Orejas
Luis Rodolfo Morán Quiroz*
El sábado 13 de julio de 2024, durante un mitin en Butler, Pennsylvania, Donald Trump, aspirante presidencial republicano, fue herido en una oreja. A las pocas horas, tras de que se revisó y se le puso una gasa en la oreja, se dieron a conocer múltiples cartones (hoy conocidos como “memes” por su nombre proveniente de la informática) de Trump. Desde uno con la imagen de Kennedy y un texto que apunta: “en mis tiempos había mejor puntería”; hasta tazas sin asa (las cuales suelen también llamarse “orejas”), pasando por uno que pinta a Trump al estilo del pintor holandés Vincent Van Gogh (1853-1890), aludiendo a que ese pintor se cortó una oreja en diciembre de 1888 (https://historia.nationalgeographic.com.es/a/misterio-oreja-cortada-van-gogh_20634). Además de los múltiples cartones, hay tatuajes, camisetas y seguramente todo un nicho de mercadotecnia que hace alusión al atentado. En los cartones han hecho mofa de Carlos III de Inglaterra por lo notorio de sus orejas. Un cartón sugiere que la gasa quedaría mejor en la boca de Trump que en su oreja. Lo que se aplica para muchos otros políticos, que bien podrían recordar que tenemos dos orejas y una boca, para oir el doble de lo que hablamos. En la siguiente reunión política se expresó una nueva moda republicana: los simpatizantes de Trump portan un parche de gasa en la oreja izquierda, para evocar a Trump por su herida de bala.
Para algunos, este atentado muy probablemente suscitará tal simpatía que Trump se convierta en el presidente 47, tras haber sido el 45 (https://youtu.be/VRu6N8D87nA?si=PefGkoS5oxPly-jJ). Se dice que en realidad recibió el balazo mortal la campaña electoral de Biden, presidente 46 y aspirante, hasta el lunes 22 de julio, cuando anunció que deja la carrera por la elección. Mientras tanto, Trump ya es el candidato oficial del partido republicano, tras haber sido nombrado el 15 de julio en la convención realizada en Milwaukee. De ahí que Sleepy Joe, como lo llama Trump, tendrá más tiempo ahora de “planchar oreja”, sinécdoque para designar la posición para dormir.
A los pocos días del atentado, algunos comentaristas señalaban que no pudo estar involucrado tan sólo el joven de 20 años que disparó repetidamente y mató a uno de los asistentes al mítin e hirió cuando menos a otros dos. Pronto se señaló que se trataba de una conspiración iraní (https://youtu.be/A8sfssGERos?si=sUogRU9hnuA0IJzf), aunque probablemente podríamos sospechar de esa sospecha como pretexto para continuar un conflicto que se asocia con Trump, pues durante su periodo anterior (2017-2021) EUA lanzó un “ataque de precisión” que cobró la vida del comandante Qasem Soleimani (1957-2020) (https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-50989553). Podemos anticipar que el desarrollo de esta hipótesis de la conspiración iraní tendrá nuevos elementos en las semanas y meses siguientes. En especial si Trump gana las elecciones del 5 de noviembre de 2024.
Esta “conspiración” podría asociarse con una connotación adicional de las “orejas”, pues se usa ese término para designar a quienes fungen de espías mientras se fingen partidarios de una causa sobre cuyos proyectos informan a los enemigos. Por cierto, acusan a los mexicanos de recibir a los “orejas” rusos, una acusación que lleva ya varios meses, especialmente por el aumento en la cifra de diplomáticos rusos en territorio mexicano (https://www.eleconomista.com.mx/internacionales/Espionaje-ruso-desde-Mexico-puede-ser-el-mas-peligroso-advierte-WSJ-20230703-0135.html).
Además de las orejas, el sentido del oído ha sido objeto de múltiples refranes y expresiones. La expresión “hablar al oído”, en especial si es en posición horizontal, suele denotar que alguien es muy cercano a personas con poder, ya sea privado, institucional o público. Dado que hay también una variedad de pan hojaldrado que se denomina “oreja”, que parece que se pondrá de moda el 5 de noviembre, después del pan de muerto y sus representaciones óseas. Por cierto, sólo requieren azúcar y masa de hojaldre: (https://www.youtube.com/watch?v=qxnfKUxyo-4).
En la narrativa cristiana, después del beso de la traición de Judas a Jesús y antes de que Pedro lo negara tres veces, aparece un episodio que involucra una oreja herida; se narra que “Judas, uno de los doce, iba al frente de ellos; y se acercó hasta Jesús para besarle. Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre? Viendo los que estaban con él lo que había de acontecer, le dijeron: Señor, ¿heriremos a espada? Y uno de ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Basta ya; dejad. Y tocando su oreja, le sanó (Lucas 22: 49-51).
