Promoción horizontal, la desvalorización

Graciela Soto Martínez*

La propuesta de revalorización del magisterio es insuficiente, escasa y dispersa. Se convirtió de hecho en una desvalorización. Ha dejado a la mayoría de los participantes molestos por los pocos recursos asignados, algunos señalan que es una burla, que es urgente una modificación completa de los lineamientos de la Unidad de la Carrera de los Maestras y los Maestros (USICAMM). El tema de la disponibilidad presupuestal fue la guillotina que anuló las esperanzas de mejora en la calidad de vida, uno de los propósitos de este programa. Los maestros aglutinados por grupos, todos contra todos, en una competencia o concurso desigual, cada uno lucha con sus recursos personales, se percibe un individualismo social que es potenciado en la práctica, aunque se pregone que hay comunidades de aprendizaje en este tema, cada quien se rasca con sus uñas o se aferra con sus garras. La promoción horizontal llegó al momento culminante de publicación de resultados con los datos de los participantes que han logrado el 1er nivel, se han emitido los listados los cuales traen el número de prelación, el CURP, así como la clave del centro de trabajo. Cada estado del país los emite, señalando el grupo, el sostenimiento y la cantidad de beneficiados. El siguiente paso es la revisión documental, con lupa, para posteriormente realizar los pagos tan esperados. Es tiempo de felicitar a los que obtuvieron este reconocimiento, por el logro en el concurso del millón, sin embargo, ello no quita el análisis crítico que estamos obligados a realizar. Las estadísticas pueden ser leídas e interpretadas de diversas maneras, hay medios que señalan que solo el 1.99% del magisterio alcanzó la promoción horizontal, este dato se obtiene de la cantidad de maestros que existen en el país de acuerdo al INEGI en educación básica son 1,201,355 y los participantes en el proceso son 304,413 aspirantes; los beneficiados son 24,000 el porcentaje es el 7.884%. Sin embargo, esta cantidad en relación al total de maestros es el 1.99%, la matemática como ciencia, la estadística y probabilidad como método indican la casi nula posibilidad de acceder al programa de incentivos. Dato obtenido en #soy docente #jamesuchiha en (https://www.youtube.com/watch?v=ZI7RWsxQzpI). En comunicado del USICAMM, en video de youtube titulado información relevante del proceso de promoción horizontal, Sandra Martínez señala que la participación en el programa es voluntaria y se tienen que cumplir con los requisitos de la convocatoria, que al ser un concurso solo obtiene el beneficio el alcanza mejor lugar en la lista, que es la primera vez que los supervisores participan, menciona que el monto asignado es mayor que en programas anteriores, debido a que es una información unilateral en video, no hay manera de debatir, preguntar o argumentar la fiabilidad de algunos datos ahí señalados que a todas luces pueden ser cuestionados (https://www.youtube.com/watch?v=KqDBB3hERa). La información oficial ve el lado bueno, lo destaca y enfatiza, al igual que los promovidos, que han logrado pasar en esta carrera de obstáculos. Es el tiempo para realizar el análisis profundo, con un FODA, una problematización, con la metodología de la preferencia para plantear en que se puede mejorar, desde la postura personal, asumiendo la responsabilidad o el poder que se tiene como trabajador de la educación, en un sentido de no victimizarse y de generar acciones para lograr una promoción.
En el factor antigüedad hay poco que hacer, solo dejar que trascurran los años, que favorecen a los “viejos y sabios” o “antiguos y mañosos” del sistema, este es una variable a revisar desde la cual se le puede proponer al USICAMM que revise si al premiar a los que acumulan años se están mejorando las prácticas educativas, si se relaciona con la mejora de los resultados educativos y existe una verdadera revalorización del magisterio. Hay que analizar si más sabe el diablo por viejo que por diablo o si chango viejo no aprende maroma nueva. De acuerdo con el factor grado académico, los 20 puntos que se alcanzan, muchos que apenas cuentan con una licenciatura tienen un área de oportunidad donde pueden crecer. Una profesión como la nuestra, demanda gente que se actualiza constantemente, que cursa un posgrado de acuerdo al nivel donde se desempeña y al área de especialidad, en este marco de innovación urgen propuestas y oferta de calidad que no solo otorguen puntos, la formación de doctores y maestros vinculada a otros saberes, a realizar una lectura crítica de la realidad, a resolver problemas a pesar de las circunstancias sociales, que formen gestores de recursos en áridos desiertos de gobiernos de todos los colores que nunca tienen dinero, que contribuyan a reducir las brechas del rezago. Es lamentable la cantidad de personas con estudios que basan su práctica en el envío de información vía Whats App y son meros reproductores de desigualdades sociales. Están en las cúspides de los puestos, de los niveles y, sin embargo, culpan al sistema de todos los males. En el factor desarrollo profesional que este año no se evaluó ya existen cursos aprobados por el USICAMM que se ofertarán el siguiente ciclo, habrá que estar atentos para evaluar su calidad en relación a los objetivos de mejora de los aprendizajes de los alumnos. El factor reconocimiento al buen desempeño que tampoco se evalúo promete ser otro fraude de simulación, debido a que las escalas de percepción son poco objetivas, el aprendizaje no es algo que se pueda cuantificar a corto plazo y cada uno puede entender diferente el objeto de evaluación. En el sistema de apreciación con la aplicación de instrumentos de valoración, quedan a deber. Los exámenes estandarizados deficientes que han reciclado la bibliografía de modelos anteriores, con un acumulado de textos de corte enciclopédico deben ser revisada por la magnitud de documentos que no pueden ser leídos o analizados en su totalidad, un docente o directivo estaría a todas horas leyendo y almacenando información entonces no tendría tiempo para desarrollar sus prácticas educativas. Serían cerebritos atiborrados de datos, sin tiempo para vivir, pensar, leer buena literatura, para disfrutar la naturaleza o su familia. Si no hay espacio para eso, para qué quieren más dinero o una promoción que repercuta en su calidad de vida. Las nuevas dirigencias sindicales deben adquirir el compromiso de defender a sus agremiados de los atropellos legislativos, algunos líderes levantan la voz en casa y quieren convencer de que están en contra de posturas oficialistas, pero que pactan, negocian o no tienen la capacidad de enfrentar estas disposiciones. Urge armar la trinchera de una oposición a estos lineamientos surrealistas creados desde las cámaras con los ignorantes que no supimos educar, después de todo se nos revierten los descuidos en educación en un país que ganan los candidatos que mejor engañan o los que invierten en publicidad o establecen alianzas con los grupos de poder. El sindicato democrático como trinchera, un dique que puede enfrentar las injusticias, donde unidos podemos expresar la desvalorización y demandar otro trato. La revalorización de la función social del trabajador de la educación debe comenzar por nosotros mismos, no dejemos que otros nos califiquen y degraden, reflexionemos sobre la propia valía que nos damos, cuestionemos el rol, el hacer docente, directivo, el compromiso y preparación, reconocer el poder de un maestro en los cambios sociales puede ser el inicio para participar en establecer nuevos programas de estímulos o reconocimientos desde la justicia y la equidad. Con sororidad, hagamos escuchar la voz de los que hoy susurran o se quejan de estos programas.

*Doctora en Educación. Jefa de Sector de Educación Preescolar en la SEJ. grace-soto@supervisores.sej.gob.mx