Receso para pensar. Receso para proponer

 en Andrea Ramírez


Andrea Ramírez Barajas*

El pasado miércoles 19 fue el último día del periodo escolar, también será el último día en que niños, niñas y jóvenes al lado de sus maestros asistan en este turbulento 2018. El regreso a clases será hasta el mes de enero del 2019, un año con número primo que sólo es divisible entre sí mismo y la unidad.

2018 fue un año movido no sólo por las elecciones, la alternancia política, sino también porque sigue vigente el debate en torno a la reforma educativa del gobierno anterior.

Aunque este escrito no tiene como intención hacer un balance de lo ocurrido a todo lo largo y ancho del 2018, dicho año ha sido fundamental para reorientar los cambios que el país necesita en el terreno educativo.

En una ocasión un clásico del marxismo conocido como León Trotsky escribió que: “Existen momentos en la historia en que pasan veinte años pero la sociedad no avanza ni veinte minutos, pero hay otros que en veinte minutos avanzamos lo que ni en veinte años”. El momento en que vivimos hoy en día, se coloca en la segunda categoría, donde en un sólo día se han generado muchos cambios que este país necesitaba.

El periodo vacacional de invierno nos abre la posibilidad de re-pensar nuestra tarea educativa, el proyecto educativo del presidente López Obrador, no ha sido bien entendido aun, pero camina, y en el ámbito local el proyecto educativo de Enrique Alfaro, aun no sido dado a conocer públicamente (aunque el pasado martes presentaron en lo oscurito y sin la presencia de instancias públicas un adelanto).

Un elemento importante que ha salido a relucir en las últimas semanas tanto en el ámbito nacional como en el local, es que toda iniciativa de cualquier tipo, inmediatamente tiene a sus detractores, toda iniciativa de cambio genera en automático resistencias y oposición al mismo.

Llama la atención que la dupla del PRI y el PAN (hoy ambos en la oposición) se opongan ante todo tipo de propuestas, cuando antes eran expertos en imponer sus iniciativas. El descontento social los mantiene en el olvido y la marginación y, muchos y muchas deseamos que ojalá y nunca regresen al poder.

Los recientes debates en educación presentados en las últimas semanas nos invitan a pensar en tres cosas durante este periodo vacacional:

  1. Pensar en el tipo de ciudadano mexicano que la escuela pública mexicana se compromete a formar, desde los grados básicos de preescolar, hasta la universidad, y el posgrado después de la universidad.
  2. Un segundo aspecto que nos debe ponernos a pensar es en torno a cómo podríamos hacer para democratizar la enseñanza, la organización sindical y el sistema educativo en general.
  3. Y por último un tercer tema que nos invita a pensar es reflexionar en torno a nuestra tarea y junto a ello, pensar la posibilidad de contribuir a un verdadero cambio educativo. Lo planteo a modo de pregunta, ¿cómo podremos involucrarnos en este tiempo de cambios para generar cambios educativos profundos y duraderos que tengan como punto de llegada una mejor y más justa educación para las y los mexicanos?

Todo lo anterior forma parte de una agenda para el descanso, en donde la prisa o el agobio del trabajo queden fuera. Y en donde el ejercicio de pensar se traduzca en propuestas concretas para los gobernantes.

*Doctora en educación y consultora independiente. andrearamirez1970@hotmail.com

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