201 años

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

Hace un año celebramos el bicentenario de la fundación del estado de Jalisco. Hace dos días se suspendieron clases en educación básica para conmemorar el “Día del Estado libre y soberano de Jalisco” (Circular de la Secretaría de Administración, 04/01/2024).
Hoy, en un marco postelectoral enrarecido se celebra el 201 aniversario del surgimiento del estado libre y soberano de Jalisco. Elecciones que en tan solo una semana cerraron conteos, emitieron constancias y, para los anales y expedientes aperturaron una etapa de judicialización.
Malas señales para la democracia estatal.
En materia de Historia de Jalisco, una de las fuentes que hay que leer es el libro oficial elaborado por el maestro Enrique Ibarra Pedroza y algunas de las fuentes a revisar que indiscutiblemente son referentes; las aportaciones que hace el Colegio de Jalisco. El CIESAS o la Universidad de Guadalajara a través de proyectos de investigación y publicaciones.
La historia institucional de proyectos como la Universidad de Guadalajara, la UAG, el ITESO o la Benemérita Escuela Normal de Jalisco, también son objetos de conocimiento en este momento de búsqueda identitaria de los jaliscienses.
Hay una vena política y filiación de quién dice qué.
Hay que discriminar y evaluar todo texto que aborde el tema de lo histórico; en particular, para no contaminar la mirada con la pasión cumpleañera de una historia de bronce tipo “Defendamos Jalisco” o “Yo amo Jalisco”.
Una mirada localista tendiente a la construcción de una historia de bronce legitimadora o una visión machista arriba del caballo, puede asaltar en los entronques del camino real de la imparcialidad.
La Historia impone una mirada de objetividad sustentada en hechos y evidencias, la Historia de Jalisco que en estos días se celebra, debiera tener una fuerte cimentación científica y distanciarse de los carteles historiográficos celebradores para justificar un abanico de los intereses y sectores políticos en el poder.
Aún hay ecos de la elección del 2 de junio reciente, aún hay fuerzas políticas en movimiento que no terminan de asentarse, éste es el marco de un aniversario más que significa distinto para la población y para quienes están en el gobierno y para quienes han recibido sus constancias de mayoría.
No es únicamente la historia de dos siglos y más la que dará respuestas a este momento, la democracia fluye por un río accidentado de incertidumbres y preguntas. La historia institucional corta del IEPC también amerita re-visión en 2018, 2021 y entre el 2 y 9 de junio de 2024.
Hay una atmósfera emocional que impacta el tejido social de la sociedad jalisciense, esa es la nota.
Las respuestas vendrían bien para serenar los ánimos, para robustecer en el futuro la participación y vigilancia ciudadana.
La fotografía de Pablo Lemus recibiendo su constancia como ganador de la elección para gobernador, esa es la imagen.
201 años de Jalisco, otro sexenio por nacer, la sui generis democracia en donde hay ganadores festivos y perdedores insatisfechos. Los números y porcentajes que empoderan a una de las partes, los números y porcentajes, los votos en recuento que frustran, que congestionan la garganta.
El festín de la clase empresarial y clerical que cava una trinchera para la gesta política venidera; el festín de los tapatíos, el desasosiego del resto de los municipios, de las mayorías trabajadoras de salario mínimo que tendrán que encontrar su lugar en el sueño digital naranja por otro sexenio.
El ser y la nada de la democracia nuestra, el veredicto del sufragio.
El consenso y el disenso, la noción de poder maquiavélica donde los fines justifican los medios, donde los resultados justifican los miedos y las magras expectativas.
El proyecto de gobierno ya conocido del “Defendamos Jalisco” al son del Jarabe Tapatío y del sonsonete burlesco de una cancioncilla.
Esa es la historia de una semana de transición sexenal en el gobierno del estado de Jalisco, un estado que festeja el segundo siglo de vida federalista con una vocación de proyecto propio, pero con riesgo de aislamiento, al final eco de campaña indeleble del gobernador triunfante fue: “Donde gobierna Morena todo es desastre”.
