Sin tareas extraescolares, sin exámenes

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

En el sistema educativo nacional con calendario escolar modificado para la educación básica, concluyeron los procesos de evaluación del segundo trimestre con el supuesto de un enfoque humanista y formativo.
Transformar la cultura evaluativa no es tarea fácil cuando hay un sedimento de prácticas y concepciones que tienden hacia el paradigma cuantitativo y de medición de resultados.
El paradigma vigente es una cultura evaluativa de distribución inequitativa del poder entre el evaluador y el evaluado.
El poder de evaluar, de asignar calificaciones es una función del profesor.
Muchas veces se ponen en la balanza los saberes y conocimientos del educando a nivel de aprendizaje, cuando de manera integral se deberían evaluar también las estrategias y los medios de enseñanza.
Cuando como país participamos en experiencias evaluativas como la de PISA de la OCDE para educandos de 15 años (el tramo de la educación básica obligatoria) no fue reconfortante el desempeño y los resultados, dieron eco a todas las voces que en mucho flagelaron el proyecto de la escuela pública y en particular a sus profesores.
Las lista de prelación entre los países participantes, nuestros posicionamientos insatisfactorios desde la primera experiencia, el enfoque de lectura objetiva necesaria para evitar la simplista idea de sacar conclusiones de realidades generalizadas y hacer autoflagelación.
De la etapa evaluativa vivida en la experiencia PISA-OCDE el parangón lo representaba con mucho el sistema educativo de Finlandia.
Que bien les iba a los niños finlandeses en materia de competencias de lectura, matemáticas y ciencias, que mal a los niños y niñas mexicanos evaluados al azar, que filosas las críticas sobre la endeble educación pública y sus educadores.
Que mal les iba a los niños mexicanos en la evaluación de las mismas competencias y que mal las lecturas analíticas de los evaluadores y pseudo investigadores de la educación, que sin pensamiento crítico hacían una lectura simplista de números y porcentajes; hacían comparaciones inexactas que impactan la moral de profesores y estudiantes.
Nuestro modelo de comparación en materia educativa, la siempre lejana Finlandia, es ahora un país que desde el 4 de abril de 2023 se suma a la OTAN, a sus avances en materia de gestión de los procesos educativos con las nuevas generaciones, este país antepone antivalores de hegemonía de esfera económica y ahora exporta al mundo el garlito de su seguridad y extensión del militarismo en su frontera con Rusia.
Se mueven y reacomodan las relaciones internacionales en la Europa ahora inestable de nueva cuenta, los discursos de los líderes en los foros de la OTAN, los discursos en la ONU se expresan beligerantes.
La hegemonía mundial de los países ricos se mueve y se rompe la unipolaridad, la historia está en un gozne, el poder cambia de masa y parece naufragar en un mundo de dólares y sanciones, de armamentismo hipócrita de autodefensa.
Habría que repensar los resultados que envidiamos en materia educativa de esos países, las mejores economías mundiales y, ahora mismo, los más amenazantes de la convivencia pacífica.
Lo que creímos desde nuestra propaganda obtusa y tercermundismo, tal vez ya no es vigente.
Menos diplomacia, menos contribución a la cultura de la paz, generaciones de ciudadanos finlandeses buenos con las pruebas internacionales, su gobierno ahora en una jugada de ajedrez tal vez inadecuada.
Para nada que el incremento de miembros de la OTAN abona a la cultura de la paz en Europa ni mucho menos a la cultura de paz mundial.
Hoy que ya no participamos en PISA-OCDE, del sistema educativo finlandés hay cosas por aprender:

1. No asignación de tareas extraescolares y dejar tiempo para que sean niños.
2. La progresiva eliminación de pruebas estandarizadas y de exámenes.

Reflexionemos un poco al respecto

La cultura evaluativa ahora de carácter humanista y formativa según la Nueva Escuela Mexicana, está aún por transformar las prácticas y formas de evaluar a nivel de aprendizaje, particularmente en el uso de pruebas y rúbricas cómo parámetros de desempeño.
Del énfasis en los resultados hay que transitar al énfasis en los procesos y la intervención y asesoramiento oportuno.
Los momentos de rendición de cuentas de logros de aprendizaje trimestrales tendrían que ser también una fiesta del aprendizaje.
En relación a las tareas en casa o extraescolares de distinto tipo se requiere saltar la valla y respetar el tiempo vital de ser niño.
Hay un ritual escolar que repensar y un activismo pseudo pedagógico que someter a prueba. Repasar, mecanizar, entretener ya no son las vías didácticas para revisar saberes y contenidos.
Es igualmente valioso el tiempo para vivir la infancia y para hacer educación extraescolar integral y armónica a través del respeto al tiempo de juego y de aprendizaje libre.
Como canales de construcción de valores importantes es también central el tiempo de participación en el trabajo, en la convivencia familiar y con los iguales en la calle y en el hogar.
En una visión de pragmatismo ingenuo se asume que la repetición a manera de memorismo autorregulado es alternativa para la consolidación del aprendizaje.
El uso del tiempo para aprender debe circunscribirse y ser más eficaz en el horario escolar y el tiempo de ser niño ha de tener su oportunidad. La actividad de la escuela no tiene por qué robar el tiempo libre ni trasladar el tiempo de socialización y adquisición de valores como la laboriosidad.
Mientras siguen circulando propuestas de renovación metodológica y hay voces que desde distintos planos disciplinares e intencionalidades político-ideológicas sugieren cambios e innovaciones de transformación y mejora de la práctica docente de otros, visionemos la perspectiva de emancipación y la liberación del tiempo que pertenece al niño de controles blandos y de fines bien intencionados como son las tareas y deberes extraescolares; renovemos la mirada sobre la enseñanza y demos prioridad a los procesos de aprender, antes de asignar con el arbitrio tradicional exámenes y pruebas para todo tipo de saberes, conocimientos y procesos de aprendizaje.
En prospectiva y de acuerdo con el calendario escolar de educación básica, sólo se tendrá un trimestre más para hacer los cambios graduales o definitivos en esa dirección.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

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