Sistema integral de formación y actualización

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

Formar los maestros que el país necesita para la construcción de una nueva escuela es un objetivo estratégico para el actual proyecto político.
5 años y medio restantes de las administraciones en curso en los ámbitos estatal y nacional serán insuficientes para cumplir tal tarea, serán insuficientes si seguimos atorados en pseudo diagnósticos que buscan reeditar la responsabilidad culpígena al magisterio por los resultados de insuficiencia.
Los formadores y actualizadores requieren participar y hacer de la palabra acción comprometida para mejorar el estado de las cosas, requieren ponerse el overol y no esperar la magia del cambio desde arriba, de donde nunca va a llegar.
La formación inicial y la formación continua de maestros de educación básica, educación media superior y educación superior está en crisis.
Parte de la etiología del problema de las instituciones que forman y actualizan maestros en educación básica ha sido el cruce de intereses poco relacionados con la academia, ha sido la inercia y la indolencia de gestión, ha sido el rapto del orden y el rigor, la entrega de los proyectos institucionales a los intereses de grupo y particulares y la complacencia de mucha gente beneficiada con la entropía del pre-sistema.
En esto que hoy vemos, se han convertido las instituciones formadoras y actualizadoras de docentes, díganse Normales, CAM, algunas unidades UPN, Centros de Maestros, o dígase con más drama las instituciones de posgrado, incluyendo los pseudo proyectos de cuño privado que enriquecieron algunos bolsillos de emprendedores fenicios y Judas de la formación seria del profesorado.
Nadie ha puesto remedio. La reforma peñista desacreditó y puso de rodillas con violencia institucional sin par al normalismo.
En estas instituciones otrora en edad dorada, nadie sabe si es dejadez, debilidad de voluntad, desvío presupuestal premeditado o eutanasia perversa.
Mientras se juega a construir un proyecto y al congreso torre de Babel, nadie recupera el sentido de identidad institucional y misión de esas beneméritas instituciones.
El cambio esperado le apuesta a que la transición política vivida en las urnas en 2018, a que las instituciones formadoras, actualizadoras y capacitadoras realmente importen.
Pongámonos los lentes correctores de miopía e hipermetropía y veamos la realidad.
Hagamos diagnóstico objetivo; no juegos de arbolitos de problemas de saliva.
Se requiere contraloría social. No solapar a los responsables del estado de cosas e instaurar credibilidad, son acciones impostergables.
Que se tomen las decisiones importantes y se cambie la axioteleologia de formación del nuevo maestro de la república.
Hagamos las preguntas necesarias.
Hagamos debate sobre la viabilidad de los proyectos de desarrollo institucional; sin predicas mediáticas: fortalezcamos.
¿A quién ha beneficiado, a quiénes beneficia tal estado de cosas?, ¿por qué, a pesar de la retórica producida de manera industrial, hay evidente estancamiento en las áreas de docencia, investigación y difusión?
Sin enunciar la era de la desconcentración y descentralización la idea de integrar un sistema de formación y actualización para los docentes data desde tiempos de la llamada modernización educativa salinista (véase el Plan Nacional de Desarrollo 1989-1994).
En Jalisco se puede seguir la ruta en los tiempos de transición hacia el federalismo educativo de junio de 1992, cuando Eugenio Ruiz Orozco que hoy ostenta una de las pensiones VIP de Pensiones del Estado, junto a exsecretarios generales del SNTE y exfuncionarios prianistas. Ruiz Orozco era el flamante secretario de educación que surgió después de las explosiones en Guadalajara del 22 de abril, que levantó la mano para despedir a la última administración central asignada por la SEP.
2019 es un hito por la última reforma constitucional al artículo Tercero, de claro tinte modernizador salinista.
Es un hito porque se abroga el carácter punitivo de la evaluación como se ha afirmado reiteradamente, aunque tampoco promete el fin de la era evaluativa.
Es un hito porque de nueva cuenta aparece en discurso explícito la intención de fortalecer un sistema integral de formación, capacitación y actualización de docentes, referido a aquellos que hacen docencia en educación básica y que trabajan como formadores en las escuelas Normales principalmente.
En tanto los 43 desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, el crimen de lesa humanidad del anterior sexenio permanece prácticamente impune y a pesar de la disposición discursiva de retomar la investigación los avances han sido prácticamente nulos.
En tanto la refundación de la Escuela Normal Rural del Mexe, Hidalgo es esperanzadora a pesar de que reanuda sin los servicios de internado. Ojalá que sea como se afirma, una auténtica escuela Normal piloto para la formación inicial de maestros.
En tanto, también se discuten cuestiones trascendentales como el examen de ingreso al servicio educativo y se debate el tema de la asignación de la plaza automática, ambas cuestiones relacionadas con el fortalecimiento a la educación Normal.
Localmente la amenaza de representantes del El Ejido de Zapotlán el Grande que intentan por asuntos del valor del terreno, recuperar los espacios en donde se asienta el Centro Regional de Educación Normal desde 1959, pone a prueba al colectivo de trabajadores de la institución y el estado de derecho en la entidad y la federación.
Por otro lado, instituciones otrora orgullo de la actualización como los Centros de Actualización del Magisterio herederas de la tradición del Instituto Federal de Capacitación del Magisterio a la Torres Bodet, sobreviven en la periferia de un sistema educativo que ni las desaparece, ni las fortalece, ni las reestructura.
Los Centros de Maestros nacidos de un Acuerdo Nacional de Modernización para los docentes de Educación Básica en un esquema de formación, como parte del programa de Carrera Magisterial, están ahí como sobrevivientes silentes del huracán reformista peñista-nuñista-ayonista, sin pena ni gloria, sin presencia, sin proyecto institucional ni dirección; como otras áreas, en riesgo de fenecer por inanición.
Los Centros de Maestros necesitan también de fortalecimiento, necesitan re-fundarse.
Tal vez tendríamos que pensar cómo fortalecer en varios planos la formación y actualización y pensar aquí sí, en una reingeniería; pero también en una recreación de su ciencia, episteme, logos, praxis, filosofía formativa y nueva misión social.
De manera enunciativa y desde los planos curricular y desde el sentido de las políticas públicas en la materia, se tendrían que considerar las siguientes líneas de trabajo:

