Razonamos y ¿corazonamos?

 en Miguel Bazdresch Parada

Miguel Bazdresch Parada*

Por azar y sin buscarlo encontré y leí un artículo de Patricio Guerrero Arias, profesor de la Universidad Politécnica Salesiana de Ecuador (Guerrero, Patricio. 2012. “Corazonar desde el calor de las sabidurías insurgentes”. En: Revista Sophia: Colección de Filosofía de la Educación. Nº 13. Quito: Editorial Universitaria Abya-Yala.). Por ahí escribe: “Resulta equivoco creer que sea dentro de los mismos marcos epistémicos en que se ha sostenido la colonialidad del poder, del saber y ser, que se puede construir un horizonte otro de existencia; pues sentipensamos que este requiere no tanto de epistemología, sino sobre todo de empezar a hablar y aprender con humildad del potencial político de las sabidurías del corazón…”
Resulta un sencillo y profundo alegato a los supuestos con los que hemos estado pensando y construyendo nuestro mundo actual. La epistemología, o supuestos del pensar, nos enfoca en un marco lógico mediante el cual tratamos de conocer la realidad y luego aplicar el conocimiento a modificar, se supone para bien, esa misma realidad. La propuesta venida del mundo indígena y recuperada por Guerrero no trata de sustituir un modo por otro si nos inocular de afectividad, es decir, de otro punto de partida a la hasta ahora fría y no del todo eficaz epistemología de la ciencia moderna.
Guerrero escribe: “Corazonar las epistemologías construidas por la academia, implica nutrirlas de afectividad, para ponerlas a dialogar y a aprender de formas otras de conocer, de pensar y, sobre todo, de sentir, de decir y vivir la vida, ponerlas a conversar con las sabidurías insurgentes o sabidurías del corazón e incorporar también al lenguaje académico lo que estas pueden enseñarnos.”
¿Qué significa para nuestro mundo occidental racionalista, conversar conversar con las sabidurías insurgentes, del corazón? Desde luego reconocer su aporte y también su limitación. Nos entregan teorías, información y datos, en gran volumen y desde luego con gran potencial a veces apropiado por los poderes para fines sectarios, en tanto, nos dice Guerrero: “…las sabidurías insurgentes, nos aportan referentes de sentido para el vivir, nos permiten una visión integral de la vida, pues tienen la capacidad de integrar la afectividad, la espiritualidad, el corazón, la razón y la acción, pues no se queda en la teorización de la realidad, sino que impulsa la lucha por su transformación”.
Para la educación es agua fresca la propuesta de reunir episteme con sabiduría, pues cuando se afirma la finalidad primera la educación como “formar personas” a fin de logren alcanzar todos los medios para humanizar el mundo y transformar las relaciones humanas entre las personas y las relaciones con el mundo se pide una nueva síntesis del pensar con el sentir para reunirlo en el sentipensar, en una inteligencia sentiente antes que sólo racional.
Guerrero lo dice así: “La epistemología por teorizar alejada de la vida y hablar sólo ‘sobre’ ella, construye un saber cognitivo que explica, describe, pero no compromete nuestra subjetividad con lo que conocemos, por ello no ha tenido el poder para transformar la existencia individual o colectiva; mientras que la sabiduría por estar ligada al sentido de la existencia, y haber sido construida y hablar ‘desde’ la vida, lo ha estado haciendo cotidianamente.” Educar para corazonar sería la síntesis. Materia para pensar y conversar.

*Doctor en Filosofía de la educación. Profesor emérito del Instituto Superior de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). mbazdres@iteso.mx

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