Salario y vida digna del magisterio
Jaime Navarro Saras*
La semana pasada (del 6 al 8 de noviembre, en la ciudad de Morelia, Michoacán) se llevó a cabo el Encuentro Nacional de COPARMEX (Confederación Patronal de la República Mexicana), cuya agrupación, ya sabemos que son los dueños del capital y la inversión privada en nuestro país; en ésta y por lo difundido en la prensa nacional, salió a relucir el concepto de Salario Digno y se planteó que para 2030 el salario mínimo pueda alcanzar los $12 mil 500 pesos mensuales. Actualmente éste ronda los $7 mil 560. Cabe recordar que en 2017 apenas alcanzaba los $2 mil 650.80. Si este gobierno siguiera la tendencia del gobierno anterior, en realidad el actual salario debería alcanzar los $22 mil 574 pesos mensuales y no los $12 mil 500 propuestos por COPARMEX, casi las tres veces que aumentó el salario mínimo durante el gobierno de López Obrador.
La cifra de $12 mil 500 salió de un análisis hecho por ellos mismos (COPARMEX), el cual denominaron Vida Digna y dice que “En este estudio analizamos cuánto cuesta comer, cuánto cuestan las medicinas, cuánto cuesta vestirse, cuánto cuesta irse a la escuela, cuánto cuesta el transporte, cuánto cuesta pagar una pequeña hipoteca, y sacamos que eran 25 mil pesos. Lo partimos en dos porque 2 trabajan, y sacamos este número, 12 mil 500 pesos”.
El salario magisterial, en cambio, en la actualidad atraviesa casi el mismo ingreso que tenía en su peor época (el gobierno de Miguel de la Madrid), donde con una plaza inicial de educación primaria se ganaba un salario mínimo y medio; el día de hoy esa misma plaza gana $5,873.69 de salario base a la quincena; multiplicado por dos significa $11,747.38 por mes, mientras que el salario mínimo ronda los $7,560, es decir: 1.55 salarios mínimos.
Si hacemos la conversión que hace la COPARMEX, realmente cuánto debería ganar un docente de educación básica con una plaza o su equivalente en horas de educación secundaria, toda vez que este grupo de profesionales tienen gastos similares como: comer, comprar de medicinas, vestirse, ir a la escuela (sus hijos), pagar el transporte, cubrir la hipoteca, amén de la capacitación y actualización de su trabajo, incluso salir de vacaciones, gastos para recreación de fin de semana, entre otras cosas, acaso alcanza con los $11,747.38 al mes, ¡pues claro que no!, de allí el tema de que mucha gente que labora en el magisterio tenga uno o más empleos para sufragar los gastos cotidianos con dignidad y poder tener calidad de vida, de ellos son comunes oficios como la venta de productos, emplearse por unas horas en tiendas comerciales, restaurantes, fondas y hasta hacerla de chofer de Uber y demás plataformas, amén, por supuesto, de esos otros oficios de dudosa reputación.
Hemos hecho comparaciones salariales de los últimos tres sexenios y los incrementos al magisterio son casi los mismos, muy por debajo del salario mínimo, de la misma canasta básica, hasta de la inflación, y todos felices, principalmente las autoridades de gobierno y dirigentes sindicales. Para la gente de gobierno en turno es más fácil entregar una senaduría, algunas diputaciones y otros puestos menores en el gobierno a quienes se encargan de vigilar y exigir incrementos magisteriales, que en otorgar incrementos salariales dignos para un magisterio que cada día se le exige más y se le trata sin un respeto, no sólo a su profesión, sino en cuanto a sus derechos laborales y humanos.
Sabemos que con el gobierno que encabeza Claudia Sheinbaum no habrá grandes mejoras salariales para el magisterio, toda vez que el actual secretario de Educación, Mario Delgado, centrará su gestión en labores de la política y no tanto con las necesidades educativas de las escuelas y de las cuestiones salariales del magisterio. En tanto, es más viable que sucedan dichos incrementos con la propuesta de COPARMEX, por más corta que se quede con relación al gobierno de AMLO, y cuyo incremento previsto será del 60% en 6 años, que del propio magisterio. El antecedente salarial del magisterio en los últimos tres sexenios tuvo un incremento máximo menor al 30% y así será, a menos, claro, que suceda un milagro y se tomen decisiones “históricas” para darle un salario digno que le permita comprar lo básico y de cuando en cuando ir al cine, comprar un libro, ir al estadio, viajar a la playa y demás, al tiempo…
*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]