Planificar también el conocimiento de los estudiantes

 en Adriana Piedad

Adriana Piedad García Herrera*

Cuentan las crónicas que los portugueses visitaban la cárcel en la preparación de sus viajes de descubrimiento por África, con la finalidad de seleccionar a un prisionero que dejaban en los lugares a los que iban llegando en sus expediciones de exploración. Después de un tiempo regresaban al mismo lugar y buscaban al prisionero que, si había sobrevivido, ya conocía la lengua local y las costumbres de los pueblos. Esta información era fundamental para sus propósitos de conquista.
Cuando inicia un nuevo ciclo escolar siempre recuerdo esa escena y me pregunto ¿quiénes son los estudiantes con los que voy a trabajar?, ¿qué saben de la asignatura con la que vamos a trabajar?, ¿qué concepciones tienen de la docencia y del trabajo con los niños? La información de avanzada, así como lo hacían los portugueses, sería muy útil para planificar las actividades al inicio del semestre. Me pregunto, ¿con qué información cuento para establecer contacto con un grupo de estudiantes que no conozco?
La(s) semana(s) de planificación para el inicio del nuevo ciclo escolar es la oportunidad de los docentes para planificar también un conocimiento sistemático de los estudiantes con los que van a trabajar, a manera de diagnóstico. Los alumnos que cursan la educación Normal ya han tenido por lo menos 12 años de escolarización ¿en qué medida han logrado los propósitos y los aprendizajes esperados en esos años de su paso por la educación obligatoria? Existen diversos reportes de investigación que señalan las debilidades de los estudiantes que ingresan a la educación superior en relación con la lectura y la escritura, asimismo, los docentes comentan con frecuencia la pobreza de vocabulario, las dificultades ortográficas de los alumnos y la resistencia para leer textos académicos con más de cinco cuartillas, entre otros. Si ésta es la realidad de los jóvenes con los que vamos a trabajar, sería un error partir del supuesto que tienen los dominios y los aprendizajes “que deberían tener”. La tarea que nos toca, en los primeros días de clase, es conocerlos y explorar sus saberes y dificultades, para ajustar la planificación en consecuencia.
Podemos conocer el programa del curso con el que vamos a trabajar, los materiales que se van a revisar y las tareas que van a solicitar a los jóvenes, pero las actividades iniciales del curso tendrían que estar enfocadas a conocerlos. Esta exploración incluiría no sólo sus logros y debilidades, sino también las condiciones individuales y sociales en las que se forman, es decir, si trabajan, si tienen hijos, si recorren largas distancias para llegar a la escuela, etcétera, información mínima, pero necesaria, para una docencia con un enfoque centrado en el alumno.
Los grupos son heterogéneos, trabajar con la heterogeneidad para considerar las características particulares de cada uno de nuestros alumnos, y del grupo en su conjunto, es una habilidad docente que les pedimos a los estudiantes de educación Normal cuando asisten a las escuelas de práctica, y tendría que ser una habilidad que pongan en práctica los docentes de educación Normal con sus grupos.

*Doctora en Educación. Catedrática de la Benemérita y Centenaria Escuela Normal de Jalisco. adrianapiedad.garcia@bycenj.edu.mx

  • María Anaya

    Saludos Maestra, como siempre sus aportaciones valiosas. La recuerdo con admiración y afecto.

  • Verónica Vázquez Escalante

    Doctora Adriana, me encantó su artículo y pues es muy cierto saber como se. Va a trabajar y con quién. Las preguntas son muy ciertaas para planear clases y así abonar conocimiento a sus aprendizajess. Tenemos un gran trabajo y finalmente a ellos se les está pasando la Estafeta.
    Un abrazo.

  • Eréndira Martínez Ortega

    Excelente artículo.
    Un planteamiento didáctico que sensibiliza por su claridad, manejo tan propio del lenguaje y la lente puesta en un momento de la planeación tan relevante.
    Gracias pir seguir publicando Dra. Adriana

  • Genoveva López Quiñonez

    Dra. Adriana Piedad, su artículo nos invita a alinear la Educación Normal con la Educación Básica, desde ese diagnóstico inicial que tanta falta nos hace, enhorabuena por su aportación.

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