Elogio a la holganza
Rubén Zatarain Mendoza*
Tal como se desarrollan los “juegos” magisteriales 2025, no fortalecen la revaloración social del magisterio.
A guisa de ejemplo, una nota periodística del sábado anterior: “Los docentes federalizados de Puerto Vallarta suspendieron clases este jueves 3 y viernes 4 de abril, con motivo de sus ya tradicionales ‘Juegos Magisteriales’, donde además desquiciaron durante casi dos horas el tráfico vehicular en la avenida Francisco Medina Ascencio, en hora pico de pleno día hábil y sin previo aviso a la ciudadanía” (Tribuna de la Bahía, 05/04/2025).
Más aún, tales juegos, por sembrarse en días laborales, en detrimento del tiempo lectivo de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, se convierten en antítesis del interés superior de la niñez establecido constitucionalmente; se constituyen no sólo en negación de la normalidad mínima, en encuentros que, por sacar a los docentes de las aulas, son atentatorios de la calidad y la excelencia, objetivos que, sin el tiempo real de aprendizaje, son letra muerta.
La asiduidad deficiente bajo el liderazgo sindical de igual práctica en la etapa neoliberal como en la Cuarta Transformación.
Tal como se instrumentan (de una manera intermitente y anual), tampoco abonan a la práctica de hábitos y valores propios de una vida saludable y cultural sistemática para los participantes.
La semana anterior, en regiones como la Costa Sierra Occidental, se suspendieron dos días de labores escolares. Reflexionemos.
Hace dos semanas hubo suspensiones en regiones del centro, como la zona metropolitana de Guadalajara. Reflexionemos sobre el costo-beneficio.
Eventos sembrados casi con perversión para cortar la dinámica de enseñanza, para minimizar los necesarios procesos de evaluación formativa, para sabotear el aprendizaje cuando el tiempo tendría que cuidarse por el ya cercano periodo vacacional de Semana Santa.
Abril y sus primeros días han sido propicios para el ausentismo de los docentes de la escuela pública por razones de los “juegos” magisteriales, sumados a otros eventos como la charla sindicalista sobre el tema de evaluación formativa “platicada”, realizada en el polideportivo de Cajititlán, municipio de Tlajomulco de Zúñiga, con otra suspensión de labores de educadoras y profesores de primaria y secundaria, entre otros.
La lesión al tercer periodo de aprendizaje es incalculable considerando que la primavera es la estación ideal para que los infantes y adolescentes aprendan.
El sentir de los maestros y las maestras es diferencial. No todos están de acuerdo en que se organicen y realicen los “juegos” magisteriales en detrimento del tiempo lectivo necesario a los educandos de la escuela pública.
No todos están de acuerdo en las formas coercitivas como se convoca y se pasa lista de asistencia.
Dice uno de los maestros participantes en el evento de ajedrez: “De toda la región no nos juntamos ni 20 competidores, no era necesario suspender las clases”.
La pérdida de tiempo lectivo es en sí sabotaje al aprendizaje real.
No, los intereses y la gradualidad de los procesos de acercamiento al conocimiento, el mínimo a establecer de los procesos formales escolares, no pueden esperar para el lunes al maestro o la maestra aporreado o lesionado, bailado, en resaca, frustrado o inútilmente realizado con diplomas del tercer lugar o de participante.
Dos días de suspensión de labores insostenibles; el costo económico, el costo social, el atentado a la formación y continuidad de los procesos de aprendizaje. El autoritarismo e impunidad en la que se mueven los coordinadores regionales del SNTE y la estructura seccional que se despachan a discreción del calendario escolar.
El sospechoso consentimiento en los niveles de toma de decisiones donde se practica el laissez faire bajo un manto de estrategias fachada como la recuperación de reprobados y desertores.
El ausentismo de docentes siempre será una variable relacionada con los resultados de calidad.
