Ni un niño, niña, adolescente, joven y adulto sin acceso a Educación y Cultura (parte 3)
Rafael Lucero Ortiz*
Acceso de toda la población a Educación Básica
Para el ciclo escolar 2021-2022 le corresponde una matrícula total de 2,252,329 estudiantes, de los cuales 1,135,058 (50.4%) son mujeres y 1,117,271 (49.6%) son hombres. La matrícula total representa un 6.5% del total del Sistema Educativo Nacional. Distribuida por tipo educativo, la composición de la matrícula del sistema escolarizado es la siguiente: educación básica 74.3%, de ésta, la preescolar 12.8%, primaria 42.2% y secundaria 18.8%.
En cuanto a educación preescolar, la atención por grupo de edad es la siguiente: 3 años 25.5%, 4 años 82.9% y 5 años 83.6%, cobertura total del 64.6%. Preescolar es el nivel de menor cobertura, concentrada en los centros urbanos e inexistente en las poblaciones indígenas y rurales, como también en las periferias de las grandes ciudades.
El nivel de educación primaria no presenta problema de cobertura, pero sí de presencia y retención, en particular en una asistencia del 50% o menos, en 11 municipios: 5 del noreste, 3 del norte y 1 del centro; la mayoría de 116 municipios están entre 50 y 80% de asistencia; sólo los 5 municipios de la ZMG, observan una asistencia mayor al 80%. Si aplicamos el criterio de exposición a la escolaridad, donde sólo los ZMG cubren más del 80% de la asistencia y el resto por abajo del 80%, en condiciones de cultura rural precaria, podemos señalar que la calidad y pertinencia educativa sea, probablemente, deficitaria.
En educación primaria la cobertura es del 105.3%, mientras que la tasa neta de escolarización es del 99.3%. El abandono escolar es del -0.1%, la reprobación del 0.1% y la eficiencia terminal del 98.1%; la asistencia la podemos considerar aceptable, ya que el 40% está en el rango del 85 al 95% y el 60% restante entre el 95 y 100%.
En educación secundaria la cobertura es del 93.5%, mientras que la tasa neta de escolarización es del 83.8%. El abandono escolar es del 1.6%, la reprobación del 0.6% y la eficiencia terminal del 93.9%. En asistencia, 9 municipios están por 80% o menos, 24 entre 80 y 85%, 96 municipios entre 85 a 95% y sólo 3 entre 95 y 100%.
La Nueva Escuela Mexicana, NEM, proyecto que inició El Presidente Andrés Manuel López Obrador, en el ciclo escolar de 2022, con la discontinuidad de un secretario y dos secretarias de educación y que es un proyecto de ruptura con la concepción epistémica, pedagógica, de construcción curricular colegiada, incorporando a la comunidad, estudiantes, maestros, directivos y autoridades; dinámica, siempre en proceso de contextualización. Totalmente novedosa y para la que no hay agentes de ningún nivel formados. Y que se puede resolver, con una formación en el mismo proceso de aprendizaje de toda la comunidad educativa, siempre y cuando haya el soporte de acompañantes técnico pedagógicos y los espacios de reflexión y diálogo sobre la práctica. Si esto no se da, como dijo un maestro en un taller: “va a pasar como en todas las reformas anteriores, seguiremos haciendo lo mismo y en el mejor de los casos, llamándole con los nuevos conceptos”.
¿Qué hacer?
El proyecto de la NEM tiene aciertos importantes: el currículo colegiado con la participación de todos los agentes, partiendo de la comunidad; la articulación entre el programa sintético que incluye las habilidades fundacionales y el programa analítico que contextualizará y priorizará procesos y contenidos dependiendo de necesidades e intereses de las comunidades. Y tiene también grandes retos: el emergente de una política integral de formación de los maestros, que incluya desde el reclutamiento, la formación inicial, la formación especializada y continua, la contratación y la asignación a sus plazas con un criterio de asignación a los mejores a quienes más los necesitan; en general, vencer la inercia de seguir aplicando criterios meritocráticos, que reproducen las desigualdades, como lo planteó la Dra. Sylvia Schmelkes, en el Foro de propuestas educativas para los próximos gobiernos.
El ejercicio al derecho a la educación implica disponibilidad, accesibilidad y calidad. Disponibilidad, con la que no cuenta el nivel preescolar; accesibilidad negada a poblaciones indignas, y dentro de ella a las mujeres, a jornaleros agrícolas y migrantes, calidad dudosa por la falta de evaluación de la política educativa, de programas, de pertinencia de los mismos, de procesos de aprendizaje y de resultados; cuya evidencia negativa es la inasistencia y abandono escolar de adolescentes y jóvenes, así como la estandarización de la oferta frente a la diversidad de la población.
Atendiendo a que es el nivel de mayor demanda y básico por el aprendizaje de las habilidades fundacionales, para el ejercicio de futuros derechos ciudadano es imprescindible una política equitativa e integral de estado, que rompa las inercias presupuestales de nada más agregar el factor inflacionario y repetir la distribución, sin tomar en cuenta las desigualdades en infraestructura básica, tecnológica, de materiales educativos, dispersión y lejanía de la población, e invertir las prácticas inerciales y atender con lo mejor en todo, de la periferia del estado al centro, de la periferia de las grandes concentraciones urbanas, al centro, de los territorios donde se asientan las poblaciones más pobres, con mayor índice de marginación, y con mayor rezago educativo. Como lo dice Schmelkes (2024), una política que rompa el círculo vicioso de la oferta más pobre, para las poblaciones más pobres, porque lo único que logramos son mayores desigualdades.
Esta Iniciativa Ciudadana está abierta para poderla enriquecer con la participación de ciudadanas y ciudadanos interesados. El mecanismo es sencillo; pueden enviar sus aportaciones, en formato libre, al e-mail al calce o al de esta Revista.
*Maestro en Sociología. Analista y consultor independiente. [email protected]