Por la construcción de un nuevo modelo educativo que coloque en el centro la conformación de un nuevo humanismo

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

En educación vivimos tiempos de profundas indefiniciones, de nuevas preguntas en un contexto de inéditos riesgos como ha sido el caso del Covid–19, en ello, el galopante desarrollo de las nuevas tecnologías y la opción pedagógica a distancia con el apoyo de dispositivos electrónicos y en entornos virtuales ha servido como una alternativa para darle continuidad a la atención, pero el mayor riesgo al que nos enfrentamos es que dicha tendencia ha contribuido a desdibujar el vínculo y el lazo humano.
Aunado a todo lo anterior, tenemos, de igual manera, el surgimiento de nuevas necesidades educativas y, en alguna de ellas es que los sujetos hagan un uso crítico de la información a la que tienen acceso. En ello, dicho modelo deberá colocar en el centro de todo, la conformación de un nuevo humanismo, es decir, la posibilidad de relacionarnos de mejor manera.
Los problemas sociales a los que nos enfrentaremos en los últimos días y, que impactan de manera negativa en las prácticas y resultados educativos están relacionados con nuevas formas de relación social basadas en el distanciamiento, el trato poco fraterno y generoso entre pares, junto a ello la virtualización y el abuso de redes sociales mediadas por aparatos tecnológicos también ha generado nuevas formas de (des)humanización que cruza a todas las generaciones.
Un modelo educativo en construcción basado en nuevas formas de relación social implica regresar a los fundamentos de trato humano, cero celulares, cero aparatos y el exigir que las personas se miren cara a cara, conversen y logren mirarse y conocerse directamente, lo que es el otro a partir de lo que es cada quien.
Sin embargo, gran parte de lo anteriormente dicho no es posible fácilmente, es por ello que un modelo educativo que aspire a un nuevo humanismo, deberá de vivir aun por encima de los riesgos de tecnificación humana.
¿Cómo será la vida en las escuelas y el trabajo del día a día? Ese es el reto y es eso lo que habría que pensar y construir. No se trata tampoco, de ninguna manera, de reeditar humanismos idílicos con un pobre sustento teórico, sino más bien ser ambiciosos en el sentido de aspirar a un modelo educativo que nos permita brincar a un nuevo estadio en las relaciones sociales.
La tarea no es sencilla debido a que hemos normalizado el distanciamiento, la deshumanización y el hacer que el ser humano se convierta en una pieza más del gran engranaje tecnológico en que hemos convertido a la sociedad post-industrial e híper-informtivizada.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

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