Vámonos de vacaciones, ¿qué hacer con los estudiantes?

 en Jaime Navarro Saras

Jaime Navarro Saras

Hoy arrancan oficialmente las vacaciones de los alumnos de educación básica en México, aunque realmente éstas se empezaron a dar desde hace más de un mes en algunas secundarias, otras hace dos semanas y a partir de la semana pasada casi todas, los alumnos que asistían a la escuela solo iban a ser cuidados al estilo guardería, el programa se hizo a un lado y la inercia era la guía del día a día.
Este fenómeno no es nuevo, sucede año con año y no hay una alternativa pedagógica inteligente que logre motivar a maestros y alumnos para hacer de esa última parte del calendario escolar algo atractivo, las razones son simples: una vez entregada la lista de calificaciones del último periodo básicamente termina con el interés de los alumnos y la obligación de los maestros, es claro que con esa entrega se acaba el ciclo escolar.
Esa situación es sabida por todos los involucrados en la dinámica escolar: autoridades, supervisores, directores, maestros, alumnos y padres de familia, a pesar de eso poco se hace. Se ha insistido que dejen en libertad a las escuelas y a los maestros para que propongan dinámicas como salir de excursión, visitar el zoológico y los museos, conocer el Centro Histórico con todos sus tesoros arquitectónicos y sucesos históricos, participar como voluntarios en la limpieza de arroyos, ríos, lagos y playas, organizar campañas de reforestación, coordinarse con las autoridades para colaborar en el tema de la vialidad, combatir el grafiti y organizar torneos de todo tipo de deportes dentro y fuera de la escuela, visitar empresas y cosas por el estilo.
Ideas no faltan, lo que realmente hace falta son iniciativas desde las escuelas más allá de lo cuadrado de los programas y la normatividad rígida que, por desgracia, no estimulan a los protagonistas de la educación para llevar la escuela más allá de las cuatro paredes de esos edificios lúgubres, carentes de espacios para la recreación, con un gran parecido a una correccional por su falta de áreas verdes y por tener siempre las aulas cerradas.
En fin, si se hace será para otra ocasión, lo cierto es que los maestros y alumnos se van de vacaciones, los primeros a descansar y los segundos a ser cuidados por sus padres o tutores, algunos de seguro participarán en cursos de verano, otros más vacacionarán dentro y fuera de la ciudad, pero la gran mayoría se quedarán en casa inventando que hacer con sus días de vacaciones, para muchos padres es un verdadero dolor de cabeza por no saber que hacer con ellos, para estos niños la alternativa será la televisión, el celular, la tablet, el internet y todo lo que sirva para hacer los desplazamientos más cortos: de la recámara a la sala, de la sala a la cocina, del estudio al baño y así sucesivamente.
En las vacaciones los alumnos deberían poner en práctica cada una de las competencias aprendidas en la escuela, sin embargo, al parecer no hay tiempo para ello por una razón muy simple: la escuela no está ligada a la vida cotidiana de los estudiantes y éstos solo ven en la escuela un espacio que termina con la entrega de las tareas y la calificación que se obtiene cada periodo y al final del ciclo escolar.
Son pues, las vacaciones un espacio muy atractivo para los estudiantes porque no hay que levantarse temprano ni hacer tareas, es atractivo porque tienen todo el tiempo del mundo para hacer lo que les venga en gana. El asunto es qué tanto de ese tiempo libre les genera aprendizajes y les refuerza valores que los haga ser personas de bien y con un gran sentido hacia el talento humano, mientras llega eso a disfrutar todos, porque la escuela se quedará guardada unas cuantas semanas para regresar en agosto y volver a iniciar un nuevo ciclo escolar con o sin el Nuevo Modelo Educativo.

*Editor de la Revista Educ@rnos. jaimenavs@hotmail.com

Comentarios
  • Manolo

    Cuando niñez y adolescencia cruzan el umbral de lo escolar los docentes nos convertimos en un ladrillo más en la pared como canta pink floyd en un video que lleva más de 200 millones de vistas
    Cuando cruzamos el umbral de las vacaciones nos transformamos en gente. Si construimos un sentido propio para la existencia fuera de la escuela. Ya la hicimos Si no es así el destino está en la pared

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