La amenaza de directivos y secretarios delegacionales de pasar lista y obligar a todos y todas a que asistan; los espectadores bajo la sombra observan a quienes muestran en lo general una involución de habilidades deportivas en la cancha año tras año.
Las maestras y los maestros jóvenes, los que casi nada deben al SNTE; los no tan jóvenes, ellos y ellas que se prestan como materia legitimadora; los que en corrillos se enteran de esta manera de hacer cultura y deporte en el magisterio, de estas formas burdas de estrechar manos de liderazgos teatrales, ayunos de representación de las masas.
La ingenua interrogante de una maestra que dice: ¿Por qué no se hacen dichos juegos magisteriales en fin de semana o en días no laborables? El control implícito y la absurda levedad de un sindicato que simula enérgica negociación en los días previos al 15 de mayo.
El respaldo al ausentismo como forma de legitimación y de hacer incomprensible la política.
Los “juegos” magisteriales del SNTE haciendo lo mismo en las aguas tibias del séptimo año de la cuarta transformación y en el séptimo año refundacional al estilo Jalisco.
La misma alharaca, la misma inocuidad, el mismo elogio a la holganza que en los aún cercanos tiempos del viejo régimen priista practicaron organizaciones como la CTM, la CNC, el STIRT, por mencionar tres sindicatos orgánicos al sistema.
El SNTE que logra sus propios objetivos, la holganza en mesas de negociación de festividad sonriente, los pliegos petitorios, eterna repetición primaveral de lo mismo.
La contraloría social imposible, la emergencia de liderazgos generacionales inmunes a los cambios políticos.
El SNTE antes y después de la salinista modernizadora Elba Esther Gordillo.
El SNTE antes y después del peñista reformista Juan Díaz de la Torre.
El SNTE de la actual diligencia nacional que medra en las faldas de MORENA y a la retaguardia del movimiento político aglutinado en el centro y el sureste de la CNTE.
Los liderazgos estatales, por otra cuerda, hábiles para el trato en lo oscurito con gobiernos priistas, panistas y emecistas.
Las niñas, niños y adolescentes, rehenes de unos y otros.
Mientras los discentes inscritos en las escuelas privadas asisten y reciben con regularidad en los días de “juegos” magisteriales, los discentes de las escuelas públicas, los más excluidos socioeconómica y culturalmente, vagan.
Las lesiones a la escuela pública son algo poco documentado con la investigación sistemática, pero las evidencias y los resultados en pruebas estandarizadas parecen fortalecer la hipótesis de que los resultados académicos en la educación básica particular son más consistentes, sólo por la gestión de las horas de clase y el número de días de clases normales.
Digamos para finalizar que el deporte y la cultura son coordenadas importantes en la perspectiva de vida saludable física y emocional.
Lo que no es sostenible es que estas actividades, organizadas desde la dimensión político-sindical, se cimenten sobre el derecho de los educandos a tener jornadas concretas, tal como lo establece el calendario escolar.
Sí al deporte y la cultura magisterial como vertiente necesaria, pero nunca de manera coercitiva para sus agremiados, ni mucho menos sobre las jornadas escolares a las que tiene derecho la niñez mexicana.
*Doctor en Educación. Profesor normalista de educación básica. [email protected]
Los “juegos magisteriales”; el “festejo” del día del maestro; las “posadas” navideñas…lastres (por su forma de concretarse) que evidencian el extraviado rumbo de la educación pública.
Bravo el doctor zatatain …lo único que está mal es que los maestros tengan que pagar de su bolsa ,árbitros ,comida ,uniformes y todo lo que se ocupa , por lo demás es un día que es importante para los docentes la recreación y el compañerismo
A lo ya comentado con acierto,se debe agregar un sinnúmero de suspensiones que a la postre,afectan enormemente a la calidad que,supuestamente tiene o debe tener la educación impartida por el estado,la falta de interés de padres de familia por hacer lo que les corresponde por obligación constitucional.Realizar una mejor supervisión sl trabajo directivo y docente,incluyendo al personal de apoyo a la educacion,etc