El futuro de la educación Normal se decide en un Congreso

 en Andrea Ramírez

Andrea Ramírez Barajas*

Más que una posición democrática me parece una visión populista la que encabeza el gobierno de López Obrador, un ejemplo de ello es abrir las decisiones y el futuro de la educación Normal a lo que se decida en un congreso.
Todo congreso es un espacio de discusión y deliberación que al final permite tomar cierto tipo de acuerdos o generar algunas propuestas y recomendaciones. Hay de congresos a congresos, pongo dos ejemplos que he vivido desde adentro y que son totalmente polarizados:

• Los congresos del SNTE para renovar comités seccionales, son espacios totalmente amañados y manipulados, en donde los acuerdos ya han sido ‘cocinados’ con antelación, todo mundo sabe en que va a concluir dicho espacio de deliberación menos los propios congresistas, ingenuos creen que las cosas se deciden ahí.
• El otro es o son los congresos del COMIE, dichos congresos son espacios ricos de discusión que ponen en el centro la producción y circulación de conocimientos, ahí no interesan los acuerdos (y menos forzados), pero si las posiciones y posturas que asuma el congreso y que se vinculan con la política educativa.

Lanzo una hipótesis: el congreso de educación Normal girará (o ya ha girado) entre uno y otro formato, hay cosas ya arregladas, ya acordadas previamente y hay otras que la propia discusión determinará.
Ahora bien, por otro lado, tenemos que el compromiso populista de apoyar a la educación Normal (a toda costa), no tanto para fortalecer o para mejorar el enfoque y las perspectivas de la formación de docentes sino para hacer que se sientan bien los grupos que contralan a las escuelas Normales (el SNTE incluido por supuesto).
La educación Normal, como lo hemos venido diciendo reiteradamente en este espacio, se debate entre la continuidad y la ruptura, lo que no se vale o lo que no puede seguir es incurrir en una especie de prácticas monopólicas so pretexto de que sólo las escuelas Normales pueden formar docentes. Habría que abrir el abanico de posibilidades formativas, si queremos mejorar la formación de los futuros docentes es necesario darle juego a las Universidades públicas, que abran (como ya ha sucedido en algunos estados) las llamadas facultades o escuelas de magisterio. ¿A qué le tienen miedo las Normales? A decir que la formación, las didácticas y los modelos pedagógicos son exclusivos de su tradición y por lo tanto de su cultura.
Los congresos (de los que se trate) más que pensar en renacionalizar a las instituciones y a su poder real y simbólico, deberían de pensar en cómo mejorar sustantivamente la formación de los futuros docentes. Ese es –creo yo– el quid que está en el fondo de éste y de muchos congresos.
Y ante ello, habría que saber cuáles son los resolutivos de este congreso de educación Normal y, si se puede o se quiere, cuáles son los acuerdos tomados entre la SEP y los diferentes grupos que manejan los intereses y destinos del normalismo.

*Doctora en educación y consultora independiente. [email protected]

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