Reír en las horas negras: la poesía de Roque Dalton

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

Avanza el mes de mayo y el escenario del retorno a clases en Jalisco se ha cancelado. En voz del gobernador del estado en conferencia de prensa del 11 de mayo se ha optado en reunión de trabajo por mantener el Quédate en casa por lo que resta del ciclo escolar.
Mes de mayo, parte alta de la primavera, la juventud del año, la vida y el ¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno! verso escrito por Amado Nervo en el poema en paz.
Mayo y la postergación de grandes festejos, la ansiada normalización de la vida laboral y productiva, mayo tiempo de leer literatura y hacer memoria histórica. Días de valorar las aportaciones literarias, las biografías de poetas que nos recuerdan que el arte de escribir es también congruencia y militancia comprometida.
Primer planteamiento: Ningún poeta debiera ser asesinado.
Lamentable que quienes tienen el uso exclusivo de las armas, los gobiernos y las organizaciones a veces no jueguen limpio. Las armas a golpe de metralla siegan vidas de quienes piensan diferente, de quienes disienten de algunos liderazgos.
Tal fue el caso de Federico García Lorca en la guerra civil española, tal fue el caso del poeta y novelista salvadoreño Roque Dalton.
Un 10 de mayo de 1975 Roque Antonio Dalton García fue asesinado en su país en la localidad de Quetzaltepeque. Tiempo atrás había escrito “mis venas no terminan en mí, sino en la sangre unánime de los que luchan por la vida, el amor, las cosas, el paisaje y el pan, la poesía de todos”.
Dalton había nacido el 14 de mayo de 1935 en la capital salvadoreña. Esta semana por tanto conmemoramos su natalicio y a la vez hacemos memoria de su lamentable muerte.
Hizo estudios en la Universidad de El Salvador, institución que de manera póstuma le expide el doctorado Honoris Causa.
Estuvo en Santiago y cursó estudios superiores en la Universidad de Chile.
Ganó el premio de poesía en la Casa de las Américas en La Habana. También de manera póstuma y como orgullo de las letras salvadoreñas recibe el reconocimiento de hijo y poeta meritísimo.
Estudió filosofía y las ideas político económicas del marxismo-leninismo. Sus viajes a Cuba y la URSS fortalecieron su formación político-ideológica en esta perspectiva.
Su obra literaria es representativa de la literatura latinoamericana y contribuyó a las letras de su país con su obra poética de gran contenido social.
El contexto convulso del primer lustro de los setenta le alcanzó. Aunque la bala asesina vino del fuego amigo del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), el odio anticomunista liderado a través de la CIA y operado por gobiernos dictatoriales de orden militar por Estados Unidos de Norteamérica fue implacable. El odio fue extensivo a pensadores, escritores, simpatizantes y militantes de las ideas de izquierda.
Los exiliados, asesinados y los encarcelados se cuentan por docenas.
La persecución hacia Dalton se manifestó de muchas formas, dos de ellas el exilio y el encarcelamiento. Una parte de su exilio lo vivió en la Ciudad de México. Su poesía era parte de algunos círculos literarios de la UNAM.
En lo setentas, del asesinato de Salvador Allende, el odio anticomunista también se enseñoreaba en México y también tiene su lista de caídos en ese lustro, entre quienes destacan Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, por mencionar dos ejemplos.
La derrota ideológica anticomunista conseguida con sangre, sería caldo de cultivo en la mentalidad de la sociedad mexicana que daría a luz a la generación neoliberal y conservadora gobernante hasta el 2018.
En la obra literaria de Dalton es evidente que no hay escritura sin compromiso ideológico por lo que se le puede ubicar en el movimiento de poesía social revolucionaria salvadoreña. Como escritor convivió y leyó la obra de Juan Gelman y Miguel Ángel Asturias.
El poeta Dalton se caracteriza por su humor explosivo, su carácter jovial y su espíritu bohemio.
Sobre su humor afirmaba Eduardo Galeano que: “Hacía reír hasta las piedras”.
Sobre el refería Elena Poniatowska: “Nadie más capaz de hacer REÍR EN LAS HORAS NEGRAS, más dispuesto a aventarse a pecho abierto contra el peligro, nadie más accidentado”.
Ernesto Cardenal decía: “Roque Dalton, yo lo recuerdo riendo… un revolucionario reidor… se reía de la burguesía salvadoreña… se reía de los jesuitas con quienes se había educado… se reía de cosas de su partido comunista…”
Sobre su jovialidad Julio Córtazar decía: “Roque Dalton… tenía algo de niño, conductas de niño, era travieso, juguetón…”
Mario Benedetti señalaba que la agudeza de Dalton plasmada en sus poemas es leal a una verdad estricta, donde la preocupación eje es su patria.

