Situación salarial, la doble plaza y demás condiciones laborales del magisterio
Jaime Navarro Saras*
Hubo un tiempo (a decir de docentes que trabajaron en educación pública durante la década de los 70 y antes de ésta), que el salario de una plaza cubría las necesidades básicas de una familia y un poco más, después llegó la catástrofe de la década perdida de los ochenta y apareció como una medida práctica entre la SEP y el sindicato de maestros la figura de la doble plaza para compensar el deterioro salarial del magisterio; en esta década de crisis una plaza docente en educación preescolar y primaria pagaba el equivalente a un salario mínimo y medio, eran los tiempos en que Vanguardia Revolucionaria controlaba el SNTE y, a cambio de sacrificar el salario magisterial y su poder adquisitivo, recibía como pago y moneda de cambio regidurías, diputaciones, senadurías, presidencias municipales, delegaciones federales en los estados y, hasta una gubernatura.
A partir de entonces la doble plaza se convirtió en el propósito central de la mayoría de docentes para mejorar sus ingresos, a cambio (por desgracia) de sacrificar su calidad de vida, la integración familiar y qué decir de la superación profesional; en un escenario ideal de trabajo, ya bien sea en la zona metropolitana, en un mismo plantel o en escuelas cercanas, la salida de casa era a las 7:00 de la mañana y el regreso se prolongaba hasta las 19:00 horas de lunes a viernes en promedio, sin contar, por supuesto, con las horas dedicadas en casa para evaluar, planear clases o elaborar material didáctico, con el tiempo este modelo de trabajo docente terminó por impactar negativamente en su calidad de vida, en las prácticas educativas y el rendimiento de los aprendizajes de estudiantes.
Recientemente, con la reforma educativa de Enrique Peña Nieto y los ajustes de la 4T a las condiciones laborales de docentes, la doble plaza desapareció de las nóminas magisteriales y a la fecha solo las trabajan quienes ya las tenían hasta antes de 2014; la realidad vigente es que en las convocatorias para el ingreso al servicio profesional docente de 2014 a la fecha no pueden concursar para obtener una nueva plaza aquellos trabajadores que ya ostenten una plaza de jornada, tanto de preescolar, primaria y educación especial, pero no así para docentes de educación secundaria, la normatividad les permite concursar hasta obtener el tiempo completo y que, para el caso de Jalisco son 42 horas en el sistema federalizado y 48 para el sistema estatal.
Cabe señalar que la normatividad de prohibir la obtención de la doble plaza contraviene leyes y reglamentos, tanto el Artículo 123 de la Constitución como la Ley Federal del Trabajo señalan hasta 40 horas efectivas a la semana y, por su parte, la Ley de Incompatibilidades del Gobierno de Jalisco cita hasta 48 horas a la semana, normatividad que, por supuesto, al SNTE no le interesa cuestionarle al gobierno y, mucho menos, abanderar demandas por un salario digno que les permita a los trabajadores que representa, tener un mayor ingreso económico que impacte en su calidad de vida y ascender a una vida profesional acorde a sus necesidades.
El tema de las cargas horarias y el dinero que se reciben por éstas no es un tema menor, y que, sin duda, será una de tantas demandas de los trabajadores, justo ahora que entrará en juego la elección de dirigentes en el SNTE, ante este panorama queremos ver quién es el candidato o grupo político guapo que se atreve a apostarle a mayores ingresos del magisterio ya que, se quiera o no reconocer, los $8,000 que recibe de salario un docente de educación preescolar o primaria no alcanza para sostener a una familia sin hijos, a menos que trabaje la pareja y, visto así, está muy lejos de nombrar profesional a la labor que desarrolla el magisterio.
Es pues, tiempo de debatir, dialogar, analizar y proponer los nuevos perfiles del magisterio, uno de los aspectos prioritarios es la profesionalización de la labor docente empezando, indudablemente, por la mejora de los ingresos económicos y visualizar el trabajo de los maestros como auténticos profesionales de la educación, ya que, así como vamos, en el corto tiempo el ingreso será tan crítico como en la década de los 80; a la fecha una plaza de jornada gana al mes 1.54 salarios mínimos y, así como va la tendencia alcista del salario mínimo con este gobierno, el año que entra la plaza inicial ganará menos que lo que se ganaba en tiempos de Miguel de la Madrid.
*Editor de la Revista Educ@nos. jaimenavs@hotmail.com