El congreso y la reforma a la educación Normal. El cambio que se niega a llegar
Andrea Ramírez Barajas*
El actual gobierno federal a diferencia de los anteriores, todas las cosas las quiere resolver a base de consultas, de aparentes encuentros democráticos, de abrir los temas de la agenda a las distintas propuestas o diferentes actores educativos.
Todo esto sucede solamente en el terreno de las apariencias, en la realidad se mantienen las mismas prácticas antidemocráticas, de negociación previa, de madruguetes, de aparentar consultas cuando ya se tienen los resolutivos cocinados.
No he tenido acceso ni a los acuerdos, ni tampoco al proceso de discusión del pasado Congreso de Educación Normal, dicho evento se definía como un espacio abierto para darle rumbo y sentido a la reforma de dicha instancia institucional, la emblemática Educación Normal de nuestro país: ¡no fue así!
El congreso mentado fue un espacio de participación cupular, de Jalisco solamente asistieron los directores de las 11 escuelas Normales públicas (en el fondo qué representan ellos y ellas) sólo los intereses de sus patrones, los cuales pueden ser el SNTE, el anterior secretario de Educación, los grupos políticos a los que responden, pero no representan ni una aspiración genuina por mejorar los esquemas de formación, ni tampoco a la base trabajadora del ámbito institucional que administran.
El congreso en cuestión abrió la agenda para dejarla igualmente abierta, no hubo resolutivos según testimonios de algunos asistentes, no hubo un esquema serio que le diera una ruta de acción a la educación Normal, de tal manera que podamos tener certeza de cuál será el rostro de la formación docente para los siguientes años.
La educación Normal es uno de los espacios educativos más contradictorios de nuestro sistema. Por un lado, alberga y le da oportunidad de acceso a los hijos e hijas de las personas que pertenecen a las clases más necesitadas y más pobres de la sociedad (como ha sido el caso más representativo de las Escuelas Normales Rurales), pero, por el otro, es un espacio copado por el SNTE y por infinidad de intenses políticos partidistas, un espacio anquilosado manejado por el poder y por intereses caciquiles en la mayoría de las escuelas Normales del país.
En Jalisco el estilo de gestión de las 11 escuelas Normales públicas pasa por lo que se diga arriba, este esquema piramidal y de obediencia plena a lo que digan los jefes, niega, por un lado, todo brote de disidencia e inconformidad por mínimo que este parezca, también anula la posibilidad de un juego plural y democrático por construir mejores propuestas educativas.
Las lealtades mal entendidas, esperar apoyo y la bendición desde arriba para el incremento de horas, para basificarse y para mejorar la categoría del sistema homologado hacen que la educación Normal se convierta en una caricatura de todo lo que no debe ser una institución de educación superior.
De pensar en una dialéctica del cambio realmente estamos atorados en un círculo perverso, el cual tiene que ver con el hecho de que las escuelas Normales no se comprometen a una mejora educativa porque antes se tienen que transformar desde su interior, pero la transformación en el interior no llega porque no llega una propuesta de mejora educativa. Como decía un sabio filósofo de la antigüedad: ¿qué es primero, el huevo o la gallina?, así las cosas el Congreso de Educación Normal el cual dejó más inconformidad y frustración que claridad sobre el tipo de camino que debe recorrerse para mejorar la formación de los futuros docentes para México y, también para Jalisco.
*Doctora en educación y consultora independiente. [email protected]
EL DERECHO A VIVIR LIBRES DE TEMORES, algo que la gran mayoría de los catedráticos de las 11 normales de Jalisco, desearían…
Transcribo los cuatro derechos fundamentales del hombre (Carta del Presidente de México Andrés Manuel López Obrador al presidente de los Estados Unidos de Norte América Donald Trump, 30 mayo/19): el derecho a la libertad de palabra; el derecho a la libertad de cultos; el derecho a vivir libres de temores y el derecho a vivir libres de miserias…
El monopolio estatal en la formación de profesores fue una respuesta en el siglo XIX por la lucha entre liberales y conservadores; ya en el siglo XX por la propaganda durante la revolución y los gobiernos revolucionarios, sería interesante conocer los debates del congreso donde se expusieron las razones para separar la formación de profesores en las normales y no en las universidades, parte de la justificación fue algo así como que la formación universitaria debería ser superior porque se necesitaba personas reflexivas capaces de crear y construir, en cambio los profesores no debería pensar, crear ni criticar, sino obedecer y realizar las órdenes gubernamentales, eso explica en parte, el estado actual de la formación docente