¿Qué cambia en la propuesta de la Ley General de Educación?

 en Adriana Piedad

Adriana Piedad García Herrera*

La Ley General de Educación que ha regido a las Escuelas Normales del país desde el 13 de julio de 1993, fecha de su publicación en el Diario Oficial de la Federación, ha mantenido el texto del Artículo 12 que a la letra dice:

Corresponden de manera exclusiva a la autoridad educativa federal las atribuciones siguientes:

Determinar para toda la República los planes y programas de estudio para la educación preescolar, la primaria, la secundaria, la normal y demás para la formación de maestros de educación básica, a cuyo efecto se considerará la opinión de las autoridades educativas locales y de los diversos sectores sociales involucrados en la educación en los términos del artículo 48.

Que corresponda de manera exclusiva a la autoridad educativa federal determinar los planes y programas de estudio para la educación Normal, por un cuarto de siglo, ha establecido una relación de dependencia con la federación que en este momento tiene a las escuelas Normales en espera de los programas de estudio de tercer semestre de el Plan 2018. Pero no sólo de los programas, también de la capacitación y de los materiales de estudio.
En este sentido, esa atribución exclusiva de la SEP ha propiciado una relación ambivalente entre las escuelas normales y la federación: por una lado la ansiada autonomía y por el otro el apego irrestricto a los planes y programas de estudio. La propuesta de una nueva Ley General de Educación publicada en la Gaceta Parlamentaria el 18 de julio pasado, reitera esa dependencia absoluta de las escuelas Normales en el tema de planes y programas de estudio en su Artículo 23:

La Secretaría determinará los planes y programas de estudio, aplicables y obligatorios en toda la República Méxicana, de la educación preescolar, la primaria, la secundaria, la educación Normal y demás aplicables para la formación de maestras y maestros de educación básica, de conformidad a los fines y criterios establecidos en los artículos 15 y 16 de esta Ley.

Muchas cosas han cambiado en las escuelas Normales desde 1993, pero en 2019 se sigue esperando la definición del plan de estudios que dicta la Federación, específicamente los programas de estudio del plan 2018, que, de aprobarse la propuesta de Ley, serán obligatorios. ¿Cómo entender, entonces, la convocatoria y participación en el Congreso Nacional para el Fortalecimiento y Transformación de las Escuelas Normales Públicas, que tuvo lugar en el Estado de México 16 y 17 de mayo y en San Luis Potosí 4 y 5 de julio?, ¿los resolutivos cambiarán de alguna forma la estructura de la Ley o son propuestas que se trabajan de manera independiente?
Tiempos de cambio e incertidumbre, sin duda, pero también de certezas: en la perspectiva futura las escuelas Normales seguimos esperando que se nos trate como instituciones de educación superior capaces de atender el carácter diferenciado de la formación, sin tener que solicitar a la Secretaría actualizaciones y modificaciones de los planes y programas de estudio. Nuestras Beneméritas y Centenarias no han llegado a la edad adulta, ni siquiera ha podido dar sus primeros pasos independientes, su futuro sigue supeditado a la guía y protección de la SEP, a pesar de ofrecer Licenciaturas desde 1984 y pertenecer a la Subsecretaría de Educación Superior a partir de 2005. O quizá el problema sea: seguir esperando.

*Doctora en educación. Catedrática de la Benemérita y Centenaria Escuela Normal de Jalisco. adrianapiedad.garcia@bycenj.edu.mx

Escriba su búsqueda y presione ENTER para buscar