¿Y si las escuelas hablaran? ¿Qué es lo que nos dirían?

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

A partir de un nuevo comunicado oficial emitido por la autoridad educativa local, se indica como disposición oficial que este lunes 17 de enero regresará de manera presencial toda la estructura de las escuelas de educación básica, el lunes 31 se establece para la educación media y hasta el 7 de febrero para las instituciones de educación superior y las que forman para la docencia (escuelas Normales).
El regreso a las escuelas abre la posibilidad de reconceptualizar cuál es el sentido de la atención escolar. La escuela es un producto de la modernidad cuya misión tiene el encargo de reproducir y legitimar los saberes socialmente reconocidos, pero también la escuela como institución social es un espacio que permite la libertad de relación, de asociación entre pares y es un espacio formativo que está abierto para todos sin distinción de raza, género, religión, estatus social, etcétera.
La pandemia por el Covid–19 se ha tornado en un fenómeno que ha tocado todas las aristas de la sociedad global, la escuela como tal tuvo que cerrar sus puertas para dar lugar a nuevas formas de atención que previnieran y garantizaran el cuidado de la salud y evitaran contagios. Sin embargo, esto se ha tornado en un escenario contradictorio; la pandemia ha sido capaz de desnudar y de hacer más evidente las profundas injusticias e inequidades sociales que se colocan en el mundo de lo educativo. Al no asistir a la escuela miles de niñas y niños, se vieron obligados a quedarse en casa, obligó a buscar alternativas que garantizaran la atención escolar. El uso del internet, la conexión en línea en tiempo real con ayuda de plataformas electrónicas, mecanismos de vinculación a través de cartas, mensajes o correos no siempre electrónicos ayudó a buscar soluciones al problema. Pero miles de niñas y niños quedaron afuera de la atención escolar. Es por ello que a partir de estos replatamientos estructurales habría que hacer hablar a las escuelas. Si las escuelas nos hablaran qué nos dirían.
Es obvio pensar que todo esto es metafórico, las escuelas no hablan, pero aun así nos dicen muchas cosas:

• En primer lugar, si las escuelas hablaran nos dirían que siempre han estado ahí; que son construcciones, edificaciones y espacios para ser habitados por los escolares y el personal que los atiende. Que son espacios que siempre están abiertos y manifiestan el gusto por recibir al alumnado, a partir de espacios fríos y silenciosos se convierten en espacios llenos de vida a partir del bullicio infantil y juvenil.
• Un segundo aspecto es el reconocimiento que tienen una misión, una razón de ser, que significa albergar a estudiantes, recibirlos, contribuir en la atención y despedirlos todos los días. Cuando las escuelas se cerraron vino un descuido doble, del propio espacio que atiende a la población escolar, pero también un descuido de los sujetos que asisten a ella.
• Y un tercer aspecto nos dirían que son espacios amplios, seguros, pensados, para el confort, el esparcimiento, para permanecer ahí tranquilamente. Vengan, caminen nuestros pasillos, entren a sus aulas, disfruten la tranquilidad que les ofrecemos, diviértanse al lado de sus compañeros. Todo lo que está aquí ha sido hecho para ustedes, para que sigan su proceso formativo y para que vivan intensamente cada experiencia. Nosotros les garantizamos seguridad y tranquilidad y ustedes asegúrenos que nos cuidarán para continuar con nuestra misión de atender a niñas y niños.

No es posible pensar, como lo soñaba Iván Ilich en “un mundo sin escuelas”. Más bien se trata de pensar en escuelas como espacios que garanticen el sano desarrollo, la convivencia la paz, la tranquilidad y por supuestos los aprendizajes significativos para toda la vida.
Cuidemos de las escuelas porque ellas siempre nos han cuidado y mucho de lo que somos se lo debemos.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

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