas rivalidades deportivas y políticas que han surgido.
La gran América dividida en cuatro segmentos, el de la parte norte, la del centro, la del sur y la de las pequeñas islas del Mar Caribe. Este inmenso continente es pequeño a los ojos de lo que viene siendo la historia compartida de abusos e invasiones por los europeos y en los últimos años por el imperio del norte de nuestro propio continente.
Bajo este marco de cosas compartidas es donde desentona la propuesta de reforma educativa del gobierno mexicano. La reforma educativa impulsada por el gobierno de Enrique Peña Nieto se ha tornado en una camisa de fuerza pensada en sujetar al magisterio bajo los rubros y las directrices de los organismos internacionales con la OCDE a la cabeza, no es una reforma pensada en mejorar el servicio educativo sino en controlar a los sujetos que llevan a cabo la tarea educativa. No es una reforma que vaya acorde con los pueblos latinos y sus tradiciones, es una reforma que sirve para invitar a la confrontación, al odio de clase y a la disputa artificial por posiciones.
De esta manera, es urgente mirar a las tradiciones latinoamericanas en educación, desde la escuela rural mexicana y los aportes de Paulo Freire, hasta llegar a la tradiciones zapatista en los gobiernos autónomos, la reforma educativas de Bolivia y Venezuela las cuales miran a sus pueblos originarios la los cuales le dan voz y visibilidad.
No es posible pensar que el gobierno mexicano siga aferrado a la idea de esta reforma, la cual sigue siendo fuertemente cuestionada en los espacios académicos como solución a los problemas educativos del país.
La clave latinoamericana requiere conocer el ritmo de la música, la cadencia del baile y los estilos de convivencia guapachosa de los latinos. La reforma educativa violenta todo ello y se torna más bien en una contra-propuesta que atenta contra la historia y la identidad de los pueblos originarios de nuestro continente.
Habría que recurrir en la contraparte a las raíces latinoamericanas y desde ahí, desde el gran educador Simón Rodríguez y pasando por los grandes libertadores como Bolívar, Hidalgo, Morelos, Artigas, Sandino y todos los demás desde donde se podrá trazar una propuesta de reforma para México en perspectiva latinoamericana.
*Doctora en educación y consultora independiente. [email protected]
Las presiones de los Organismos Internacionales y la interpretación que le dieron los expresidentes de mi querido país López Portillo, De la Madrid, Salinas, Zedillo, Calderón y Fox y le está dando mí presidente Enrique Peña, al Neoliveralismo y a la Privatización de lo que eran las empresas y los recursos naturales de todos los mexicanos, (a la entrada del capitalismo-neoliberalismo-privatización “que no es del todo mala”, pero su interpretación de estos gobernantes terminaron por entregar a mi querido país).
Un maestro que no reconoce los grandes problemas de su país, no tiene futuro ni él ni su querido país…