Salir de sí como competencia educativa

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

Hace algunos años llegó a mis manos un libro de Birger Sellin llamado “Quiero dejar de ser un dentro de mí: mensajes desde una cárcel autista” en donde se puede leer una experiencia de vida considerada imposible, ya que el autor nos narra la forma en que logró salir del autismo, de su mudez e incapacidad para comunicarse, para empezar a escribir cartas, reflexiones, poesía… que permitieron entender la vida y forma de entender el mundo.
Este libro, esta experiencia, puede generar diferentes lecturas o interpretaciones, no sólo desde el campo de la Educación Especial, la Psicología o el Psicoanálisis, que muestran interés y disposición para abordar este tipo de temas, creo que también, haciendo una lectura y reflexión metafórica, podemos llevarlo al campo de lo estrictamente educativo.
La primera parte del título del libro, creo, invita a hacer un planteamiento que alude no sólo a las personas con una condición de autismo, sino a cualquiera en general ¿de verdad las personas queremos salir de sí?, en las personas autistas hay una clara muestra de dificultades para interactuar con los otros, sobre todo con aquellos y aquellas que se rigen por estándares de lo que debe ser lo normal, que lamentablemente son la mayoría, pero es un hecho que cuentan con códigos que no toda persona tiene la capacidad o disposición de entender. Sin embargo, es un hecho que muchas personas, ya sean padres, madres, docentes, directivos, autoridad o estudiantes, muestran, en muchas ocasiones una dificultad para salir de sí; de ahí que ser empático resulta no sólo una complicación, sino una imposibilidad en muchas ocasiones.
Salir de sí implicaría entrar en otros, sintiéndolos o comprendiéndolos por ejemplo, pero no ocurre siempre lamentablemente, a la gran mayoría le importa solamente su sentir y sobrevalora su pensar. ¿Por qué nos cuesta salir de nosotros mismos? ¿Es acaso una manifestación del Narcisismo del psicoanálisis o del solipsismo de la Filosofía? “Sólo yo me entiendo, sólo mi pensamiento existe”, parecen ser la premisas que regulan la interacción con los demás. Contrario a lo que se pudiera pensar, la experiencia cotidiana, y muchos consultorios psicológicos, han hecho patente que salir de sí no es algo innato o inmanente a la condición de sujeto, de las personas, es algo que se aprende y se puede aprender confirmando una de las premisas básicas de Vygotski: todo lo que sabemos y podemos hacer, primero es social y después personal, es decir, primero lo vemos, escuchamos o percibimos de alguien y, posteriormente, es posible que lo hagamos propio.
Salir de sí debe ser por tanto una competencia básica para desarrollar en las escuelas, la dificultad ahora estriba en determinar o elegir la forma de hacerlo. Se aceptan propuestas.

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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