Una vida dedicada al descubrimiento: Madame Curie

 en Alma Dzib Goodin

Alma Dzib-Goodin*

Si menciono el nombre María Sklodowska no le va a decir mucho, quizá piensen que las letras están mezcladas al azar, pues sin duda suena desconocido y hasta extraño; sin embargo, éste era el nombre de soltera de una de las figuras más emblemáticas de la ciencia. Es el nombre de una mujer nacida en Varsovia el 7 de noviembre de 1867 y quienes todos reconocen mejor como María Curie.
Su increíble trayectoria científica la llevó a descubrir dos elementos de la tabla periódica, esa que todos odiamos en algún momento de nuestras vidas y que eventualmente unos pocos aprenden a apreciar. ¿Recuerdan el radio?, (no las ondas de radio, sino el elemento químico), el que se emplea todos los días por los médicos radiólogos, pues es necesario cada vez que nos toman Rayos X para ver dentro de nuestro cuerpo, seguro han escuchado sobre él.
Además del radio, esta mujer tan curiosa, descubrió el Polonio (suena a Polonia, ¿verdad?, que es otro elemento de la tabla periódica que quizá aun menos recuerden). Sin duda es increíble descubrir un elemento químico y poder darle el nombre que uno guste. Debo decir que no hay duda de que aún hay algunos elementos por descubrir, y ojalá un día uno lleve el nombre de un país de Latinoamérica; pero regresando al Polonio (Po) este elemento químico es usado como fuente de calor atómico, pero debido a su corta vida (138.4 días), no es posible emplearlo por mucho tiempo, aunque se usa de modo más humilde, en cepillos anti estáticos para eliminar el polvo en las películas fotográficas sin peligro alguno, pues se sella para evitar emisiones radioactivas.
La Doctora Curie cuando niña recibió educación general en escuelas locales, como era usual en aquellos años, aun cuando muchas veces las niñas no tenían derecho a la educación, por lo que ella fue afortunada, pues además su padre le dio diversas clases que la llevaron a obtener un lugar en la Universidad de la Sorbona, donde obtuvo una licenciatura en Física y Ciencias Matemáticas. Fue ahí donde conoció a quien muy pronto sería su esposo, Pierre Curie, y por quien cambiaría su nombre por el que todos conocemos. Pierre y María se conocieron en 1894, él era profesor y jefe de laboratorio de física en la Escuela de Física y se casaron al año siguiente, comenzando una serie de investigaciones juntos en busca de los secretos de la química y la física.
María resaltó tanto en su trabajo, que sucedió a su esposo como jefe del laboratorio de física en la Universidad de la Sorbona y obtuvo su título de Doctor en ciencias en 1903. Tras la trágica muerte de Pierre, su amado esposo, ocupó su plaza docente como profesor de física general en la Facultad de Ciencias, y con ello logró que, por primera vez en la historia de dicha institución, una mujer ocupara dicho cargo.
Siempre he dicho que los científicos son como niños con juguetes caros, pues tratan de dar respuesta y descubrir cosas empleando elementos que nadie más usaría, o incluso imaginaría. Tal es el caso de esta extraordinaria científica, pues sus investigaciones iniciales junto a su esposo, usualmente se realizaban en condiciones poco ortodoxas, ya que los arreglos de laboratorio eran deficientes y ambos debían estar muchas horas frente a sus grupos de enseñanza para ganarse la vida (nadie dice que ser científico es glamoroso), por lo que descuidaban muchas veces su trabajo, sin embargo, con entusiasmo y mucho estudio, lograron una fuente de inspiración y nunca decayó su ánimo.
Fue el trabajo de Henri Becquerel sobre la radioactividad en 1896 lo que inspiró a los Curie y sus investigaciones, y los impulsó al aislamiento de los elementos polonio y el radio. Madame Curie desarrolló métodos para la separación del radio a partir de residuos radioactivos en cantidades suficientes para permitir su caracterización y el estudio cuidadoso de sus propiedades como particular terapéuticas, por lo que promovió el uso del radio para aliviar el sufrimiento de los soldados durante la Primera Guerra Mundial, asistida por su hija Irene, centraron su vida en ayudar a todos quienes podían curar de las heridas de dicha guerra tan sangrienta.
Más tarde, fue nombrada directora del laboratorio Curie en el Instituto Radium en la Universidad de París, fundado en 1914. Su pasión por la ciencia y el descubrimiento se reflejaron en numerosos premios otorgados a lo largo de su vida, incluyendo muchos títulos honorarios de ciencia, medicina y derecho, y junto a su esposo, recibió la mitad del Premio Nobel de Física en 1903, por su estudio de la radiación espontánea descubierta por Becquerel, quien recibió la otra mitad del premio. También recibió junto a su esposo Pierre, la medalla Davy de la Real Sociedad Inglesa en 1903 y 1921.
En 1911, recibió un segundo premio Nobel, esta vez en Química, como reconocimiento a su trabajo con la radioactividad.
La Doctora Curie, siempre mantuvo su entusiasmo por la ciencia a lo largo de toda su vida, y estableció su propio laboratorio para estudiar radioactividad en su ciudad natal, Varsovia, en 1929. Para entonces su trabajo tenía tal reconocimiento que el presidente Herbert Hoover, de los Estados Unidos, donó 50 mil dólares a nombre de los amigos estadounidenses de la ciencia, para comprar radio para dicho laboratorio, lo cual permitió múltiples avances científicos.
Sin duda, encontrar la pasión por algo no es sencillo, por lo que creo que entre más jóvenes encontremos nuestra pasión, más lejos será posible llegar. También estoy convencida de que la escuela debería encontrar y promover el talento, y no aniquilar las ideas de los niños, pues con ello, no sabemos a cuántos científicos estamos quitando la oportunidad de ayudar a la humanidad, ¿qué opina?

*Directora del Learning & Neuro-Development Research Center, USA. alma@almadzib.com

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