1. Evaluar las experiencias previas de la operación incipiente de un sistema formador aun en nivel de intención.
2. Rectoría del estado de las instituciones formadoras y actualizadoras. Ni pueden ser piezas de museo de objetos y personas, ni islas de exilio de prófugos del trabajo áulico, pertenencia a familiogramas o de recomendados trianuales del SNTE.
3. Planeación de largo plazo para formar los docentes necesarios a la entidad, a la región, al país.
4. Reforma curricular con énfasis en habilidades docentes importantes como el arte en sus distintas manifestaciones.
5. Laboratorios de docencia para la formación científica de prácticos reflexivos de la enseñanza y el aprendizaje.
6. Formación científica y laica. Fortalecimiento del espíritu científico, una vez que la ola conservadora en distintas administraciones ha sido débil en la supervisión y dirección del cumplimiento de planes y programas que fortalezcan la racionalidad científica del oficio de educar.
7. Revisión profunda de los proyectos de instituciones privadas formadoras de maestros que en algún momento fueron objeto de iniciativa personal y un pingüe negocio. Revisión puntual de los Registros de Validez Oficial de Estudio en los últimos 30 años por lo menos.
8. Controlar la contratación de los trabajadores y someter a evaluación los sistemas de homologación.
9. Auditoría a los sistemas de becas al desempeño y a sus procesos. Auditoría a los exámenes y procesos de admisión, revisión puntual a las becas de los estudiantes.
10. Fortalecimiento de áreas como el aprendizaje de una segunda lengua y el dominio y uso pedagógico de habilidades digitales.

Es deseable un buen sistema de formación de maestros.
En esta coyuntura puede venir un escenario más halagüeño en el marco del debate nacional sobre la formación de profesores y los cambios constitucionales y de leyes secundarias venideros.
Tal vez vengan mejores tiempos. Tal vez se tengan que construir con la masa crítica y responsabilidad de los trabajadores de estas instituciones.
Tal vez las escuelas Normales, esas golpeadas por Díaz Ordaz en los sesentas y sus posteriores sucesores prianistas harvaritos, vivan tiempos mejores.
Esperamos mejores cosas para las escuelas Normales, esas incomprendidas por los gobernantes panistas, indigestas por momentos y que se les convirtieron en piedras en el zapato en su miopía conservadora y en su incapacidad de gobernar.
Tal vez esas escuelas Normales, crisol de voluntades y de amor de muchas generaciones de maestros requieran oxigenarse y ser rescatadas de los aviesos intereses e insaciables líderes impuestos por congresos a modo en el SNTE y otras fuerzas anónimas.
En un contexto discursivo del calendario escolar del próximo ciclo y de uniforme escolar único socialmente no bien visto, esperamos señales para la construcción y operación del sistema integral de formación, capacitación y actualización de docentes.

*Doctor en educación. Supervisor de Educación Secundaria del sistema federalizado. ruben-zatarain@supervisores.sej.gob.mx

Comentarios
  • Marco Romo

    Primero se tendría que transformar culturalmente a la mayoría de los trabajadores de que son formadores y actualizadores de docentes “NORMALES – CAM – UPN – CENTROS DE MAESTROS – POSGRADOS, ya que estos han demostrado poco interés por la academia, la entrega de los proyectos institucionales a los intereses de grupo (llamados lideres morales de la sección 16 y 47 del SNTE) que decir de todos aquellos beneficiados en estos niveles, por ser el hijo (a), amigo (a), el compadre o la comadre, el limpia votas, etc.
    Se tendría que transformar culturalmente, esa perversidad con la que llegaron la gran mayoría de los trabajadores de esos niveles, empezando por dejar ¡el sí señor, a la hora que usted diga señor, la hora que usted diga señor, etc.!

  • LUZ MONTIEL

    Cruda y triste realidad.

Escriba su búsqueda y presione ENTER para buscar