El servicio social sigue vigente

 en Carlos Arturo

Carlos Arturo Espadas Interián*

Nace como iniciativa para trabajar con los sectores desfavorecidos de nuestro país, teniéndose como visión compartir lo propio del nivel superior desde el ejercicio profesional, humano y con una perspectiva nacionalista que implicaba no dejar a nadie atrás y sacar adelante a nuestra nación.
Desde esta perspectiva, la visión del servicio social era eminentemente comunitario y si se permite: nacionalista. Independientemente de los matices académicos y curriculares que han modificado el servicio social y en algunos casos lo han puesto en una realización concreta que a veces se aparta de su razón de ser y su sentido, el servicio social sigue vigente.
Hay dos elementos que lo mantienen vigente y que no tienen nada que ver con la transformación que ha sufrido el servicio social al interior de algunas universidades. El primero es trabajar por la comunidad y el segundo el sentido humano.
No en todas las universidades se ha trastocado ese sentido, en muchas continúa y se mantiene vigente, sin embargo, se requiere una visión autocrítica que mueva procesos de autoevaluación para identificar si no se está incurriendo en una proveeduría de personal altamente calificado para instituciones que operan con este personal (nuestro estudiantado) programas diversos y que acuden al servicio social desde una visión de proveerse de personal gratuito y que en ocasiones la intensión es desentenderse de la operación de los mismos.
Otro de los riesgos en los que pudiera incurrirse es el hecho de prestar servicios que nada o muy poco tienen que ver con una visión integral desde el servicio social.
Para tener una referencia que permita realizar una evaluación, es necesario considerar la inter y multidisciplinariedad, el sentido de emancipación que se propicia en la comunidad con la cual se trabaja, la reconstrucción de ser humano desde los contextos específicos y, sobre todo, evaluar en palabras de Gramsci, si prestadores realizan el papel del intelectual orgánico o no.
Con estos parámetros de referencia podemos evaluar la vigencia de nuestros programas y, sobre todo, se pueden priorizar los programas de servicio social propios de nuestras universidades que imprimen un sello diferenciador al momento de trabajar para el bien comunitario y de nuestra nación.
Este elemento que configura el espíritu del servicio social debe permanecer intacto y las universidades están llamadas a ser, aunque no las únicas, quienes salvaguarden ese espíritu.
El servicio social continuará vigente mientras exista un sector de nuestra población vulnerado, desfavorecido y marginado y, sobre todo mientras la universidad siga teniendo el compromiso social con el pueblo de México.

*Profesor–investigador de la Universidad Pedagógica Nacional Unidad 113 de León, Gto. [email protected]

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