La necesidad de los proyectos de desarrollo institucional en los centros de formación docente
Isaac Reyes Mendoza*
Bien harían los responsables de la Gestión Escolar (de las instituciones de Educación Superior) evaluar si están cubriendo las necesidades del Sistema Educativo Estatal-Nacional y valorar si en las metas propuestas están siendo cubiertos los objetivos Institucionales, para saber, entre otras cosas ¿cuál es la calidad de los resultados?, ¿cómo es percibida la gestión por la comunidad académica?, ¿cuáles son los impactos positivos de la misión de la institución?
Las funciones de los directivos están referidos y determinados por las funciones sustantivas de las instituciones; la misión y visión que han definido, cada día están sometidas a dinámicas de presión por la micropolítica y los climas organizacionales, por los intereses creados, por los grupos internos y por la actuación de los personajes que no dejan de influir en las directrices de las políticas educativas institucionales.
La alternancia política del gobierno estatal y nacional, tiene sus repercusiones y consecuencias en la renovación de directivos en las dependencias e Instituciones y sólo son un maquillaje cuando simulan “procesos de oposición” y para lo cual se plantean convocatorias con bases de actualización, criterios, perfiles y requisitos acordes a los consensos y acuerdos políticos.
Derivado de estas inconsistencias, en la actualidad algunos directivos de las instituciones formadoras de docentes, (ByC Escuela Normal de Jalisco, Escuela Superior de Educación Física, Escuela Normal Superior de Jalisco y el Centro de Investigaciones Pedagógicas y Sociales), se han cuestionado seriamente por docentes inconformes por el proceso y las prácticas institucionales que desarrollan, ante ello habrá que ver hasta dónde es real lo que dicen los inconformes e interpretemos el silencio de las autoridades.
Algunos de estos directivos de educación superior han evidenciado claramente su actitud, desarticulada con los esfuerzos Estatales y con la Planeación Federal para promover una gestión acorde a las necesidades de las Instituciones formadoras de profesionales de la educación.
La inconformidad está centrada en la falta de respeto a la dignidad y profesionalismo de los profesores-investigadores, la carencia de proyectos de desarrollo institucional por ejercer actitudes punitivas y generar entornos laborales poco propicios para contribuir a elevar la calidad de la educación.
El problema de evaluar los desempeños directivos en educación superior tiene que ver con el proceso “ahora si habrá directores por concurso de oposición”, que pareciera una falacia de entrada, ya que carece de órganos autónomos, como los que tiene la UPN a través de la Comisión Académica Dictaminadora y un proceso desarrollado por órganos autónomos.
Las nuevas condiciones que se quieren imponer desde el exterior de las instituciones, con bases jurídicas y con poco o nulo reconocimiento de las comunidades académicas no son viables y si bien logra la formalidad jurídica, hacen evidentes las deficientes competencias, habilidades y perfiles para ocupar ese importante puesto en las instituciones.
El rol del director ha sido clave en el desarrollo histórico institucional y está signado por quienes han dado prestigio a muchas de ellas, por lo cual las condiciones internas de las instituciones que tienen problemas y sus circunstancias, deben ser interpretadas correctamente por las autoridades educativas. Debieran ser sensibles para responder a los subordinados y revisar el proceso a través del cual ha designado los directores de las Instituciones de Educación Superior, donde cada director trae su propio trayectoria profesional y razones por las que quisieron ser directores, ello podría ser el detonante para el Desarrollo Educativo de nuestra entidad, logrando que el Plan de Desarrollo Sectorial sea alimentado por los resultados de los Proyectos de de cada escuela normal o centro de posgrado.
*Profesor de educación básica. [email protected]