COMO LA SIEMPREVIVA

Mi poesía
Es como la siempreviva
Paga su precio
A la existencia
En términos de asperidad.
Entre las piedras y el fuego,
Frente a la tempestad
O en medio de la sequía,
Por sobre las banderas
Del odio necesario
Y el hermosísimo empuje
de la cólera,
la flor de mi poesía busca siempre
El aire,
El humus,
la savia,
El sol,
De la ternura.

En entrevista con el poeta uruguayo reafirmaba Dalton sobre su compromiso “teórico y metodológico con el marxismo, humanismo, con el futuro y la dignidad del hombre”. Asumía la literatura como la concreción de una determinada forma de lucha.
Dalton aporta a la literatura latinoamericana: humor al lenguaje poético, la metáfora desde el lente del sarcasmo y la metáfora como arma de lucha para enfrentar al sistema político e ideológico.
Sus temas son la muerte, Cristo, el indígena y el amor. Sus recursos la vida asumida desde la bohemia, la metapoética y la risa.

NO TE PONGAS BRAVO POETA

La vida paga sus cuentas con tu sangre
y tu sigues creyendo que eres un ruiseñor.
Cógele el cuello de una vez, desnúdala
túmbala y haz en ella tu pelea de fuego,
Rellénale la tripa majestuosa, preñala, ponla a parir cien años por el corazón.
Pero con lindo modo hermano,
Con un gesto
propicio para la melancolía.

Su legado suma 13 poemarios, una novela, cuentos, ensayos literarios y políticos, entre otros.
Sus poemas se han traducido a varios idiomas entre los que se pueden enunciar: inglés, francés, ruso, italiano y checo.
Desde la veta literaria en su formación concurren las influencias de Pablo Neruda, César Valllejo, T. S. Eliot, Ezra Pound, William Faulkner y Ernest Hemingway, entre otros.
El intelectual que es orgánico por naturaleza y por dictadura de la necesidad y la edad, también es disidente por naturaleza. Su posición de masa crítica formada en ambientes universitarios y en grupos intelectuales no puede ser insensible al problema social y al momento histórico.
Su congruencia le lleva al punto de convertirse en guerrillero antes de que explotara la guerra civil en El Salvador y vinieran los días de democracia que ahogó el sueño comunista en el país llamado Pulgarcito de Centroamérica.
Quiso emular a Martí, al Che Guevara y como ellos ofrendó la vida a la causa superior de su patria.
Pensar revolucionario y hacer diferente tiene su costo personal, pero las lecciones a sus compatriotas y a los hacedores de una Latinoamérica liberada serán siempre magistrales.
Busquemos, leamos, cultivemos con rigor el sarcasmo, la risa, la emoción por una causa y rindamos homenaje haciendo siempreviva la poesía y la obra literaria de Roque Dalton. Enhorabuena por el grito de dignidad que subyace en sus versos, porque hoy necesitamos reír en esta horas negras.
Como mensaje lapidario Dalton había dicho:
“Poesía, perdóname por haberte hecho comprender que no estás hecha sólo de palabras”.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

  • Griselda Gómez

    Roque Dalton y la poesía siempreviva que inspira, primeramente como modelo de vida crítico y revolucionario, congruencia de vida y de ideas, semilla que trasciende su poesía, su compromiso social, su lucha .
    Inspira aún a los idealistas que sueñan utopías, entre ellos la canción “Mi unicornio Azul” del trovador Silvio Rodríguez quien lo inmortaliza, y con él, cuantos corazones y mentes que sueñan, que buscan ansiosos musas y realidades que inspiren anhelos. Al recordar a Dalton, sigue viva la poesía, vive la utopía.

    Como tú
    Yo como tú
    amo el amor,
    la vida,
    el dulce encanto de las cosas
    el paisaje celeste de los días de enero.
    También mi sangre bulle
    y río por los ojos
    que han conocido el brote de las lágrimas.
    Creo que el mundo es bello,
    que la poesía es como el pan,
    de todos.
    Y que mis venas no terminan en mí,
    sino en la sangre unánime
    de los que luchan por la vida,
    el amor,
    las cosas,
    el paisaje y el pan,
    la poesía de todos.

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