Fotogénicas y fotogénicos

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

“Nos hacemos fotos, no con el objeto de recordar,
sino para completarlas después con el resto de nuestras vidas”.
Arturo Pérez -Reverte en “La Reina del Sur”

En el acto de tomar fotos y en el corpus interno de la Psicología colectiva de los niños, niñas y adolescentes (NNA) hay una especie de reafirmación de identidad y de aceptación de sus iguales a través de la fotografía hoy democratizada y masificada.
Redes sociales y plataformas como Tik Tok o Instagram son receptoras de ese afán para romper el aislamiento y el anonimato, justificación para publicar lo cotidiano.
Pero también en las emociones compartidas de algunos educadores de los NNA subsisten resabios protagónicos y exhibicionismo de adultos.
Por eso se pueden ver en algunos privilegiados(as) imágenes compartidas en Facebook de rostros felices en lugares icónicos del país o internacionales (Las Vegas, París, Roma, Dubai al 2X1en la temprana postpandemia).
Que los viajes se paguen a crédito en formatos FOVISSSTE, Pensiones u otras alternativas es otro tema.
Una fotografía, un tratado de interpretación; la hermenéutica de la imagen, su antropología, Sociología, Psicología o la quimera de hacer Política.
La foto, el portaobjetos y la muestra de materia para congelar personajes y pasear por el momento y los rostros.
“Una imagen habla más que mil palabras”, cosas así se dan por sentadas, desde el daguerrotipo y la emergencia del cine o la televisión.
Asumamos que la imagen es un texto para leer cosas; es un contexto que no visibiliza todo y que hay que inferir en su vacío.
La fotografía como evidencia de los momentos festivos del sujeto, el cumpleaños, boda, bautismo, la graduación, etcétera.
La fotografía y su mensaje político. Las ausencias y las presencias fidelianas cetemistas.
Los fotogénicos sonrientes, las fotogénicas que estrenan piel en sus nuevos vestidos y en el primer retoque decolor en cabellos y uñas.
Los diez años de celebración de existencia del partido político Movimiento Ciudadano en Jalisco que vuelven a colorear el naranja. La presencia en la fotografía de funcionarios felices de la Secretaría de Educación en el estado. La mirada puesta en el trabajo político en la próxima transición. El pase de lista, la reverencia al líder moral y a su ex presidiario fundador.
Las fotografías y el valor de la anticipación, el catálogo con la mirada puesta hacia 2024.
La fotografía y el marketing político de consignas de campaña vacías en palabras y adscripción ideológica.
El oficio de ganar elecciones con consignas baratas y pegadoras.
La autenticidad de los presentes a ritmo de zumba, la intencionalidad de las sonrisas y los rostros.
Leer a Daniel Prieto Castillo para interpretar la imagen, las fotografías en los portarretratos, en los cuadros de las salas, en las reuniones políticas y en las fiesta de cumpleaños de quienes tienen una parcelita de poder a la mirada de los otros.
La fotografía de algunos invitados felices, bebedores y comedores en la celebración del cumpleaños del Secretario General de la Sección 16 de los maestros federales en Jalisco el 31 de marzo, la fotografía de la presencia, el abrazo selectivo y luego el desfile de saludos del secretario de Educación de Jalisco y el líder de la Sección 16 del SNTE.
La fotografía que ilustra el perfil amoral de muchos concurrentes, los eternos beneficiarios de un sistema que no atiende la agenda de lo sustantivo y trascendente en materia laboral, en materia de dignidad profesional del magisterio, en materia de calidad ética.
La celebración del cumpleaños, el olvido y la ausencia de rendición de cuentas, el aplauso cómplice y compartido de las miserias con las que se han conducido muchos de los concurrentes como comensales en las fiestas de la ignominia donde no hay el mínimo olor a gis y a libro.
Los viejos maestros y las viejas maestras cuyas trayectorias se ocultan en la imagen producto del segundo en el que se captura la imagen, al lado de quienes representan el poder.
La imagen de muchos que no han rendido cuentas y que apenas hace pocos meses era el ejército silente de una reforma educativa punitiva y perseguidora.