La utilización ritual de la gasa pegada en la oreja en la siguiente convención republicana de este año retoma una expresión que se ha utilizado en otros momentos y culturas: tomar un objeto que se convierte en símbolo de unidad entre quienes lo utilizan. Así, hay formas de vestimenta que retoman marcas impuestas y las convierten en parte de un ritual y señal de devoción. Así, por ejemplo, en la película “cruising” (1980, dirigida por William Friedkin, con Al Pacino), se explican algunos códigos que sólo los iniciados pueden descifrar. Los uniformes militares, policiales, escolares, empresariales, de diversos oficios, suelen contener también algunos simbolismos que quienes se dedican a esas actividades pueden “leer” como parte de una cultura profesional.
De algún modo, el atentado de julio de 2024 se convierte en parte de una expresión política, como en su momento fueron la guayabera o la chamarra de Echeverría o las botas y el sombrero de Fox. En contraposición con morrales y pelo largo de expresiones políticas de izquierda de hace décadas y que en la actualidad se asocian con portar o inhalar marihuana. Existen otras marcas corporales como el tipo de corte de pelo, tatuajes, cejas, maquillaje, ropa de determinados colores, paliacates, cadenas, calzado, que acaban por convertirse en una afirmación de identidad, sea política, gremial o de grupo de edad.
El símbolo de la oreja con gasa deriva en plantearse la posibilidad de que Donald Trump vuelva a ser presidente de los Estados Unidos. Ya se verá si las expresiones visibles se convierten en votos a favor del candidato republicano en noviembre 2024. Lo que cabe esperar es que haya una renegociación del T-MEC en 2026 que implique más costos para México si gana el republicano que si gana la candidata demócrata.
Como ha expresado Trump durante su campaña actual y durante su gobierno, se prepara para realizar deportaciones masivas, lo que podría afectar a estudiantes que han sido protegidos por el programa DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals: acción diferida para los llegados en la infancia sin documentos migratorios). Aunque se enfatizará la política migratoria, podemos esperar que habrá cambios en los énfasis educativos más instrumentales para el mercado, como la capacitación de trabajadores. Por otro lado, en el momento de escribir este texto, el partido demócrata no ha nombrado a su candidata o candidato. Aunque Biden, al dejar sus aspiraciones para la reelección, expresó su apoyo a la vicepresidente Kamala Harris, se han señalado otros posibles nominados (Gavin Newsom y Gretchen Whitmer) y se barajan algunos nombres para la vicepresidencia en caso de que Harris sea la candidata (https://cnnespanol.cnn.com/2024/07/22/lista-vicepresidente-kamala-karris-trax/).
Por cierto, parece que alguna oreja en la Casa Blanca pasó información “novedosa”. Los candidatos son viejos. Y la ancianidad es una infracción de las normativas: (https://youtube.com/shorts/BkTDOhFK20I?si=41k59EhYr2SvHhIQ).
Como a Amlo le gusta el béisbol, entretenimiento en donde se utiliza un casco de bateador que cubre una sola oreja, seguramente estará expectante para ver si Trump da otro hit en su tercera oportunidad. Por lo pronto, su “amigo” y él van uno-uno. Todo parece indicar que en EUA habrá otro periodo republicano, dada la actual popularidad de Trump tras el atentado y el hecho de que Harris no es muy popular ni siquiera entre los simpatizantes del Partido Demócrata. Ya veremos si, como se usaba en nuestras escuelas del siglo XX, habrá a quién jalarle las orejas por los impactos del periodo 2025-2029. Por lo pronto, el pejidente mexicano le escribirá una carta a “su amigo” Trump para informarle (https://youtu.be/hM4wvXVIevI?si=BHV4D8eq7V9WWNuF) y, de paso, “jalarle la oreja” izquierda para que se entere de información que, dice López Obrador, no le han proporcionado a un candidato que afirma que los inmigrantes son los culpables de la violencia en Estados Unidos. Lo más probable es que Trump preste oídos sordos ante las palabras (escritas o pronunciadas, traducidas o interpretadas) o, cuando mucho, oídos de cantinero. Para empezar, Trump ha afirmado que López Obrador ya no es presidente de México. “Orejas curiosas, noticias dolorosas”, aunque también, “si orejas curiosas no hubiera, malas lenguas no existieran”. Parece que Trump se inclina más por no escuchar y que seguirá afirmando, ahora con la oreja envuelta en gasa, algunos “datos” falsos respecto a la inmigración. Ya antes de la pandemia lo hizo (https://www.publico.es/internacional/trump-cinco-mentiras-donald-trump-migrantes-cruzan-frontera-eeuu.html) y lo reitera recientemente (https://cnnespanol.cnn.com/2024/07/19/cnn-verifica-trump-falsedades-migracion-venezuela-cuba-trax/).
Lástima que la carrera presidencial en Estados Unidos podría ganarse por una oreja, en vez de “por una nariz”.
*Doctor en Ciencias Sociales. Profesor del Departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara. rmoranq@gmail.com