Las lecciones de las elecciones

 en Rodolfo Morán Quiroz

Luis Rodolfo Morán Quiroz*

 

Cuando hablamos de elecciones solemos asociar el término con el proceso por el cual escogemos entre plataformas políticas y palomeamos nombres de candidatos que dicen representar propuestas de acciones, reversiones, reformas o revoluciones que podrían significar, según interpretamos, un paso adelante o un paso atrás. Recordemos que mucha gente quiere que las cosas vuelvan a “como eran antes”, “como deberían de ser”, sin que necesariamente den más opciones de actuación a la población (al “pueblo” -concepto multívoco y disperso) o “para progresar”. Las elecciones en el ámbito de lo político suelen asociarse con un conteo que puede ser amañado y del que siempre habrá quien lo califique de “ejemplar”, mientras habrá otros que simplemente lo descalifiquen. En meses recientes nos hemos enterado de diversas elecciones en el mundo, de las campañas previas al día de la votación, de los escándalos y las promesas, de las ideas asociadas a determinados candidatos o a plataformas partidistas. Nos hemos enterado de debates, discusiones y procesos judiciales para encausar a quienes intervienen sin autorización legal y también de procesos para encauzar los votos de modo que se conviertan en una determinada cifra de curules, alcaldías, gubernaturas, senadurías y otros puestos asociados a dietas. Los escándalos y las pacificaciones han salido a relucir una y otra vez en la información que recibimos de parte de nuestros amigos, de las estaciones de radio, de las páginas en la red mundial o de los periódicos impresos y las pantallas televisivas. Una moraleja que se desprende es que las organizaciones y los grupos que promueven o desprestigian a determinados candidatos volverán a estrategias honestas o tramposas en cada ocasión y que habrá quien proteste por los conteos, los bloqueos, los obstáculos, las manipulaciones de boletas o de registros. Todavía no hemos encontrado sistemas que deriven en total certidumbre y confianza ni en que los votos reflejen la voluntad de los votantes y no votantes, ni en que las personas y partidos declarados vencedores habrán de cumplir las promesas empeñadas antes de recibir los votos. No son raros los casos en que se aplica la advertencia weberiana de la democracia plebiscitaria de que una vez votado, el gobernante decidirá, aunque los gobernados no hubieran entendido que para allá irían las acciones del gobierno recién electo o ratificado.

En dos meses más serán las elecciones en Estados Unidos y hemos observado una amplia discusión de las plataformas de los dos partidos dominantes (hay otros, pero la verdad es que poca gente hace caso ni da su voto a esas pequeñas organizaciones). La polarización ha girado en buena parte entre una serie de grupos que se declaran explícitamente “conservadores” y con los que Trump no quisiera que lo asociaran, aunque en su documento programático (“Project 2025”) su nombre aparece cientos de veces para enfatizar que es él a quien proponen para encabezar esa serie de acciones. En un documento de casi novecientas páginas, los conservadores se pronuncian por varias medidas de gobierno que ciertamente escandalizan a la izquierda y hasta a algunos con nociones de sentido común en cuanto al funcionamiento de las sociedades y las instituciones. El documento es extenso y cuestiona muchas de las prácticas consideradas definitorias de la democracia estadounidense, por ejemplo, aquella asociada a Estados Unidos como un cazo de fusión entre culturas o, al menos, de ensalada entre diversos grupos étnicos. Algún comentarista ha señalado esta plataforma como “The craziest conservative dystopia” (véanse referencias abajo). Cabe señalar que una de las propuestas consiste en hacer desaparecer el departamento (federal) de educación y dejar en manos de los estados los programas y presupuestos dirigidos a la educación en todos sus niveles. Los apoyos federales habrían de retirarse y ya podrán ir despidiéndose de que se les condonen las deudas o las matrículas a los estudiantes en las instituciones públicas o privadas. El primer párrafo de la propuesta en torno a educación señala: “Federal education policy should be limited and, ultimately, the federal Department of Education should be eliminated. When power is exercised, it should empower students and families, not government. In our pluralistic society, families and students should be free to choose from a diverse set of school options and learning environments that best fit their needs. Our postsecondary institutions should also reflect such diversity, with room for not only “traditional” liberal arts colleges and research universities but also faith-based institutions, career schools, military academies, and lifelong learning programs”.

