Certezas, incertidumbre y anticipación

 en Adriana Piedad

Adriana Piedad García Herrera*

Mañana 30 de agosto es la fecha, regresamos a las aulas en una modalidad híbrida de trabajo. Una apuesta sin duda audaz, que involucra una gran cantidad de personas y perfiles educativos.
El virus causante de COVID-19 sigue con nosotros y nos coquetea. Estamos expuesto/as a contraer la enfermedad, pero ahora las condiciones son diferentes a las del año pasado: sabemos más sobre el virus y sus variantes, la mayoría de los docentes están vacunados y muchos padres de familia también. Los niños y los jóvenes no están vacunados, pero están ansiosos por ir a la escuela, ver a sus amigos y salir un poco del encierro.
Vamos a volver a las aulas y tenemos protocolos de actuación: la mitad de los estudiantes por grupo, filtros de entrada y de tránsito, aulas ventiladas y sanitizadas. Todos usando cubrebocas de manera correcta y guardando la sana distancia. Tenemos información, es importante leer los protocolos y aplicarlos, aunque nunca serán suficientes para enfrentar todo tipo de imprevistos.
Es lo que sabemos y nos han dicho, pero ¿qué va a pasar en realidad? No lo sabemos, no podemos saberlo, la incertidumbre es un estado de indefensión con el que no estamos acostumbrados a vivir, preferimos las certezas que nos den seguridad, pero en esto del virus y el regreso a clases nada está escrito. Depende en buena parte de nosotros escribir una buena historia de esta experiencia desafiante. En primer lugar, cuidarnos a nosotros mismos, no confiar demasiado en los saludos con el puño, los abrazos y la cercanía. Aplicar la sana distancia, aunque de repente parezca una actitud “chocante”.
Para que las cosas funcionen lo mejor que se pueda es importante anticipar, preparar la mente, el cuerpo y el estado de ánimo para enfrentarnos a este nuevo escenario. Podríamos imaginar distintas situaciones, a manera de hipótesis de trabajo, y trazar planes de acción variados. La fórmula “si…, entonces…” es una estrategia de anticipación que prepara para la acción: “si me siento mal, me duele la cabeza, tengo fiebre…, entonces no me presento a clases y de inmediato me voy a una Unidad Médica”; “si en el filtro de la entrada …, entonces…”; “si durante la clase alguien se siente mal, entonces…”, es decir, prestar atención a los detalles y tener a la mano los protocolos de actuación.
Anticipar es tarea de todos, prepararnos para saber qué hacer en caso de identificar una situación de riesgo. El temor puede paralizar, pero también puede ser el origen de una nueva manera de desarrollar la labor educativa, sumando al coronavirus como un participante más. Quizá ya sea tiempo de volver, pero con certeza no lo sabemos.

*Doctora en educación. Catedrática de la Benemérita y Centenaria Escuela Normal de Jalisco. [email protected]

Comentarios
  • Oliva Garcia

    Excelente reflexión Doctora mucha gracias por compartir su punto de vista el cual nos orienta sobre la realidad que viviremos a partir de hoy en las aulas.

  • Rosi

    Muy buen análisis, solo queda estar informados, atentos y actuar de manera inmediata ante cualquier situación de riesgo.
    Aprendiendo a convivir con el covid 19
    No podemos seguir aislados.

  • Carmen Martínez

    Así es muy importante desde su punto de vista como docente ojalá todos tomemos en cuenta esos detalles de sumo interés y prevención siempre es mucho mejor
    ????????

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