A mi padre…
Gildardo Tonatiuh Meda Hernández*
Deseo que mis palabras alcancen para describir todo lo que fuiste y todo lo que representaste para mí y para muchas personas más.
Fuiste un hombre apasionado por las letras y la educación y prueba de ello fue que en tus últimos momentos de vida hiciste el esfuerzo de comunicarte con tus seres queridos con pluma y papel, se me hace digno para ti que te regrese ese gran gesto de tus últimos alientos.
Para mí fuiste el mejor hombre y ser humano que he conocido. En ti pude observar que debemos saber manejar las situaciones a pesar de la adversidad y las dificultades que se presenten, de la manera más inteligente y provechosa.
De tu ejemplo me queda que es necesario estar preparados lo mejor posible para sobrellevar las situaciones a las que nos enfrentamos en todos los ámbitos de la vida.
Fuiste un gran maestro profesional para incontables personas que los impregnaste de tu pasión por la educación y la justicia, pero también, fuiste el mejor maestro de vida para mi persona, mi familia y muchísimas personas que se encontraron en tu camino.
Agradezco esa invaluable herencia de principios y valores que me has transmitido de padre a hijo. Parte de lo que soy y me define hoy en día ha sido gracias a ti.
Te nos fuiste muy inesperadamente, hasta para ti, pero con las bases que nos enseñaste podemos enfrentar esta situación de la mejor manera.
Ten por seguro que nuestra familia seguirá unida por siempre, así como siempre lo procuraste con todos tus familiares a pesar de las distancias y ahora que no estás físicamente con nosotros no dudes que seguiremos tu ejemplo.
Las personas tan valiosas e importantes como tú dejan una marca generacional, es decir, se siguen nombrando y contando su historia a través de mucho tiempo a las futuras generaciones.
A pesar de que mis hijos y futuros sobrinos no te conocerán físicamente, ten por seguro que estarás presente en ellos y nosotros por la forma en que nos educaste y cómo lo haremos con ellos escuchando siempre las anécdotas de su querido “Nino Gil”.
Esto no es un adiós definitivo sino un hasta siempre, me esperas en cielo con Dios, con tus padres, tus suegros, tíos y tu hermano, se que ellos te van apapachar.
Te amo papá y siempre estarás presente en mí y en todas las personas que se cruzaron en tu andar.
*Hijo de Gildardo Meda Amaral y estudiante de educación física