La escuela, el estado y el mercado
Mario Ramos Carmona*
La reforma educativa o laboral en México es también parte de una serie de reformas que se están llevando a cabo en diferentes países del mundo, en el contexto de las políticas neoliberales y de desregulación y facilitación de la entrada del capital privado en las escuelas públicas. De diferentes formas y con diferentes intensiones se han estado implementado estas reformas educativas, desde la década de los 80, diferentes reformas han sido puestas en marcha de forma gradual y evolutiva hasta nuestros días.
Las reformas educativas en Inglaterra, Gales, EEUU, Australia y Nueva Zelanda son parte de la investigación que llevó a cabo un grupo de investigadores de lengua inglesa. Analizan los parecidos entre estas reformas y las relacionan con “las tentativas para reestructurar y desregular la enseñanza estatal”, (Whitty, Power, Halpin, 1999: 11).
Sostienen en su libro “La escuela, el estado y el mercado” que no hay evidencias importantes de los beneficios que según, sus promotores, se derivan de las reformas y si existen pruebas considerables de que permiten maximizar las ventajas que ya tienen las escuelas y las familias más favorecidas.
Entonces, la reforma educativa en México forma parte de estas acciones políticas demandadas por los organismos internacionales, como la OCDE y el Banco Mundial para facilitar la intromisión del capital privado en las escuelas públicas, es decir la facilitación para introducir diferentes proveedores nacionales y sobre todo internacionales en la escuela pública, tener un control absoluto de los profesores, contenidos y metodologías de enseñanza; pero además de los valores implícitos y explícitos que las escuelas y las comunidades producen y transmiten en el contexto de las culturas escolares y locales particulares.
De ahí que la reforma educativa mexicana en su actual momento se centra en el control laboral, ideológico, político y académico de los profesores, ello a través de una mayor supervisión de la tarea educativa y de los conocidos exámenes estandarizados; igualmente de la desmovilización de los movimientos disidentes a través de la represión, el control policiaco y militar; pero también de la política de desprofesionalización de los docentes egresados de las Normales puestos a competir con profesionales de otras áreas del conocimiento que no tienen la formación didáctica, pedagógica, ni psicológica para afrontar con éxito la tarea compleja de la enseñanza. Todo esto con la mira de profundizar y escalar la reforma, en la medida que se vayan cumpliendo ciertas expectativas gubernamentales.
La actual reforma educativa también busca hacer avanzar la agenda conservadora que intenta multiplicar el número de escuelas privadas con una mayor “calidad”, desprestigiando a la escuela pública desde el discurso gubernamental. Vendiendo la idea de que los únicos culpables de las problemáticas educativas son los profesores y no las décadas de abandono sistemático del Estado en su compromiso de fundar, mantener y darle sostén a las escuelas públicas de todo el país.
Sin embargo, y aunque en los países antes citados se dieron diferentes formas de resistencia a las reformas, porque los docente con frecuencia fueron objetos de las políticas y no sujetos activos y participantes, sorprende el actual momento de violencia contra los docentes disidentes y el discurso gubernamental inconmovible y frío, parapetado en el argumento del respeto a las leyes, como sino supiéramos y hubiera evidencias de cómo fueron diseñadas, implementadas y no discutidas con suficiencia en las cámaras de diputados y senadores.
Hoy se discute lo que no se dialogó entonces, hoy hace implosión la falta de concertación y participación de expertos, académicos y profesores del sistema educativo. Y como en la reforma educativa del cardenismo histórico, su radicalismo hoy moviliza a amplios sectores de la sociedad civil. Ojalá que se pueda llegar a un entendimiento de lo que la sociedad civil necesita y lo están expresando amplios sectores de Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Guerrero y en menor medida otros estados, y lo que las políticas del gobierno y sus aliados desean.
*Profesor-investigador de la Escuela Normal para Educadoras de Guadalajara (ENEG). [email protected]