La imagen de los que ahora ríen ante la cámara de la docena de celulares que se activan una y otra vez para producir la imagen a compartir.
La palabra UNIDAD líquida que devela el manifiesto contenido político.
El aparato y la estructura sindical en marcha en los tiempos políticos de este SNTE que usa hábilmente sus máscaras en la periferia de las faldas de una Cuarta Transformación que alimenta en el seno a sus propias víboras y alacranes.
El presentismo de la llamada democracia sindical que cada temporada de elecciones purifica rostros y regala impunidad en abrazos, saludos de mano y reverencias.
La fotografía, registro para los archivos de la inmundicia que es moralidad lateral de la manera como se hace política.
Los rostros y personajes que se reúnen y se posan la mano en los hombros, los rostros maquillados y piernas sobre zapatillas que están lejos de ser lección de misión social y práctica extensiva de los valores más caros del magisterio.
Los invitados e invitadas, observadores y observados.
Las voces y la retórica falsa en las arenas movedizas de lo político sindical servil que sorprenderian al mismo Erasmo de Rotterdam cuando hace ya algunos siglos (1511) escribió sobre la locura como sinónimo de hipocresía, adulación, molicie, olvido y voluptuosidad.
Las fiestas, sonidos e imágenes, las risas hienescas e imágenes de estulticia para reafirmar el contrato de silencio y de dictadura del absurdo “Bendita hipocresía (necedad) que nos hace convivir a los seres humanos”.
Otra fotografía. Las siluetas de las barrigas y las canas de los juegos magisteriales 2022 en desesperados días políticos, el consentimiento y la pandemia, que con todo y protocolos enseñaron poca cosa.
La militancia sindical reducida al distractor de un balón, de una melodía de Chente o José Alfredo, de un festejo.
Las carreritas y el coqueteo que también son políticos y quieren seducir y marcar ruptura como comunicación paraverbal distractora.
La lucha sin lucha y las transiciones que se receta la masa del magisterio que nada recibe, la colección y el álbum fotográfico de sus liderazgos alejados de los representados mientras se da otra fumada al cigarrillo u otro sorbo al tequila comprado a granel.
La presencia selectiva en las fiestas y los eventos públicos de los tomadores de decisiones en la administración pública del sector educativo, la ciencia de la imagen de cabellos tricolores, blanquiazules y naranjas que practican slogans coloridos y mareadores.
La ciencia del verbo encarnado de la política educativa oficial y sindical, sin sinergia y sin resultados en los indicadores importantes.
El presentismo del icono, de la imagen, los exitosos y eficaces para hacer una gestión de gobierno cupular y discrecional.
La danza de los sindicaleros y oficialistas en turno que departen la fiesta en la misma mesa mientras se calla el mensaje de texto “Ya págame SEJ” en los mil webinar archivados.
Los acomodos y reacomodos, la urgencia de militancia de los maestros y las maestras para recuperar representación y dignidad, capacidad de negociación y exigencia del derecho al trabajo y a la dignidad humana.
Los fotogénicos vetustos ricos en máscaras camaleónicas que lucen trajes de la última oferta de Milano, sombreritos cubridores de calvicie; los amantes de la simulación que lanzan sonoras carcajadas con bebida en la mano.
Las fotogénicas en menopausia, pieles estiradas rellenas de silicona que sonríen al guapo y a las barbas en estreno, que corren para posar en la foto y prestas suben su estampita de cazadoras en el safari de las redes.
La fiesta, la reunión masiva, los mensajes por desentrañar, el magisterio poeta y mariachero a media noche, aún lejos del despertar.
Las fotografías de maestros y maestras en tiempos de la Nueva Escuela Mexicana y Recrea.
Mirar por la cerradura y ampliar la imagen para comprender en amplitud el nudo gordiano del cambio.
La irremediable subjetividad del color y las estaturas morales, las sonrisas abundantes en dentaduras postizas acrílicas.
La fotografía y la antropología de la imagen, la necesaria connotación, la imprescindible viralidad de la denotación.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. [email protected]

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