Ni un niño, niña, adolescente, joven y adulto sin acceso a Educación y Cultura (parte 5)

 en Rafael Lucero Ortiz

Rafael Lucero Ortiz*

Acceso de toda la población a la educación superior

A nivel nacional, solo llega el 24% de los jóvenes, inferior a varios países de América Latina como Cuba y Puerto Rico, en que ingresa el 83% de los solicitantes.
La oferta es reducida; en el ciclo 23-24 la UdeG solo ingresó el 36% de los solicitantes. En educación superior la cobertura, entre la oferta pública y privada, es del 32%; el abandono escolar es del 3.0%.
Desde la perspectiva de los jóvenes (González, 2006), señala como posibles factores la falta de apoyos financieros, altas tasas de desempleo juvenil, insuficiencias en la preparación previa, la ausencia de orientación vocacional o la baja preparación y actualización de los docentes.
La cobertura por diversidad institucional es de 46% UdeG, las IES privadas consolidadas el 22%, las 56 Normales, (Chagoya 2006), que desde 1985 pasaron a ser por decreto IES, el 14% y las IES privadas y pequeñas el 9%. El mayor porcentaje de esta oferta se concentra en las licenciaturas de informática, administración y contaduría, seguida de derecho y medicina en la UdeG, e ingenierías electrónica y mecánica. En menor rango, las Ciencias Sociales y Educación, impartidas por las escuelas Normales.
Hay que señalar que las funciones sustantivas de las IES, de Investigación, producción y transmisión de conocimiento, vinculación comunitaria, sólo las cubren las IES públicas y las privadas consolidadas. Las privadas pequeñas solo se dedican a la transmisión de conocimiento, algunas de ellas sin reconocimiento oficial, sin registros estadísticos y al margen de la vigilancia del Estado, con una oferta que responde a la demanda inmediata, al margen de necesidades económicas, sociales y políticas de la región y del Estado.
Los problemas son los mismos, desde hace tres décadas, cuando el sistema educativo se masifica y la capacidad de oferta y cobertura púbica queda por debajo de la demanda, muy reducida y la complementariedad desde el sector privado consolidado es mucho más pequeña. Y en este período, la oferta de las instituciones privadas pequeñas crece como espuma, con una oferta de respuesta rápida a la demanda, limitada a la transmisión de conocimientos y de calidad dudosa por falta de evidencias que evaluar.

¿Qué hacer?

Para garantizar el derecho a la educación superior es urgente una política pública incluyente y equitativa que gestione las condiciones para la ampliación de una cobertura pertinente y de calidad; que atienda el cuello de botella que hay en los cambios de nivel de básica a media superior y de ésta a la superior; que gestione los recursos necesarios y los distribuya con equidad proporcional a donde más se necesita; que diseñe un sistema de contratación y remuneración que termine con la contratación por horas y cubra las prestaciones sociales que correspondan conforme a derecho.
En relación al sistema de formación inicial de maestros, el proyecto de la NEM exige un rediseño curricular y pedagógico integral y pertinente al nuevo proyecto; igualmente, una reestructuración de los programas de las IES, tanto de las Normales superiores, el sistema de Universidad Pedagógica como las IES sectorizadas por destinatarios: educadoras, poblaciones con discapacidad, educación de adultos, educación física, educación para las artes, etcétera.
Los posgrados, tanto de la UPN como de la SEJ, requieren de atención especial y una restructuración a fondo para la formación de investigadores y el diseño de una política de investigación educativa articulada que produzca conocimiento sobre la relación de educación y los emergentes fenómenos socioculturales, económicos o políticos, agentes educativos, procesos de aprendizaje, necesidades sociales, estructuración y organización institucional, desde una perspectiva interdisciplinar y de pensamiento crítico.
Los posgrados, así como están, no tienen las condiciones idóneas para formar investigadores, ni los estudiantes condiciones para formarse como investigadores. No hay descargas laborales, no hay becas, no hay licencias con goce de sueldo, no hay períodos sabáticos, no hay intercambios interinstitucionales para dedicarse exclusivamente a la producción de conocimiento. La formación de investigadores y la investigación misma, desvinculada de procesos reflexivos, críticos y dialógicos, es una falacia.
Esta Iniciativa Ciudadana está abierta para poderla enriquecer con la participación de ciudadanas y ciudadanos interesados. El mecanismo es sencillo; pueden enviar sus aportaciones, en formato libre, al email al calce o al de esta Revista.

*Maestro en Sociología. Analista y consultor independiente. [email protected]

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