¿Por qué los estudiantes (varones) no muestran sus caritas en los cursos en línea y las estudiantes (mujeres) sí participan y muestran sus imágenes?

 en Rodolfo Morán Quiroz

Luis Rodolfo Morán Quiroz*

La pregunta la planteó Rubí, una joven estudiante de sociología que ha observado una menor participación de los hombres en los cursos en línea, no sólo en cuanto a la participación con audio, sino en la probabilidad de que pongan a funcionar sus cámaras para ser vistos por todas las personas de las reuniones virtuales. La predicción, según algunas mediciones de confianza, podría ir en sentido contrario, aunque también he observado que, a lo largo de los cursos en línea en los que he participado durante la pandemia, son las mujeres las que más han mostrado sus caras y hecho escuchar sus voces. Mientras que es verdad que el ambiente de los cursos en línea parece que no resulta atractivo ni para hombres ni para mujeres, varias investigaciones apuntan a que las mujeres tienen menor confianza que los hombres en diversos campos de actuación.
En los estudios que menciono a continuación no pondré los títulos de los reportes, aunque sí los apellidos, años y publicación periódica en donde aparecen los hallazgos que quiero enfatizar. Según una revisión de Kay y Shipman (2014, The Atlantic), al compararse con los hombres, las mujeres no suelen considerar que estén listas para ser promovidas en sus trabajos, predice que les irá peor en los exámenes y por lo general sub-estiman sus habilidades. Estas autoras consideran que esta diferencia en la falta de autoconfianza puede ser devastadora y por ello las mujeres no alcanzan los niveles más altos en la dirección de diversas organizaciones, incluidas las académicas (¿cuántas rectoras de universidades hay en este país, por ejemplo?). La buena noticia: es posible trabajar para acrecentar la autoconfianza, la que suele ser más alta en los hombres. Un ejemplo de ello es que, con calificaciones similares, las mujeres suelen pedir sueldos de 20% menos de lo que piden los hombres.
Aun cuando los rendimientos académicos de hombres y mujeres suelen ser muy similares, las mujeres tienden a calificarse por debajo de su rendimiento real. Algunos estudios citados por estas autoras señalan que los hombres sobre-estiman sus habilidades mientras las mujeres las subestiman, lo que hace que estas últimas participen menos en la competencia por oportunidades. Según Victoria Brescoll, autora de uno de esos estudios, parecería que los hombres simplemente asumimos que seremos aceptados en todas partes. No es que queramos engañar, sino que este exceso de confianza constituye una creencia sincera, mientras que las mujeres creen menos en sus capacidades.
Brennan, Lalonde y Bain (2010, Psi Chi Journal of Undergraduate Research) afirman que las mujeres tienen una autoimagen corporal más negativa que los hombres. Paralelamente, en un análisis de los estudios sobre autoestima, Gentile, Dolan-Pascoe, Twenge y Well (2009, Review of General Psychology) concluyen que, como lo hemos experimentado muchos de quienes tenemos hermanas y hemos tenido compañeras de escuela, las mujeres tienden a tener mejores rendimientos académicos y mejores calificaciones en comparación con los hombres. Lo que no significa que las mujeres tengan una mayor auto-estima en el ámbito académico y estén más dispuestas a dialogar en el aula.
Lo que nos lleva a un estudio que permite aventurar una respuesta a la pregunta inicial de Rubí. Caspi, Chajut y Saporta (2008, Computers & Education) encuentran que los hombres tienden a hablar mucho más que las mujeres en las aulas presenciales, mientras que las mujeres escriben más en los diálogos virtuales de las reuniones en línea. Habría que explorar todavía si las mujeres son capaces de adaptarse mejor a la comunicación a distancia (algo que intuíamos por su capacidad de sostener diálogos más frecuentes y más prolongados por teléfono) en comparación con los hombres.
Este experimento social que la pandemia nos ha impulsado a conducir nos hace plantearnos la pregunta ¿podrán los ambientes virtuales en la educación contribuir a igualar la confianza y la participación de hombres y mujeres? La mayor capacidad de las mujeres para adaptarse a la comunicación en línea parece predecir que las actuales condiciones de la enseñanza-aprendizaje con tecnologías virtuales tendrán al menos dos efectos: mayor participación femenina y una distancia mayor entre los rendimientos de hombres y de mujeres.

*Doctor en Ciencias Sociales. Profesor del Departamento de Sociología del CUCSH de la UdeG. rmoranq@gmail.com

Comentarios
  • Rubí Ruiz

    Excelente artículo, me parece sorprendente que aún las mujeres sentimos la inseguridad frente a los hombres y nosotras mismas no somos capaces de reconocer nuestro desempeño en las diversas actividades si bien las mujeres participamos más en las clases en línea creo que se debe al ambiente cálido que se genera y eso nos genera confianza para hablar, me parece que muchas mujeres aún piensan que necesitamos de la valoración y aprobación de otros (hombres) para poder reconocernos y equipararnos en la sociedad.

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