Identidad nacional y resistencia
Rubén Zatarain Mendoza*
108 años de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Un siglo y años más de construir la conciencia e identidad del México que emerge después de su revolución iniciada en 1910.
La constitución y las leyes de los derechos y obligaciones fundamentales, el 108 aniversario en un telón de reforma inédita del poder judicial de la federación.
La NEM y el artículo tercero y sus leyes secundarias como garantes del derecho a la educación básica con perfil laico, gratuito y obligatorio. La educación científica como aspiración, la democracia como forma de vida y la práctica de la solidaridad internacional, tan vulnerada en estos días con las redadas migratorias en suelo estadounidense.
La celebración de este 5 de febrero debería cruzar las aulas y los edificios escolares donde se forman y se informan los principios fundamentales de la cultura de la legalidad e institucional y llegar al campesino y al obrero, a la ama de casa y al profesionista en una deseable conciencia nacional.
La necesaria hermenéutica de su articulado, la práctica ciudadana y la defensa a ultranza de sus principios.
La escuela y su mirada crítica sobre sus procesos formativos en derecho, constitucional racional, legalidad, igualdad sustantiva y derechos humanos.
Una característica del proyecto formativo en materia de educación cívica y en materia de Historia de México es su debilidad pedagógica, el deseable pensamiento crítico.
Si no hay rigor y creatividad didáctica en el estudio del objeto social, el desarrollo de las estructuras del pensamiento y su aprehensión como objeto de conocimiento serán imposibles.
El desarrollo del área cognitiva, los procesos y resultados en lo concerniente al contenido del texto constitucional.
Llevar información a través del magíster dixit con una versión de lo deseable o con exceso de tinta sobre nuestras gestas, que degenere en chauvinismo o nacionalismo de cromo de papelería, no forma el pensamiento científico y mucho menos el pensamiento crítico sobre la compleja dinámica social y económica de la sociedad mexicana.
La emergencia de lo histórico en la formación, en la práctica política de algunos líderes y algunos partidos de la derecha ahistórica y asocial, los contrarrevolucionarios y antipatriotas neoliberales alejados del espíritu de nuestras leyes y la constitución.
Vulgares mercaderes de la miopía colectiva en momentos definitorios del cambio gubernamental.
La formación de la moderna ciudadanía, los ciudadanos lectores críticos de la realidad nacional e internacional, generaciones contemporáneas que presentan amplias áreas de mejora.
A las miserias didácticas y metodológicas, donde tienen mucha responsabilidad las instituciones formadoras de docentes y universidades, se suma la desarticulación de los contenidos de carácter histórico-social que permea las propuestas curriculares.
¿Qué hace el educando además de escuchar, qué hace el profesor, que establecen los contenidos sintéticos y que se produce después del uso del tiempo lectivo?
Conocer e interpretar la historia desde una perspectiva epistemológica comprensiva, generar procesos de psicogenética y construcción social de los valores en la formación cívica y ética, integrar las metodologías sociocríticas, está aún en proceso inicial.
La línea de formación histórica y cívica es además objeto de tentación para cazadores de legitimidad política en el corto plazo, ahí en la coherencia interna de perfiles de egreso y en los cortes verticales y horizontales de las mallas curriculares, el currículum explícito; ahí en la práctica docente, la evidencia de la intencionalidad y la luz rinconera del currículum oculto, la masificación de la inmediatez y el presentismo.
El contexto y la relación económica y política con el vecino país del Norte enfrentan un desafío inédito y requieren conocer cómo ha sido en momentos históricos trascendentales, de una conciencia cívica militante.
Estamos endebles, necesitamos fortalecer la formación y concientización.
El corazón del imperio padece de hipertensión por su ineficaz política militarista en asuntos como la guerra de Ucrania-Rusia y en asuntos como el genocidio Israel-Palestina.
Su garra voltea y reedita la doctrina Monroe y amenaza la relación con otros países como Dinamarca.
Canino voltea la mirada hacia los recursos naturales de los más débiles y exacerba la guerra comercial de los aranceles, el bloqueo y la amenaza. Saliva goza de su sadismo y mide vulnerabilidad y frentes e imaginarios sociales del “sueño americano”.
Desde el ámbito económico, la amenaza que representa el comercio, la industria, la ciencia y la tecnología china los desquicia, los altera.
Desde nuestra debilidad en las relaciones económicas, aunado a la estrategia gubernamental de la presidenta de México para contrarrestar el dedo flamígero que señala este territorio nuestro como “lugar donde gobiernan los carteles de la droga”, la respuesta enérgica del pueblo mexicano y la necesidad de cohesionar fuerzas.
La crisis actual migratoria que impacta los proyectos de vida de muchos connacionales, la economía mexicana interdependiente, la financiación social que representan las remesas y los recursos humanos de emprendedores y mano de obra a los que habrá que generar cabida en el desarrollo nacional.
El shock traumático que habrá que superar y la capacidad de reacción gubernamental y el pueblo mexicano con su capacidad de adaptación y respuesta.
La carta magna y los derechos que ha de garantizar en perspectiva de los derechos humanos y la dignidad humana, el más extenso concepto de soberanía e integridad de nuestro territorio nacional y de la población.
El sentido nacionalista con el que se hizo la defensa de la primera constitución de 1824, cuando territorialmente éramos más grandes de lo que ahora somos, cuando los tiempos y su gente independentista daban a luz dolorosamente a una nación.
El sentido nacionalista y la fuerza de los liberales para defender la patria y la Constitución de 1857 ante las fuerzas extranjeras como la Francia imperialista de aquel momento.
El siempre injerencismo de nuestro país del Norte y la lucha permanente por defender el ser nacional desde el debate mismo en la Cámara de Diputados en el Constituyente de 1917.
El texto de nuestra constitución, catalogado inicialmente de socialista por el gobierno norteamericano, es nuestra carta magna como esfuerzo colectivo sincrónico con la revolución rusa que daría nacimiento posterior a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
La lucha intestina entre Venustiano Carranza y el plan de Agua Prieta. Las páginas del tratado de Bucareli, condición para el reconocimiento del gobierno de Álvaro Obregón (1923).
La expropiación petrolera (1938) y el constitucionalismo del general Lázaro Cárdenas del Río.
La recuperación del Chamizal en el periodo de Adolfo López Mateos, el 25 de septiembre de 1964.
El texto constitucional, ahora engrosado por las reformas, la necesidad de leerlo en voz alta, en voz silente y hacernos cargo de nuestro destino aún en circunstancias adversas como la presente por el factor Donald Trump.
El texto de la carta magna como factor de identidad sí y sólo si se convierte en conocimiento y asimilación de sus fines y principios.
Saberes sobre la Constitución para participar activamente y resistir al embate y colonización de ideas provenientes del otro lado del río Bravo.
Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, la nueva significación e identidad por construir en este momento histórico de necesaria fortaleza nacional.
*Doctor en Educación. Profesor normalista de educación básica. [email protected]