En sus intentos por devolver la soberanía al país, proponen defender las fronteras y deportar a miles de migrantes, además de negarles el acceso a la educación. Las personas de otras creencias diferentes de las cristianas deberán ser excluías y la familia habrá de ser el centro de la vida americana, señala esta otra nota: (https://www.dallasnews.com/news/texas/2016/11/29/racist-flier-stating-trump-is-gods-gift-to-white-nation-reportedly-distributed-in-mckinney/) “The fliers that were reportedly found in Craig Ranch say: “Our new President Donald J Trump is God’s gift to white nation. We want to get our country back on the right track. We need to get rid of Muslims, Indians, blacks and Jews.” It then says people should “not sell or rent your homes to them,” among other sentiments”. A los estadounidenses se les devolverá su autogobierno, en vez de la intervención de un gobierno central en sus vidas (desde la página 3 del documento insisten en cuatro pilares que incluyen estas ideas). Entre las propuestas conservadoras se encuentra la de hacer depender a los organismos autónomos directamente de la presidencia, algo que hemos visto también en un gobierno mexicano que propone acabar con esos organismos y propone que el ejecutivo federal asuma sus funciones, a pesar de que el pejidente se asume en contra de los conservadores que, al menos en Estados Unidos proponen eso mismo, o cuando los votos de un color o plataforma se transforman, vía “chapulines” en votos de otro color: (https://elpais.com/mexico/2024-08-30/la-entrega-de-21-diputados-del-verde-y-el-pt-le-da-a-morena-un-control-casi-total-del-congreso.html).

La mayoría de quienes voten en Estados Unidos el próximo 5 de noviembre extenderán un cheque en blanco muy parecido al ofrecido por la mayoría resultante entre quienes votamos el 2 de junio pasado: “ya eligieron, ahora suponemos que las implicaciones de las plataformas se asumieron al votar”. Lo que no siempre es verdad en el caso ni de la política ni de otras decisiones que tomamos, como se ve en el cambio de partido y filiación de candidatos que fueron votados asociados a plataformas partidistas específicas. Como señala Rino Rumiati en su libro Decidirse: ¿cómo escoger la opción correcta? Riesgo, prudencia o rapidez (2000), realizamos “innumerables elecciones de manera automática (…) en realidad, no hemos hecho una verdadera elección; únicamente hemos reconocido un producto que ya cuenta con nuestra aprobación” y entonces marcamos la casilla o ponemos en el carrito, o iniciamos un curso de acción, sin caer en cuenta de los automatismos en muchas de nuestras decisiones de cada sexenio, trienio, semestre, día u ocasión.

Con frecuencia escogemos entre:

 

Tratamientos contra nuestros padeceres del alma o del cuerpo;

Pareja;

Candidatos para puestos políticos;

Escuelas;

Iglesias;

Lugares para comer y alimentos;

Ropa y zapatos;

Coche o entre alternativas de traslado;

Vivienda;

Barrio;

Disciplina y tipo de problemas que queremos plantear, identificar y resolver;

Banco;

Actividades de hoy;

Detergente;

Aparatos electrodomésticos;

Ejercicios posibles dentro del aula en la que impartimos clase;

Estación de radio;

Canal de televisión;

Estilo, registro y vocabulario de nuestra comunicación, entre otras varias posibilidades de elección.

 

Cuando Trump declaró “You do not need to vote again”: (https://youtube.com/shorts/oQMO2Uch99Y?si=Rs7sNBxOGBc9uI4U) aludió a esta renovada situación con la que muchos de nosotros no quisiéramos complicarnos la vida. Lo hemos visto cuando nuestros amigos o pareja preguntan qué queremos comer, tomar o a qué espectáculo y en qué horario asistir: “¡lo que tú quieras¡” cedemos apáticos, aunque lo califiquemos de deferencia amorosa. Así como quien vota para elegir candidatos expresa una preferencia previa en vez de analizar las plataformas y las capacidades actuales. “Voten por mí esta vez y después ya no será necesario que expresen voluntad alguna”, implica la declaración trumpiana. Al igual que en muchas otras decisiones: si compras este coche, decides con ello ser un buen cliente de tu mecánico; si escoges este otro escoges conservar el auto por muchos años, y la dinámica de elección (o de expresión de preferencia) con diversos productos se vuelve iterativa, no siempre razonada.

