La educación chatarra
José Manuel Bautista Vallejo*
Somos capaces de hablar por todo el mundo de comida chatarra, comida basura, la alegoría de la comida rápida, sin dolernos por un momento por todas aquellas personas que están involucradas en ese sector, sin pensar si nuestras palabras les hieren o molestan, más aún sin demasiados datos que avalan determinadas afirmaciones nuestras que, lanzadas desde nuestra boca, golpean un sector de forma general, poniendo en peligro, claro está, una parte del mismo con lo que eso podría tener de consecuencias en diferentes sentidos: empleo, bienestar, cohesión social, etcétera.
La comida chatarra es una realidad. Algunos dirán: al menos es comida. Otros concluirán: aparta de mí ese veneno. Como casi todo en la vida, la comida chatarra es signo de contradicción. La educación ¿no?
Nos referimos a la comida chatarra sin recapacitar ni un pelo sobre todo esto, pero, ¿somos capaces de hablar de la educación chatarra de la misma manera?
¿Qué es la educación chatarra? Brevemente, y con la intención dedicar más espacio a este tema controvertido y ambivalente más adelante, podríamos definirla como la educación que abandona la reflexión sobre su verdadero objetivo, sacrifica buena parte de los contenidos de interés por otros no significativos ni relevantes, sobre todo para el futuro de las nuevas generaciones y de la humanidad, escandaliza con una metodología de enseñanza-aprendizaje donde la innovación y la creatividad son escasas y donde la falta de conexión con la energía y la motivación de los alumnos es frecuente; ella misma evalúa sin ser consciente de que tiene una posibilidad con ello de truncar o posibilitar el gran salto personal presente y de futuro de cada alumno, sus formas de evaluación son, por así decirlo, no reflexivas.
Entonces, ¿es bueno o malo hablar de la educación chatarra? ¿Allana el camino a la buena educación reflexionar y aportar luz sobre la misma? ¿Existe acaso la educación chatarra? ¿Dónde comienza la misma? ¿Dónde acaba?
Hay quien vive en el permanente anonimato, en la perfecta burbuja pensando que todo lo que tenemos es obra de la casualidad. No es ésta la mejor manera de afrontar el futuro. Buena parte, mejor dicho, la parte más importante del futuro de la humanidad depende de la idea que tengamos de la educación y la escuela, de cómo afrontamos el aprendizaje como capacidad humana de superación. Lo recibido hasta ahora necesita una opinión y un intento de superación. ¿Todos manos a la obra?
Doctor Europeo en Psicopedagogía. Profesor-investigador de la Universidad de Huelva. [email protected]
Hola. Me llamo Alejandra y soy argentina. Ya jubilada como docente d Lengua y Literatura estoy escribiendo y he acuñado el termino educacion chatarra para empezar a repensar las practicas actuales de enseñanza. Me gustaria saber si has continuado trabajando con este concepto. Me interesaria mantener este contacto. Un saludo afectuoso.