La educación versus los políticos

 en Alma Dzib Goodin

Alma Dzib Goodin*

Hoy voy a romper mi voto de silencio ante los temas políticos. Siempre que alguien me invita a escribir, mi primera frase es: ¡no hablo, ni escribo sobre política o de religión”. No es que no sea capaz de tener un punto de vista al respecto de los temas que salpican todos los medios, es solo que prefiero guardar algunas discusiones para las cenas íntimas con los amigos más cercanos.
Hoy sin embargo, creo que vale la pena romper mi voto y voy a hablar en voz alta. ¡Total, de todos modos nadie me escucha!.
Como saben, nos encontramos en la ruta hacia la presidencia de los Estados Unidos. Para ello cabe mencionar que esta nación fundó su declaración de independencia bajo tres principios fundamentales: el derecho a la vida, a la libertad y de perseguir la felicidad. Fue Thomas Jefferson quien con devoción defendió estos derechos y los padres fundadores estuvieron de acuerdo. Por supuesto cada uno de estos principios pueden tener interpretaciones distintas, algunos encuentran la felicidad, haciendo arte, o ciencia, mientras que otros la encuentran creando grandes emporios. Es el sueño americano que muchos inmigrantes persiguen, y por el cual están dispuestos a dar su vida.
Once años después de declarada la independencia de Gran Bretaña, se firma la Constitución y dicho documento se abre con tres palabras que al parecer nunca han tenido eco, y que ahora más que nunca carecen de significado: “Nosotros el Pueblo…”.
Fue el presidente Barack Obama quien en su discurso al Congreso hace unos meses dijo: “lo único que lamento durante todos mis años de presidencia, es que no logré unir al Congreso”. La falta de unión implica que aunque las leyes estén pensadas para todos los ciudadanos, siempre existirán colores partidistas que verán más por su propio beneficio, a veces solo por estar en contra del otro, con tal de no ver contento a su presidente.
La ruta por la presidencia se ha visto estruendosamente sumida en el “YO”. Dando la idea de que el presidente lo hace todo, lo puede todo, lo ve todo, lo arregla todo. La verdad es que las preguntas deberían apuntar hacia como unificar al congreso, tener un gabinete sensible y apto, porque al final del día, el presidente de cualquier país es solo quien da la cara, porque requiere de un ejercito de personas que han de ponerse de acuerdo para que las cosas fluyan como todos quieren. Al final el gobierno no es distinto a una casa. Lo que se desea depende de cuantos estén dispuestos a colaborar para que se haga realidad cualquier mejora, desde un jardín, hasta un castillo.
En todo esto viene a cuentas el tema de la educación. Ningún ciudadano ha preguntado a los candidatos sobre el tema de la educación más allá de ¿qué apoyos brindarán si usted llega a la presidencia? Algunos miran el tema como buenos políticos a lo que responden que brindarán apoyos económicos a las escuela y pagarán la inscripción a las universidades, por supuesto de donde salgan esos recursos no es relevante… tampoco la masificación de la educación que siempre ha sido un estandarte político y, ante lo cual, vemos cantidad en las matrículas pero no calidad en la vida profesional.
Es claro que el tema de la educación se encuentra con otros problemas. Por ejemplo, la tasa de desempleo es muy alta en los Estados Unidos, se acusa a los inmigrantes de venir a ocupar los puesto que existen, pero seamos honestos, si los inmigrantes están más calificados para ocupar dichos empleos y sobre todo están dispuestos a cobrar la mitad del salario, es porque la preparación en el país es un tanto deficiente y el costo es muy alto. Nadie puede darse el lujo de ganar 2 pesos cuando debe hasta 100 mil pesos por el derecho de estudiar y resulta mal preparado para el mercado laboral.
Finalmente, ningún candidato ha hablado sobre la ciencia, campo donde los Estados Unidos han de importar el talento y vuelve a mi mente la paradoja que he mencionado desde hace mucho. Si los Estados Unidos tienen la mayor cantidad de premios Nobel, ¿por qué no ayudan a resolver los problemas que sacuden al país? Iniciando con esta separación social que vivimos, la cual sin duda sacude aquellos que dieron su vida por los derechos civiles. Ojalá que aprendamos de esta lección política y cuando elijamos presidente en otros países comprendamos que ningún presidente puede solucionar los problemas de un país. Eso depende de cada uno, desde nuestras trincheras grandes y pequeñas, desde nuestros hogares, las escuelas, nuestros empleos. Una nación no es UN presidente, una nación es su gente, NOSOTROS el pueblo somos quienes decidimos el rumbo. Si nos arruinamos siendo hostiles los unos con los otros, acusando a todos de nuestras desgracias, o si tomamos en nuestras manos nuestros destinos y el de las generaciones por venir.
Hagamos algo por nuestros familia y nuestros vecinos, y que el presidente se ocupe de coordinar a todos para que las cosas sucedan y sucedan bien. Para ello se vota por presidente, no para que solucione los problemas de todos. No existe un YO, existe un Nosotros, el pueblo.

*Directora del Learning & Neuro-Development Research Center, USA. [email protected]

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