Al final hay un contexto nacional de poder ejecutivo y legislativo donde Morena y la Cuarta Transformación son triunfantes.
La dialéctica de la vida nacional y estatal, el proyecto alternativo de un Estado que pudiera ser trinchera de la llamada oposición conservadora, la interdependencia entre centralismo y federalismo, la viabilidad operativa del discurso valentón y retador que se pierde en la palabra oral, pero que también está registrada por escrito y visualmente.
La historia estatal, los nexos, las páginas importantes por escribir, el lugar de los derrotados y empobrecidos por un proyecto de gobierno de espaldas a la mejora social.
La Nueva Galicia colonial a la vuelta del ayer en el nacimiento de Jalisco el 16 de junio de 1823.
A la vuelta de una década el Puente de Calderón y el golpe al ejército insurgente comandado por Miguel Hidalgo.
La génesis de la entidad en la naciente república, el tepiqueño Prisciliano Sanchez.
1824, el escenario de futuro, las fuerzas conservadoras del siglo XIX y el casi asesinato de Benito Juárez, Victoriano Huerta el militar jalisciense y la vuelta de tuerca al proyecto Revolucionario de Madero.
La muerte del prócer de la democracia, la decena trágica.
El Artículo Tercero Constitucional, el laicismo y la guerra cristera, Jalisco y el protagonismo de la región alteña, la mano del clero, los campesinos de fe y de corazón confiado.
El discurso en Guadalajara de Plutarco Elías Calles.
El PAN y su nicho y trinchera en Jalisco. El menos Revolucionario PRI que se fue y regresó, la emergencia de Movimiento Ciudadano y su trinchera anti4T a contracorriente del país.
201 años de Jalisco de inexistencia de izquierda en la territorialización donde gira el tiempo diferente, donde gozan de cabal salud mentalidades y práctica políticas felizmente ahistóricas, tercamente cargadas de yunque, opus dei y sinarquismo; eficaces gobernanzas productoras de desigualdades.
En Jalisco no se quiso o no se dejó querer el cambio que fue idea dominante a nivel nacional, esa es otra página de su microhistoria en este aniversario.
La propuesta de gobernabilidad habrá de reinventarse, tendrá que legitimarse.
201 años: ¿cuál historia estatal celebramos?
La historia cultural y artística, a Juan Rulfo, Juan José Arreola, José Clemente Orozco, SI.
A Gerardo Murillo Coronado (Dr. Atl) y José Atanasio Monroy, SI.
La historia científica y tecnológica con personajes como Severo Díaz Galindo y Guillermo González Camarena, SI.
La historia musical y gastronómica, a Consuelo Velázquez, al mariachi Vargas de Tecalitlán, al arquitecto Juan Barragán, SI.
La presencia femenina en la historia de personajes como Beatriz Hernández, María Izquierdo e Irene Robledo García, SI.
La historia y aportaciones de Valentín Gómez Farías y Mariano Otero, SI.
Los desempeños en materia de desarrollo social y económico de sus últimos gobernadores y presidentes municipales, NO.
Las políticas de seguridad, paz social, su fiscalía, policías y la impartición de justicia pronta y expedita, NO.
La calidad de sus servicios de salud y educación, NO.
La planeación de infraestructura hídrica y mejora sustantiva de las vías y medios de comunicación, NO.
El endeudamiento y la verificación responsable, NO.
Las políticas de sus programas sociales, NO.
El gobierno ético y la administración pública ausente de corrupción, NO.
Jalisco y las preguntas sin respuesta.
La continuidad, las opacidades, las esperanzas.
El modelo de gobernanza desarrollista que abreva en fuentes empresariales para la administración pública, el tema del uso de los impuestos y las cargas recaudatorias a la ciudadanía.
16 de junio de 2024. 201 años de Historia de Jalisco. Lo lejano y lo cercano. La necesaria lectura y conocimiento.
La mirada y el pensamiento crítico necesarios sobre la historia estatal y su democracia.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

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