Su nombre náhuatl es Cuetlaxóchitl

 en Verónica Vázquez

Verónica Vázquez Escalante*

Es evidente que cada día se tiñe de rojo el panorama con más fuerza, tal color gana terreno rápidamente y se observa que casas, plazas comerciales y hasta los camellones de las ciudades son “aparadores” de la cautiva temporada que año tras año se vive y celebra. Todo se engalana con la bella flor bermellón llamada Nochebuena o Cuetlaxóchitl. La leyenda le llama Estrella roja, flor de fuego y/o flor de Navidad.
Comento sin temor a equivocarme que en el mes de diciembre, un amplio porcentaje de la humanidad recuerda y reflexiona eventos que van acumulando la valiosa experiencia de vida; se puede resumir en la formación personal y profesional pero somos más que eso, somos sonrisas, sensaciones, recuerdos de unos y anécdotas de otros, interacciones y cuestionamientos, energía y hasta leyenda.
Pareciera que como mexicanos somos y tenemos en la sangre ese rojo bravío. La Nochebuena es por excelencia, originaria de nuestra tierra y la han llevado a decorar al mundo.
Estados Unidos la adquirió cuando el embajador Joel R. Poinsettia (1825-1830) la descubrió y quedó cautivado con su belleza, luego así, la llamó por su apellido y hasta la fecha se le conoce como tal. La cultivaron también y poco a poco empezó su recorrido por el globo terráqueo; por eso la poinsettia existe en lugares impensables.
Cuenta la leyenda que en el México antiguo una niña quería llevar un lindo regalo a la casa de su dios, pero como ella era una niña sin recursos económicos, no sabía qué hacer, entonces alguien le comentó que por el simple hecho de llevar una cosa aunque fuera muy sencilla, su dios lo aceptaría. Ella se fue al campo y en aquel momento encontró la Cuetlaxóchitl, flor que le encantó por tener hojas muy grandes y de color tan llamativo. La cortó y la llevó a donde se colocaban los obsequios Al ponerla en el lugar correspondiente, sin que pasara mucho rato se cundió el espacio de esas estrellas rojas y desde entonces este regalo llega solo en los meses de noviembre y diciembre; es un obsequio de la naturaleza para México y de México para el mundo, un verdadero motivo para estar orgulloso de ser de este país.
Dicen los que saben de flores, que es una planta que responde al fotoperiodo, o sea, que requiere de días cortos y noches largas, por lo que alcanza el color. La Nochebuena bien puede representar la creatividad del mexicano, lograr e inspirar la felicidad que la flor de fuego puede transmitir. Sembremos pues y adornemos nuestros lugares con la esencia de esta flor. Envío en este artículo un abrazo para todos y cada uno de los lectores de la Revista Educ@rnos.

*Doctora en Ciencias de la Educación. Profesora de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 145 Zapopan. veve30@hotmail.com

Comentarios
  • José Luis

    Joel Robert Poinsett, es el nombre del embajador norteamericano en México que hurtó la planta imponiéndole su nombre.

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