Al preparar mi reflexión entorno a cómo elegimos, dialogué con mi amigo Carlos, quien expresó cómo decidió que sus hijos no fueran estudiantes en una escuela en donde él había trabajado” yo fui feliz en esa escuela, pero mi estilo familiar no es el mismo, así que puse a mis hijos en otra escuela”. De la misma manera, hay quienes promueven que sus hijos no estudien lo mismo que tantas satisfacciones profesionales les dio, para que sean ellos quienes escojan por sí mismos, en vez de asumir una decisión que se toma en automático, en respuesta a una tradición, ya sea por la disciplina, la institución o la ubicación geográfica. La decisión de Carlos contrasta con las decisiones de quienes orientan a sus hijos a seguir una carrera que significó esfuerzo y gratificaciones en generaciones anteriores y que podría adoptarse por ya estar abierto el camino.

Incluso en los pasatiempos y aficiones, hay quien advierte, como mi amigo Miguel, motociclista, que su elección no fue la más aconsejable y declara que no dejará a sus hijos usen moto, pues se ha dado cuenta de lo peligroso que resulta ese tipo de vehículos. Mientras que otros promoverán que sus hijos y conocidos estudien o hagan o trabajen en algo que les dio satisfacciones, habrá quienes adviertan a otras personas para que no cometan los errores que ya cometieron otras personas en otras latitudes o momentos.

Los casos extremos pueden encontrarse en diferentes ámbitos: hay quien decide y se arrepiente de haber comprado determinada ropa o zapatos, o bicicleta, o casa o barrio, o ciudad. Pete Jordan advierte lo contento que estaba de haberse ido a vivir a Ámsterdam (In the City of Bikes. The Story of the Amsterdam Cyclist, 2013), hasta que descubrió que los ciclistas daneses eran todavía más relajados que los holandeses, en un viaje a Copenhague. Quizá habría elegido vivir en la ciudad danesa (cuyo sistema de salud ha sido declarado como inferior al mexicano el primero de septiembre de 2024 por el pejidente mexicano) de haber tenido la información y la experiencia. Tras su comparación entre los hábitos y las estructuras, empero, concluye que en ambas ciudades es posible observar un sinnúmero de mujeres bellas. La reflexión en torno al posible arrepentimiento y la consideración de “¿qué hubiera pasado en caso de optar por alguna alternativa?”, puede aplicarse, como se ve, más allá del campo de lo político, aunque es éste un ámbito del que recibimos noticias constantes.

“Disfruten lo votado”, reclamaron a los habitantes de Chalco por haber votado por un gobierno del Estado de México que no resolvió con prontitud las inundaciones derivadas de las lluvias de agosto en ese lugar (https://www.excelsior.com.mx/opinion/pascal-beltran-del-rio/disfruta-lo-votado-o-exige-tus-derechos/1669685). Todavía cuanto redacto este texto, las aguas negras alcanzan más de medio metro de altura y una de las habitantes afirma: “con las palabras no se resuelve nada”. Hay algunos estudiantes que expresan esa frustración y hasta desconcierto cuando señalan que la disciplina por la que se decantaron no resultó lo que esperaban y no les dio las capacidades o las oportunidades laborales que habían soñado.

Respecto a Project 2025, hay varios comentarios, algunos generales y otros sobre temas específicos, resalto algunos:

 

Rachel Maddow on project 2025: (https://youtube.com/shorts/M5ujkXjuQW4?si=HHcr7s4nGmbnivgt).

Project 2025 on education: (https://youtu.be/3m46ddXiHcs?si=fk0GE62BkmeWJCqD).

On work and unions (https://youtu.be/3m46ddXiHcs?si=fk0GE62BkmeWJCqD).

On women’s rights: (https://youtu.be/xm0OuaWadyA?si=O4Nz0X1MlD0ZwEoU).

On the courts: (https://youtu.be/qGe5_tKEWo0?si=oN13nluD6qAG-SX2).

On migration: (https://youtu.be/l28SQ2hJ3Bw?si=sZUAuN-Tzd0otReI).

El documento de Project 2025 se puede descargar desde aquí: (https://static.project2025.org/2025_MandateForLeadership_FULL.pdf).

 

*Doctor en Ciencias Sociales. Profesor del Departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara. rmoranq@gmail.com

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