1968 año de rebeliones

 en Yolanda Feria Cuevas

Yolanda Feria-Cuevas*

Claude Lefort definió el año de 1968 como un año de “efervescencia revolucionaria” y Fernand Braudel lo catalogó como el año de la “revolución cultural” ya que los tres elementos principales de la cultura, como lo son la familia, los medios y la educación, sufrieron cambios importantes. En Berkeley, Berlín, México, París, Praga, Roma, Tokio y Varsovia los movimientos fueron breves, en la mayoría se regresó al orden mediante la imposición.
Tres factores comunes se percibían entre las movilizaciones de ese año: la crítica al autoritarismo, el protagonismo de los jóvenes y el carácter civil. Casi todas las manifestaciones tuvieron su origen en el ámbito universitario y las organizaciones a favor de los derechos civiles cobraron fuerza tras el asesinato de Martin Luther King el 4 de abril de ese año.
Sin embargo, las manifestaciones de 1968 se venían gestando años atrás. En algunos ámbitos se concibe a la sociedad compuesta por tres elementos: el ámbito familiar, que implica la vida privada del individuo; el ámbito civil, que es el espacio en donde los individuos establecen relaciones; y el poder político. Desde principios de los 50, las universidades crecían y el enfrentamiento entre los estudiantes y el orden académico obsoleto era inevitable. La sociedad estaba cambiando pero la familia y el poder político manejaban normas cada vez más estrictas. Según Josep Ramoneda, las manifestaciones de 1968 fueron intentos de romper la tensión entre el espacio familiar y el poder político desde el espacio civil. Por primera vez los jóvenes, de varios lugares del mundo, asumían el papel de sujetos promotores del cambio social. El elemento común era el antiautoritarismo.
La conclusión de la convulsión revolucionaria de 1968 fue que el sistema pudo, sin mayor problema, destruir el sueño del gran cambio; y el proceso de rebeldía y liberación tomó caminos, en ocasiones contradictorios y alejados de la idea inicial.
¿Qué reflexión podemos hacer de los movimientos del 68? Una posible respuesta sería poner siempre en duda cualquier declaración y no dar por contundentes las ideas que escuchamos. Promovamos en nuestros estudiantes el interés por conocer, por aprender y por convertirse en individuos autónomos capaces de expresar y defender sus ideas en un ámbito de honestidad y respeto.

*Profesora-investigadora del Cucba de la UdeG. [email protected]

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