Se caliente el escenario político. ¿Y en dónde quedaron las izquierdas?

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

El escenario político en el ámbito local y nacional está subiendo de nivel. MORENA ha anunciado que en agosto realizará la encuesta para decidir acerca de su candidato o candidata a la presidencia de la República, el gobernador local Enrique Alfaro platica y acuerda con todo mundo para asegurar parte de su futuro político. En todo ello, la educación pasa a un segundo o tercer nivel de interés. La educación y sus proyectos no son rentables en términos políticos, es una especie de moneda de cambio sirve para hacer negociaciones, para llegar a acuerdos, pero no para atenderla, ni tampoco comprometerse en ella.
De esta manera, en el escenario político las izquierdas de nuevo se han visto desplazadas, bajo el gobierno de López Obrador ni se acabó con la corrupción, ni tampoco con los abusos de poder, hubo algunos cambios en la estructura del poder político, pero el poder económico, es decir, el poder de los grandes empresarios y corporaciones ha quedado intacto.
Las izquierdas es un conjunto de iniciativas político–ideológicas inspiradas por ideas que provienen de los teóricos del socialismo y de los distintos marxismos junto con la búsqueda de utopías, el cambio de la sociedad y la trasformación social en términos radicales o estructurales. Como parte de su historia se podían identificar tres tendencias progresistas vinculadas a las izquierdas:

1. Ligada a los partidos oficiales o institucionales lo que se le llama la izquierda oficial o izquierda institucional con el Partido Comunista a la cabeza.
2. Una segunda tendencia es la izquierda independiente o izquierda revolucionaria, después del movimiento estudiantil de 1968 este tipo de izquierdo buscó nuevas vías o nuevas formas de organización y de posicionamiento. Sus organizaciones eran de dos tipos, de cuadros o de masas, y en ambas se vinculó a los distintos movimientos que la sociedad ha protagonizado: movimientos por la tierra, por la vivienda, por demandas laborales, del magisterio, etcétera. Aquí se tenían dos formas de participación política una ligada a los partidos políticos existentes con la finalidad de lograr avanzar a través de colocar algunos cuadros en las cámaras y otra ligada a vincularse con los movimientos de masas en situaciones de movilización y participan política, vinculándose con las demandas desde abajo y relacionarse con los dirigentes naturales de cada movimiento.
3. Y existe una tercera tendencia de la izquierda, que se asocia con formas un poco más radicales en donde incluso se concibe la lucha armada, las formas de participación clandestina, la creación de frentes, ligas, o instancias que combinan lo civil con lo clandestino. Aquí se ubican distintas instancias guerrilleras en los últimos 50 años.

El magisterio que se adhiere a distintas formas de izquierda se ha vinculado con las tres perspectivas, (también existe participación ligada al centro y a la derecha). Las dirigencias del centro se mueven más por el oportunismo, no tienen principios ideológicos ni filiación político, van a donde los intereses los llevan coyunturalmente.
Lo que aparece en esta nueva coyuntura es que estamos ante una especie de desdibujamiento de las distintas formas de izquierdas en donde muchas expresiones u organismo se han vinculado con instancias hegemónicas.
En las historias de los partidos políticos del PRI primero y luego el PAN se tornaron en organismos que copaban y hegemonizaban gran parte del descontento social. Las izquierdas auténticas, casi siempre han sido marginales y en muchos casos sectarias. Hoy en día no existe un liderazgo potente que recoja el descontento y le dé un cauce político, además, otra de las perversiones es que gran parte de las formas de participación se han canalizado por algunos por cauces electorales, ¿se puede hacer política o educación sin que pase por las urnas?
Esto es lo que se pensaba a partir de las concepciones que se tenían durante la década de los setenta y los ochenta, pero el paso del tiempo ha hecho más potente los diversos oportunismos (de izquierda, pero también de derecha). Ya no existen personas de izquierda (dirigentes, militantes, adherentes) limpia, pura, sino que ahora las ideologías se han cambiado por el interés oportunista y el arribismo; todo mundo quiere vivir e incluso hacerse rico de lo que dejan las canonjías políticas. Hay familias que han hecho organizaciones o hasta partidos políticos y les ha ido muy bien, pero esa no es la alternativa.
Habría que distinguir dos planos: el de la política propiamente dicha y el de la educación. Y los hilos que unen a una con la otra. Desde este momento y a todo lo que resta del presente año 2023, se tomarán decisiones importantes que marcarán en lo inmediato el futuro político, también habrá alianzas, madruguetes, desatapes, dedazos, toda la cultura política se hará aparecer. Muy pronto se darán a conocer los nombres de las personas que suspiran por obtener un cargo político de importancia. En todo este contexto la educación quedará olvidada a un segundo plano, aparecerá de nuevo en los discursos demagógicos y en las promesas que siempre quedan para otro día.
El ambiente político se ha calentado junto con el clima primaveral.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

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